martes, 3 de agosto de 2010

El Museo del Chopo presenta Efecto drácula/Comunidades en transformación

Por: Francisco Medina

El Chopo ha adquirido fama de ser el lugar de la ciudad donde las diversas contra y subculturas se reúnen. Para celebrar la diversidad de éste sector de la ciudad el Museo Universitario del Chopo presenta “Efecto Drácula/Comunidades en Transformación“. Esta es una propuesta que reúne a diversos artistas contemporáneos y de subculturas urbanas para explorar el fetichismo de la juventud en nuestra sociedad. Inspirado en la historia de Drácula los artistas juegan con la idea de no envejecer y como, con el paso del tiempo, objetos cotidianos pueden llegar a tener un contenido simbólico fundamental dentro de un grupo de personas.

Muestra que trata a las tribus urbanas como laboratorios y fuente del arte contemporáneo que "vampiriza" las diversas formas de expresión, estilo y actitudes de los jóvenes para la creación, ya sea por el tema o la técnica, donde la cultura global y el arte contemporáneo funcionan como un laboratorio donde se disuelven, yuxtaponen y mezclan léxicos, se crean registros y lenguajes. Asimismo, se caracteriza por su afán vanguardista, pues aborda temas novedosos antes que otros sectores culturales, dándoles forma y conceptualizando tendencias y fenómenos.

Efecto Drácula es una propuesta abierta organizada en torno a dos ejes temáticos. Investiga la relación dinámica entre arte contemporáneo y subculturas urbanas juveniles, así como el fetichismo en torno a la juventud en nuestra sociedad.

La muestra se inspira en la figura delvampiro y en la mitología en torno a esta figura dark y atractiva, particularmente sus atributos de gozar de juventud eterna a partir de la ingestión de sangre juvenil y fresca y el no poder reflejarse en espejos.

Discursos en la historia, la antropología, la religión y el folclor sobre Vlad Tepes (1431-1476) —el Drácula histórico—, y la novela de Bram Stoker publicada en 1897, han generado producción cultural sobre el vampiro en la literatura y el cine, y en la subcultura urbana punk y gótica. Si bien el vampiro está presente en nuestro imaginario social, su figura en Efecto Drácula es conceptual y permanece velada.

Efecto Drácula presenta núcleos ubicados dentro de ejes sobre estilos de vida juveniles. Destaca lenguajes formales y técnicas, y yuxtapone artistas de diversas generaciones y de diferentes locaciones culturales.

Más que configurar una narrativa cerrada, Efecto Drácula deja abierta al público su lectura e interpretación. Plantea que el arte es conocimiento visual y conceptual así como forma de pensar crítica, poética y provocadora.

Efecto Drácula responde a las comunidades que han conformado los públicos del Chopo desde las últimas décadas del siglo XX. Los temas interrelacionados e ideas propuestas bregan con temas pertinentes a sus comunidades históricas, así como a los nuevos públicos que desea atraer.

Hoy cubo blanco de innovador diseño, el Chopo sigue siendo una plataforma heterogénea y vanguardista que pone atención a las inquietudes de los jóvenes y a sus subculturas urbanas.

Artistas: Luis M. Alonzo-Barkigia, Francis Alÿs, Carlos Amorales, Vanessa Beecroft, Will Berry, Slater Bradley, Miguel Calderón, Larry Clark, Alejandro Díaz, Elmgreen & Dragset, Tracey Emin, Dario Escobar, Gardar Eide Einarsson, Francisco "Taka" Fernández, Luis Artemio Figueroa Zamano, Claire Fontaine, Cristian Franco Martín, Thomas Glassford, Nan Goldin, Agustín González, Patrick Hamilton, Thomas Hirshorn, Damien Hirst, Guillermo Kuitca, Dr. Lakra, Adriana Lara, Sarah Lucas, Manuel Mathar, Per Mårtensson, Israel Meza Moreno (Moris), Jonathan Monk, Gabriel de la Mora, Raymond Pettibon, Jack Pierson, David Ratcliff, Dijkstra Rineke, Joaquín Segura, Dash Snow , Ed Templeton, Laureana Toledo.


La resistencia popular, canciones de la revolución de Independencia

Por: Francisco Medina

En la presentación incluida en el cuadernillo que acompaña a este disco compacto, Ana Cecilia Lazcano, encargada también de la selección de las canciones, escribe: "Cuando en 1985 la aún Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México se incorporó a los festejos para conmemorar el CLXXV aniversario de la Independencia y el LXXV de la Revolución, se propusieron diversos proyectos para algunas de las áreas de la Dirección, entre ellos la producción de este disco que correspondió en la investigación y selección de textos a la Dirección Editorial, la indagación sobre la música a la Dirección de Actividades Musicales y a Voz Viva la elaboración".

Ana Cecilia Lazcano afirma que la fuente principal de la pesquisa "fue el Fondo Reservado del Instituto de Investigaciones Bibliográficas -al frente del cual estaba la maestra María del Carmen Ruiz Castañeda- así como algunos documentos cuyas referencias encontramos en ensayos y textos de varios estudiosos de esa época".

Alicia Urreta -pianista, compositora, autora de numerosas piezas sinfónicas y corales, ganadora de varios premios, además de ser una activa promotora de la música en diferentes orquestas y compañías de ópera-, entonces directora de Actividades Musicales, fue una figura señera en la investigación musical "más compleja y azarosa" que la pesquisa de los textos, de acuerdo con Ana Cecilia Lazcano.

Un grupo de investigadores dirigido por Alicia Urreta se sumergió en archivos musicales de varias partes del país con el objeto de encontrar partituras de diversas formas musicales y bailables del primer tercio del siglo XIX, registrados en documentos conservados en diferentes archivos y bibliotecas de México.

"Resultó sorprendente -afirma Ana Cecilia Lazcano- saber que muchos ritmos y estructuras musicales ahora tan familiares como lo son: el jarabe, el corrido, el son, la Valona, la canción y el huapango eran antiguas formas heredadas de la Colonia" que rápidamente se volvieron réplica popular "a la música culta que trastocó ritmos y letras a tal punto que fueron objeto de juicio por la Santa Inquisición".

Según la editora, se tomó la decisión "de componer y adaptar la música respetando, hasta donde fue posible, las formas musicales rescatadas por ellos [los investigadores] y que correspondían a las de principios del siglo XIX".

Ramón Sánchez encabezó este reto y, "siempre bajo la supervisión de Alicia Urreta, compuso casi toda la música que acompaña las letras de las canciones y los versos que se recopilaron".

Este disco compacto contiene 13 canciones seleccionadas por Ana Cecilia Lazcano. Todas ellas presentan un tono festivo y a la vez combativo de los versos dedicados a comentar la toma de diversas ciudades, las hazañas de los insurgentes "e incluso aquellos que modificaban las oraciones religiosas, para darles un nuevo sentido irreverente y subversivo, así como los que hacían burla y mostraban desprecio o imprecaban a los "chaquetas"' como apunta la autora de la presentación, y añade: "Estas muestras de esa subjetividad popular era la que quisimos plasmar en el disco".

De las trece canciones seleccionadas, sólo dos no pertenecen exactamente a la fase armada: "Los oprimidos" que abre y cierra el disco y "La Bamba" que recoge la tradición decimonónica "de esas formas musicales que hemos venido mencionando", refiere Ana Cecilia Lazcano, y explica que para dar sentido y fluidez al disco agregó pequeños textos en las voces de Alejandro Aura, Aurora Molina y Alberto Pedret, que "acotan las canciones y dan un aire narrativo a la grabación".

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