lunes, 9 de agosto de 2010

Documentales hechos por el gusto al cine


Seguir la lucha diaria y la psicología de quienes aspiran a escalar montañas, tanto físicas como de fe, llevó a dos directores nacionales a subir sus propios peldaños al competir en el FIC.

Para hacer un cine de propuesta, no se necesita más que la voluntad. Así lo reflejan los creadores Víctor Ponce y Rubén Benavides, quienes con su primer largometraje bajo el brazo lograron posicionarlo dentro de la selección oficial del Festival Internacional de Cine (FIC) de Monterrey.

Con diferentes propuestas, las cintas Respira (de Víctor Ponce y Daniela Garza) y Matlachines: Los soldados de la Virgen (Rubén Benavides) nacen bajo el esfuerzo y la voluntad de los cineastas, en donde ambas fueron realizadas en formato Mini DV.

Los dos largometrajes competirán ante Café Brasil y Los Carboneros (ambas de Melissa Saucedo y Benjamín Contreras) en la categoría de La República de los Leones: cine de Nuevo León.

Respira, esfuerzo por voluntad

Esta película presenta a un grupo de destacados escaladores radicados en México, quienes hacen suyos los acantilados y montañas que dan forma a la rica orografía nacional. Con más de 35 horas de grabación en formato Mini DV y HDV, Víctor Ponce Álvarez (director junto a Daniela Garza) comenta que, en primera instancia, el documental nace a partir de la intención de conocer a los mejores escaladores que hay en México, en explorar su psicología y fortaleza mental para superar los obstáculos.

“Estuvimos buscando a los mejores escaladores que hay en México, en conocer su psicología, la disciplina que tienen. Como yo practico este deporte y además estudio esto, pensé que podría explotar una parte muy interesante del control mental de estas personas”, mencionó el director Víctor Ponce.

De esta manera, el trayecto de la cinta Respira llevó a los directores por las montañas de Guanajuato, Aguascalientes, de la ciudad de México y, por supuesto, por algunos paisajes de nuestro estado.

Evidenciar el ritmo de disciplina y voluntad –física y mental- que tienen los deportistas que practican este deporte extremo es otro de los aspectos que destaca su director. Armados sólo con su equipo de montaña y las cámaras, los productores de esta cinta se pasaron cerca de un año en grabación, más otros ocho meses en la post producción.

Creo que en todos lados está difícil la producción audiovisual, pero creo que es más una cuestión personal las barreras”, explicó Víctor Ponce Álvarez.

Darles voz a los Matlachines

“Aquí no hablan los especialistas ni los historiadores, aquí habla la gente, los que no tenían voz”. Así resume el guión de la película Matlachines: los soldados de la Virgen su director, Rubén Benavides.

Lejos de ser un documental histórico sobre la tradición de las peregrinaciones dedicadas a la guadalupana, el objetivo del documental es darle voz a quienes se personifican como “un matachín”: qué sienten, cómo lo hacen y por qué, son las cuestiones que se buscan descifrar en el largometraje.

“A mí me interesa el matlachín como me hubiera interesado un taxista o un obrero, lo que realmente busco es darle voz a quien no la tiene. Que ellos expongan sus puntos de vista sobre la realidad que viven”, expresa el director.

El largometraje presenta a dos jóvenes oriundos de la comunidad de Las Charcas (San Luis Potosí), quienes organizan la aparición de un grupo de matlachines propios del sindicato de trabajadores del Hospital Universitario. También se presenta la vivencia similar de dos matlachines oriundos de Monterrey, quienes de igual forma profesan de manera ferviente cuán sustancial es esta actividad para sus vidas.

“En una sociedad actual que no cree en nada, es interesante ver como ellos creen en algo, en donde sí hay una verdadera organización social y que gira en torno a la Virgen de Guadalupe”, expresa Benavides.

Para darle mayor veracidad al documental, las entrevistas se ofrecen como el verdadero sentir de los entrevistados, sin guiones de por medio o sin introducirse en cuestiones meramente históricas sobre la tradición de los matlachines.

“Si antes ellos ya percibían lo suyo como algo valioso, creo y espero que con el documental ahora se sientan orgullosos como poseedores de un patrimonio que los hace únicos”, reflexiona Rubén Benavides.
Monterrey, NL

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