Se trata de "El martirio de San Lorenzo"
La Santa sede publica un artículo en el que anuncia el "redescubrimiento" de una obra suya
El Vaticano creó sin querer un enigma en torno a un cuadro ubicado en la Iglesia del Jesús en Roma, que primero atribuyó al pintor Michelangelo Merisi “Caravaggio”, y después se retractó.
Se trata de “El martirio de San Lorenzo”, ubicada en la sacristía del templo, sede de la Compañía de Jesús en la capital italiana, obra que saltó a la fama el 17 de julio pasado.
Ese día, con motivo del cuarto centenario de la muerte del artista italiano, “L’Osservatore Romano” publicó un artículo titulado “Un nuevo Caravaggio” en el cual anunció el “redescubrimiento” de una obra suya.
El texto, escrito por Salvucci Insolera, describe a la obra como “estilísticamente impecable, bellísima” e incluso se la llegó a comparar con otras piezas de Merisi como la Conversión de San Pablo, el Martirio de San Mateo o Judita y Oloferne.
La noticia dio la vuelta al mundo y despertó la curiosidad de los especialistas quienes se preguntaron sobre su autenticidad.
Uno de ellos fue el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, quien observó por primera vez el cuadro el 19 de julio.
El 27 de julio, L’Osservatore dio marcha atrás con su primera interpretación publicando un artículo titulado “¿Un nuevo Caravaggio? No creo” y firmado por el mismo Paolucci, quien desmontó la teoría en torno al Martirio de San Lorenzo.
“El nivel cualitativo de la tela que se conserva en la sacristía de la Capilla de los Nobles (en la Iglesia) del Jesús de Roma es modesto. Bella la idea de san Lorenzo dramáticamente dialogante sobre la cuadrícula de su martirio”, escribió.
“Pero después –agregó- miras de cerca y ves las manos prospectivamente erradas, anatomías torpes y desarticuladas en los desnudos del segundo plano a la derecha, planos inciertos, redacción pictórica inadecuada. En suma, la calidad no existe”.
En su artículo Paolucci se refirió a una cierta “caravaggiomanía”, por el interés que ha causado el artista con motivo de diversas manifestaciones en Italia que recuerdan el cuarto centenario de su muerte.
Coincidieron con el director de los Museos Vaticanos los especialistas Gianni Papi, Bona Castellotti, Sybille Ebert Schifferer y Beatrice de Ruggeri quienes, tras analizar el cuadro, concluyeron que el autor en realidad podría haber sido un seguidor de Caravaggio.
Por su parte el director de la Iglesia del Jesús, el sacerdote Daniele Libanori, reveló que los mismos jesuitas “quedaron sorprendidos y descolocados” ante la decisión de L’Osservatore Romano de publicar, en primera página, el artículo sobre la misteriosa obra.
“Todo este interés que ha derivado nos ha sorprendido y nos ha parecido impropio, incluso por eso decidimos exponerlo (el cuadro) a los especialistas”, apuntó.
Para develar el enigma sobre el verdadero autor del supuesto Caravaggio a partir de septiembre se llevarán a cabo investigaciones diagnósticas que costarán entre dos mil 500 y tres mil euros (unos tres mil 250 y tres mil 900 dólares).
También se indagará sobre la proveniencia del cuadro, propiedad de los jesuitas, cuya última colocación –dijo Libanori- data de 1927. “Estaba oscuro y sucio, pensamos restaurarlo en homenaje a los 400 años de la muerte de Caravaggio”, apuntó el jesuita.
Cd. del Vaticano
La Santa sede publica un artículo en el que anuncia el "redescubrimiento" de una obra suya
El Vaticano creó sin querer un enigma en torno a un cuadro ubicado en la Iglesia del Jesús en Roma, que primero atribuyó al pintor Michelangelo Merisi “Caravaggio”, y después se retractó.
Se trata de “El martirio de San Lorenzo”, ubicada en la sacristía del templo, sede de la Compañía de Jesús en la capital italiana, obra que saltó a la fama el 17 de julio pasado.
Ese día, con motivo del cuarto centenario de la muerte del artista italiano, “L’Osservatore Romano” publicó un artículo titulado “Un nuevo Caravaggio” en el cual anunció el “redescubrimiento” de una obra suya.
El texto, escrito por Salvucci Insolera, describe a la obra como “estilísticamente impecable, bellísima” e incluso se la llegó a comparar con otras piezas de Merisi como la Conversión de San Pablo, el Martirio de San Mateo o Judita y Oloferne.
La noticia dio la vuelta al mundo y despertó la curiosidad de los especialistas quienes se preguntaron sobre su autenticidad.
Uno de ellos fue el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, quien observó por primera vez el cuadro el 19 de julio.
El 27 de julio, L’Osservatore dio marcha atrás con su primera interpretación publicando un artículo titulado “¿Un nuevo Caravaggio? No creo” y firmado por el mismo Paolucci, quien desmontó la teoría en torno al Martirio de San Lorenzo.
“El nivel cualitativo de la tela que se conserva en la sacristía de la Capilla de los Nobles (en la Iglesia) del Jesús de Roma es modesto. Bella la idea de san Lorenzo dramáticamente dialogante sobre la cuadrícula de su martirio”, escribió.
“Pero después –agregó- miras de cerca y ves las manos prospectivamente erradas, anatomías torpes y desarticuladas en los desnudos del segundo plano a la derecha, planos inciertos, redacción pictórica inadecuada. En suma, la calidad no existe”.
En su artículo Paolucci se refirió a una cierta “caravaggiomanía”, por el interés que ha causado el artista con motivo de diversas manifestaciones en Italia que recuerdan el cuarto centenario de su muerte.
Coincidieron con el director de los Museos Vaticanos los especialistas Gianni Papi, Bona Castellotti, Sybille Ebert Schifferer y Beatrice de Ruggeri quienes, tras analizar el cuadro, concluyeron que el autor en realidad podría haber sido un seguidor de Caravaggio.
Por su parte el director de la Iglesia del Jesús, el sacerdote Daniele Libanori, reveló que los mismos jesuitas “quedaron sorprendidos y descolocados” ante la decisión de L’Osservatore Romano de publicar, en primera página, el artículo sobre la misteriosa obra.
“Todo este interés que ha derivado nos ha sorprendido y nos ha parecido impropio, incluso por eso decidimos exponerlo (el cuadro) a los especialistas”, apuntó.
Para develar el enigma sobre el verdadero autor del supuesto Caravaggio a partir de septiembre se llevarán a cabo investigaciones diagnósticas que costarán entre dos mil 500 y tres mil euros (unos tres mil 250 y tres mil 900 dólares).
También se indagará sobre la proveniencia del cuadro, propiedad de los jesuitas, cuya última colocación –dijo Libanori- data de 1927. “Estaba oscuro y sucio, pensamos restaurarlo en homenaje a los 400 años de la muerte de Caravaggio”, apuntó el jesuita.
Cd. del Vaticano
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