martes, 20 de julio de 2010

Compartió Isaac Stern su genialidad musical con jóvenes talentos

El músico buscó consagrar el progreso y reconocimiento de las artes a nivel internacional
También participó en una campaña contra la demolición del Carnegie Hall

El músico Isaac Stern, nacido el 21 de julio de 1920, compartió su genialidad con varias generaciones de homólogos, en busca de consagrar el progreso y reconocimiento de las artes a nivel internacional.

Aunque Stern nunca fue tan apreciado por la crítica europea como Yehudi Menuhin, David Oistrakh o Itzhak Perlman, debido a que no se enfocó exclusivamente al violín, dedicó gran parte de su vida a la formación de nuevos valores en el arte musical y a causas diversas como la campaña contra la demolición del Carnegie Hall, en 1960.

El músico nació en Kreminiecz, Rusia, pero el inicio de la Revolución Rusa, lo trajo en 1921 a América, cuando apenas tenía 10 meses de nacido. Instalado en San Francisco, California, donde creció, Stern inició sus estudios de violín cuando tenía apenas ocho años de vida.

Debutó en un recital a los 13 años y tres más tarde, en 1936, fue su debut orquestal con la interpretación del Concierto para violín de Johannes Brahms y la Sinfónica de San Francisco, con difusión nacional en radio.

En 1937 debutó en Nueva York con un recital en el Town Hall y en 1943 actuó por primera vez en el Carnegie Hall.

En 1945 comenzó a grabar para un único sello discográfico, CBS, luego Sony Classical, por lo que le otorgaron un premio a su fidelidad, proclamándolo “artista laureado”.

Su disposición para las causas nobles no cesó y durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó a dar conciertos como servicio a su país.

En 1953 Stern incursionó en el cine, interviniendo en la película “Tonight we sing”, biografía de Sol Hurok; “El manager”, donde interpretó al famoso violinista belga Eugene Ysaye, ídolo del músico por encontrar gran identificación.

En 1956 fue el primer artista norteamericano que actuó en la URSS tras la Guerra Fría, como embajador de Buena voluntad.

Stern solía decir que Ysaye y Paganini eran los dos más grandes violinistas de todos los tiempos, aunque él no fuera coetáneo de sus ídolos y en consecuencia nunca haberlos escuchado en vivo. Años más tarde, Stern grabó la parte de violín en el musical “El violinista en el tejado”.

El músico, con la constante disposición de ayuda y apoyo a la causa de Israel, fue presidente de la Asociación Cultural Americano-israelí, esfuerzo reconocido en 1990 por el “Jerusalem Post”, que reconoció que no había ningún otro músico vivo que hubiera hecho más por la educación musical en Israel.

Durante las guerras de los Seis Días en 1967 y del Yom Kippur en 1973, Stern canceló todos sus compromisos para estar en Israel y durante la guerra del Golfo en 1991 siguió tocando en una sala en Tel Aviv, a pesar de la amenaza de un ataque iraquí con misiles Scud.

En Alemania siempre se negó a tocar como protesta a los miles de asesinatos que terminaron con gran parte de su familia y fue hasta 1999 que aceptó dar clases magistrales en la ciudad de Colonia para los estudiantes.

En 1980 participó en el documental “De Mao a Mozart, Isaac Stern en China”, que ganó un Óscar de la Academia de Hollywood, en el que daba clases a jóvenes chinos, comprobando los estragos educativos que había causado en ellos la “Revolución cultural” maoísta.

También tuvo injerencia en el documental “El arte de dirigir” hablando sobre Fritz Reiner, y en la television estadounidense tuvo varias participaciones en programas como “60 minutos”, “Sesame Street”, en la cadena CBS, “Buenos días América” y “NBC´s Today”, entre otras.

En 1995, en su 75 aniversario, Sony Classical le dedicó una edición de obras grabadas varias veces. En las que se incluyó el concierto de Igor Stravinsky, “Barber”; la “Serenata para violín y orquesta”, del propio Leonard Bernstein, entre otras.

De las interpretaciones más destacadas de Stern se encuentra el concierto de Félix Mendelssohn dirigido por Eugene Ormandy, el de Tchaikovsky en la grabación dirigida por Mstislav Rostropovich, el Mozart dirigido por Daniel Barenboim “Concertone para 2 violines” y la “Sinfonía Concertante para violín y viola K 364”.

Algunas obras de su discografía son: “Bach, Vivaldi: Conciertos para 2 violines” (1983), “An Isaac Stern Vivaldi Gala” (1985), “Beethoven: Violin Concerto” (1987), “Brahms: Violin Concerto” (1988), “Schubert: Violin Sonatas” (1990), “Prokófiev: Violín Sonatas” (1996), “Classic Yo-Yo” (2001), entre otras.

Isaac Stern, quien sostenía que “ninguna sociedad puede llamarse civilizada sin cuidar de las artes, no como un adorno ocasional, sino como una necesidad básica”, falleció el 22 de septiembre de 2001, dejando un rico legado, no sólo con sus obras, sino con el apoyo que brindó a diferentes músicos, como a los violinistas Ithzak Perlman, Pinchas Zukerman y Shlomo Mintz, entre otros.
México, D.F.

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