El retrato es el área que ella más disfruta dentro de la fotografía. Busca en poder siempre tener retos para crecer en su carrera artística. Ya trabaja en una exposición para este año.
La fotografía llegó a More Fernández desde que era pequeña. Sus padres le facilitaron distintas cámaras a las que ella compró rollos que nunca fueron revelados.
“Empecé a estudiar varias carreras, no encontraba que estudiar, me metí a varias pero nunca encontré una que me llenara, en esa búsqueda llegué a Arquitectura y mi primer tarea fue hacer una serie de fotos sobre unos edificios”.
Ese trabajo que le fue asignado, la llevó por un camino del que ahora no puede escaparse. Cuando vio lo que logró a través de la lente, se dio cuenta de que podía sacar distintas vistas de un mismo objetivo y de lo que la gente estaba acostumbrada a ver.
“Me di cuenta de que podía cambiar la forma en que la gente podía ver las cosas y de ahí fui partiendo para hacer mis fotos y después fui a tocadas con mis amigos, les tomé fotos, les gustaron, me gustaron, y de ahí empecé a darle a todo”.
Después de explorar por esta disciplina, se dio cuenta que el retrato era lo que más disfrutaba hacer. Convivir con la gente y plasmar la verdadera personalidad de sus modelos es lo que a ella le llena de satisfacción. “Eso es lo que me ha agradecido mucha gente, que puedo llegar a plasmar lo que realmente ellos son, no tanto una cara bonita, una pose hecha, sino que son lo que ellos realmente quieren ser, sin fingir nada”.
Después de ver por distintos caminos, espera algún día poder lograr estar en el área de la foto editorial y publicitaria, pero a grandes niveles y aunque no pretende buscar fama ni fortuna, lo que sí desea es estar a gusto con lo que hace.
“Lo que me gusta es hacer grandes producciones, siempre estar como queriendo innovar, siempre meter cosas nuevas, no quedarme estancada en un fondo, una persona y se acabó, no, me gusta crear los ambientes y quiero ver hasta dónde puedo llegar”.
Una de las más grandes inspiraciones y con la que se ha identificado con el tipo de retrato que quiere hacer es con la artista Annie Leibovitz, quien es considerada la mejor fotógrafa del mundo y la mejor pagada.
“Ella hace fotografías con luces naturales y es lo que me gusta, no crear un ambiente muy artificial, de tensión en las luces, me gusta que la gente sienta que se tomó la foto sin ningún artilugio de por medio, que realmente viva el ambiente de la foto”.
Curiosamente, dice, entre más auge tiene la fotografía, más se devalúa, ya que la gente cree que por comprarse una buena cámara y un par de luces ya se es un fotógrafo profesional. “Es mi reniego con mucha gente, porque hay que estudiar y aunque tengo poco, es de estar luchando y estudiar todos los días, de sacar fotos siempre, pero está bien que se interesen por el arte, me gusta que haya ese interés por crear arte”.
Fernández busca hacer retrato nuevo, crear ambientes nuevos y que la gente se de cuenta de que se tiene que estudiar para llegar a esto. “Que es un esfuerzo de diario, quiero estar innovándome, no quiero que sea el trabajo típico, que te cree una historia por una sola foto. Hacer foto que con el personaje te diga todo lo que está pasando, que te diga algo”.
En esa búsqueda trabaja con distintos proyectos para algún día poder salir de esta ciudad y buscar nuevos retos, nuevas metas.
Claves
Logros
Su mayor logro, explica, es el nunca haberse dado por vencida, ya que asegura muchos fotógrafos después de comprar todo el equipo necesario no buscan hacerse de más metas que los lleven a nuevos retos.
Sin la foto comercial, dice, no podría tener el equipo que ella ahora tiene, ya que es gracias a ese dinero que se ha hecho de sus cosas. Y considera que el trabajo comercial y el artístico pueden llevarse de la mano.
Junto a Javier Salcido trabaja en una exposición colectiva para que el año entrante ella pueda realizar una individual y así lograr obtener el reconocimiento necesario para poder lograr un trabajo en Monterrey.
Torreón, Coah.
La fotografía llegó a More Fernández desde que era pequeña. Sus padres le facilitaron distintas cámaras a las que ella compró rollos que nunca fueron revelados.
“Empecé a estudiar varias carreras, no encontraba que estudiar, me metí a varias pero nunca encontré una que me llenara, en esa búsqueda llegué a Arquitectura y mi primer tarea fue hacer una serie de fotos sobre unos edificios”.
Ese trabajo que le fue asignado, la llevó por un camino del que ahora no puede escaparse. Cuando vio lo que logró a través de la lente, se dio cuenta de que podía sacar distintas vistas de un mismo objetivo y de lo que la gente estaba acostumbrada a ver.
“Me di cuenta de que podía cambiar la forma en que la gente podía ver las cosas y de ahí fui partiendo para hacer mis fotos y después fui a tocadas con mis amigos, les tomé fotos, les gustaron, me gustaron, y de ahí empecé a darle a todo”.
Después de explorar por esta disciplina, se dio cuenta que el retrato era lo que más disfrutaba hacer. Convivir con la gente y plasmar la verdadera personalidad de sus modelos es lo que a ella le llena de satisfacción. “Eso es lo que me ha agradecido mucha gente, que puedo llegar a plasmar lo que realmente ellos son, no tanto una cara bonita, una pose hecha, sino que son lo que ellos realmente quieren ser, sin fingir nada”.
Después de ver por distintos caminos, espera algún día poder lograr estar en el área de la foto editorial y publicitaria, pero a grandes niveles y aunque no pretende buscar fama ni fortuna, lo que sí desea es estar a gusto con lo que hace.
“Lo que me gusta es hacer grandes producciones, siempre estar como queriendo innovar, siempre meter cosas nuevas, no quedarme estancada en un fondo, una persona y se acabó, no, me gusta crear los ambientes y quiero ver hasta dónde puedo llegar”.
Una de las más grandes inspiraciones y con la que se ha identificado con el tipo de retrato que quiere hacer es con la artista Annie Leibovitz, quien es considerada la mejor fotógrafa del mundo y la mejor pagada.
“Ella hace fotografías con luces naturales y es lo que me gusta, no crear un ambiente muy artificial, de tensión en las luces, me gusta que la gente sienta que se tomó la foto sin ningún artilugio de por medio, que realmente viva el ambiente de la foto”.
Curiosamente, dice, entre más auge tiene la fotografía, más se devalúa, ya que la gente cree que por comprarse una buena cámara y un par de luces ya se es un fotógrafo profesional. “Es mi reniego con mucha gente, porque hay que estudiar y aunque tengo poco, es de estar luchando y estudiar todos los días, de sacar fotos siempre, pero está bien que se interesen por el arte, me gusta que haya ese interés por crear arte”.
Fernández busca hacer retrato nuevo, crear ambientes nuevos y que la gente se de cuenta de que se tiene que estudiar para llegar a esto. “Que es un esfuerzo de diario, quiero estar innovándome, no quiero que sea el trabajo típico, que te cree una historia por una sola foto. Hacer foto que con el personaje te diga todo lo que está pasando, que te diga algo”.
En esa búsqueda trabaja con distintos proyectos para algún día poder salir de esta ciudad y buscar nuevos retos, nuevas metas.
Claves
Logros
Su mayor logro, explica, es el nunca haberse dado por vencida, ya que asegura muchos fotógrafos después de comprar todo el equipo necesario no buscan hacerse de más metas que los lleven a nuevos retos.
Sin la foto comercial, dice, no podría tener el equipo que ella ahora tiene, ya que es gracias a ese dinero que se ha hecho de sus cosas. Y considera que el trabajo comercial y el artístico pueden llevarse de la mano.
Junto a Javier Salcido trabaja en una exposición colectiva para que el año entrante ella pueda realizar una individual y así lograr obtener el reconocimiento necesario para poder lograr un trabajo en Monterrey.
Torreón, Coah.
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