Ayer comenzó el encuentro que reúne a los editores independientes, con sede en la planta alta de la librería del FCE. Casi 50 editoriales exhiben sus catálogos y logran, así, acabar un poco con su más grande problema: la invisibilidad.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos son. Pero, desde ayer, sí es posible saber dónde están. Al menos en lo que respecta a una cincuentena de ellos. Se trata de los editores independientes del país, que tomaron por asalto la planta alta de la librería José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica —o, como se le dice de cariño, la Joseluisa— para dar forma al segundo capítulo de la Primera Feria del Libro Independiente, que tuvo un primer tiempo hace unas semanas en la capital del país y que ahora tendrá como casa la librería ubicada en Chapultepec.
La sala de usos múltiples de la Joseluisa exhibe los catálogos de casi 50 editoriales independientes, procedentes de distintos puntos del país. Alejada de protocolos, la actividad tuvo su inauguración a cargo de Pablo Moya, editor de El Milagro y presidente de la Asociación de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI), quien se limitó a agradecer a los asistentes por acudir a la velada y presentar las actividades que acompañarán a la fiesta librera —dos mesas redondas y una fiesta con autores. Luego, por separado, explicó que la versión tapatía de la feria “es una versión un poco más pequeña por el espacio, pero sólo en cuanto a la cantidad de libros en exhibición. En México hubo 50 editoriales, aquí hay 47, entonces es similar la oferta”. El editor destacó que uno de los principales valores de la feria es “unificar el trabajo para lograr visibilidad, que es el problema de los independientes”.
Para dar una idea del panorama de la edición independiente, el presidente señala que tienen agremiados 16 sellos, “pero no conocemos a todas. Para organizar la feria convocamos a cerca de 60 y participaron 50. Lo importante es que los editores se empiezan a acercar”. Moya añade que posiblemente haya una centena de editoriales en el país, por lo que señala que lo importante es “dialogar para que todos nos unamos. La unión hace la fuerza y es una manera de sobrevivir en una realidad en la que tenemos muchos problemas en común”.
La Feria del Libro Independiente arrancó con una mesa, titulada “Dime con quién publicas y te diré quién eres”, que congregó a autores que han publicado con sellos independientes y con los llamados grandes. Ahí estuvieron Martha Cerda, Cecilia Eudave y Eugenio Partida, quienes, moderados por Myriam Vidriales. Entre las ideas expuestas, los tres autores coincidieron en señalar que, sin importar si se trata de un sello independiente o comercial, es fundamental la relación editor-autor. “Debe haber respeto mutuo. Los editores se arriesgan al publicar a un escritor y luego ocurre que los autores les dan la espalda. Por otra parte, hay soberbia de muchos escritores noveles que no quieren publicar en sellos independientes”, dijo Cecilia Eudave.
Martha Cerda señaló que es una labor de los autores “apoyar a sus editores, sean independientes o no, porque ser publicado es un privilegio. Los autores debemos convertirnos en promotores de nuestras propias obras”. Luego, Eudave hizo hincapié en el hecho de “no menospreciar a ninguna editorial, porque muchos editores de los llamados grandes deciden publicar a un autor al ver su trayectoria con sellos independientes”. Otro punto en que coincidieron fue en afirmar que, sin importar dónde publique, un buen autor ganará lectores.
Mientras los ponentes hablaban, los asistentes aprovechaban para ir por vasitos de vino tinto, ritual al que se sumaron los escritores una vez terminada la charla. Otros aprovechaban para dar un vistazo a los libros, acción que podrá repetirse hasta el 17 de agosto. La *Joseluisa abre de lunes a sábado de 9:00 am a 21:00 horas y está en Chapultepec 198.
Guadalajara, Jal.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos son. Pero, desde ayer, sí es posible saber dónde están. Al menos en lo que respecta a una cincuentena de ellos. Se trata de los editores independientes del país, que tomaron por asalto la planta alta de la librería José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica —o, como se le dice de cariño, la Joseluisa— para dar forma al segundo capítulo de la Primera Feria del Libro Independiente, que tuvo un primer tiempo hace unas semanas en la capital del país y que ahora tendrá como casa la librería ubicada en Chapultepec.
La sala de usos múltiples de la Joseluisa exhibe los catálogos de casi 50 editoriales independientes, procedentes de distintos puntos del país. Alejada de protocolos, la actividad tuvo su inauguración a cargo de Pablo Moya, editor de El Milagro y presidente de la Asociación de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI), quien se limitó a agradecer a los asistentes por acudir a la velada y presentar las actividades que acompañarán a la fiesta librera —dos mesas redondas y una fiesta con autores. Luego, por separado, explicó que la versión tapatía de la feria “es una versión un poco más pequeña por el espacio, pero sólo en cuanto a la cantidad de libros en exhibición. En México hubo 50 editoriales, aquí hay 47, entonces es similar la oferta”. El editor destacó que uno de los principales valores de la feria es “unificar el trabajo para lograr visibilidad, que es el problema de los independientes”.
Para dar una idea del panorama de la edición independiente, el presidente señala que tienen agremiados 16 sellos, “pero no conocemos a todas. Para organizar la feria convocamos a cerca de 60 y participaron 50. Lo importante es que los editores se empiezan a acercar”. Moya añade que posiblemente haya una centena de editoriales en el país, por lo que señala que lo importante es “dialogar para que todos nos unamos. La unión hace la fuerza y es una manera de sobrevivir en una realidad en la que tenemos muchos problemas en común”.
La Feria del Libro Independiente arrancó con una mesa, titulada “Dime con quién publicas y te diré quién eres”, que congregó a autores que han publicado con sellos independientes y con los llamados grandes. Ahí estuvieron Martha Cerda, Cecilia Eudave y Eugenio Partida, quienes, moderados por Myriam Vidriales. Entre las ideas expuestas, los tres autores coincidieron en señalar que, sin importar si se trata de un sello independiente o comercial, es fundamental la relación editor-autor. “Debe haber respeto mutuo. Los editores se arriesgan al publicar a un escritor y luego ocurre que los autores les dan la espalda. Por otra parte, hay soberbia de muchos escritores noveles que no quieren publicar en sellos independientes”, dijo Cecilia Eudave.
Martha Cerda señaló que es una labor de los autores “apoyar a sus editores, sean independientes o no, porque ser publicado es un privilegio. Los autores debemos convertirnos en promotores de nuestras propias obras”. Luego, Eudave hizo hincapié en el hecho de “no menospreciar a ninguna editorial, porque muchos editores de los llamados grandes deciden publicar a un autor al ver su trayectoria con sellos independientes”. Otro punto en que coincidieron fue en afirmar que, sin importar dónde publique, un buen autor ganará lectores.
Mientras los ponentes hablaban, los asistentes aprovechaban para ir por vasitos de vino tinto, ritual al que se sumaron los escritores una vez terminada la charla. Otros aprovechaban para dar un vistazo a los libros, acción que podrá repetirse hasta el 17 de agosto. La *Joseluisa abre de lunes a sábado de 9:00 am a 21:00 horas y está en Chapultepec 198.
Guadalajara, Jal.
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