Concebido como un espacio de vanguardia dedicado a la exhibición, documentación, producción e investigación de las prácticas artísticas, el LAA fomenta la reflexión y el intercambio de ideas entre los distintos públicos y la comunidad de medios electrónicos de México y del mundo.
Concebido como un espacio de vanguardia dedicado a la exhibición, documentación, producción e investigación de las prácticas artísticas que utilizan y ponen en diálogo la relación arte-tecnología, el Laboratorio Arte Alameda (LAA) llega a su primera década de fomentar la reflexión y el intercambio de ideas entre los distintos públicos y la comunidad de medios electrónicos de México y del mundo.
Su actual directora, Tania Ahedo, aseguró que el LAA debe encaminarse a ofrecer al público la posibilidad de ir más allá de la exposición vigente.
Para ello, dijo, ya se cuenta con el Centro de Documentación “Príamo Lozada”, donde los visitantes pueden consultar la historia de las exposiciones y actividades del LAA; bibliografía especializada en artes electrónicas; arte sonoro; un archivo audiovisual, así como libros, entrevistas y ensayos.
En entrevista, Ahedo señaló que la exposición que actualmente se presenta en el LAA, “Ready Media. Hacia una arqueología de los medios y la invención en México” (hasta el 8 de agosto de 2010), marca de alguna forma la intención de hacia dónde debe ir ese espacio.
Se trata de una muestra donde seis curadores-investigadores trabajaron con el archivo del LAA no sólo para revisarlo, sino para recomendar de qué manera se debe nutrir y así generaron programas audiovisuales y sonoros con una enorme cantidad de obras que suman alrededor de 26 horas de audiovisual y otras tantas de sonido.
“Estamos editando una serie de DVD’s con todo este material que vamos a distribuir en escuelas de arte, de música, mediatecas, audiotecas, museos, centros de investigación y todos los lugares donde se pueda tener para consulta individual con la idea de expandir el archivo del Laboratorio”.
De lo que se trata es de lograr que el LAA salga de sus paredes y pueda ser consultado en diversos lugares, porque estos medios así lo permiten, al mismo tiempo que seguir trabajando en el archivo, dijo.
El LAA fue fundado en noviembre del año 2000 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), con el objetivo de generar un diálogo permanente entre la sociedad y las prácticas artísticas actuales.
El Laboratorio acerca al público a las más importantes propuestas artísticas contemporáneas a nivel nacional e internacional, incrementando el interés de la sociedad en la cultura y en los avances científicos y tecnológicos de nuestro tiempo.
A lo largo de esta primera década de existencia, el LAA ha ofrecido a sus visitantes la posibilidad de disfrutar el arte y su relación con la vida cotidiana a través de su programa anual.
Este incluye exposiciones, ciclos de video, cine experimental, conciertos, talleres, cursos, conferencias, visitas guiadas, trabajo con comunidades marginadas, proyectos multidisciplinarios, publicaciones y atención al turismo cultural, entre otras actividades.
El LAA se ubica en el antiguo Convento de San Diego, cuya construcción se inició en 1591 por encargo de Mateo de Mauleón y su esposa Juana Arellano. Los frailes dieguinos se establecieron en este inmueble en 1861.
En tiempos de la Reforma, se ordenó la suspensión de los conventos y la exclaustración de los frailes. El edificio heredado sucesivamente y al pasar del tiempo se fraccionó creándose lo que en nuestros días son las calles de Colón, Balderas y Dr. Mora.
En 1964, el presidente Adolfo López Mateos inauguró la Pinacoteca Virreinal de San Diego que albergaba una colección de obras coloniales provenientes de la Academia de San Carlos, y que actualmente forma parte del acervo del Museo Nacional de Arte.
En el año 2000, se redefinió la vocación de este espacio y se transformó en el Laboratorio Arte Alameda, dedicado a exposiciones y actividades de arte contemporáneo, con un enfoque especial en las expresiones producidas con soportes electrónicos y tecnológicos.
Hoy en día el edificio que acoge al Laboratorio Arte Alameda, consta de seis salas o espacios claramente definidos: el atrio, la nave principal, la capilla de Dolores, el claustro bajo y el coro que conservan en gran medida su arquitectura original; además posee una sala anexa de construcción reciente, donde se ubican sus oficinas administrativas.
Es importante mencionar que hace 10 años existían en la Ciudad de México sólo dos espacios dedicados específicamente a estas prácticas que ponen en diálogo al arte y la tecnología: el Centro Multimedia, en el Centro Nacional de las Artes; y el Museo Tamayo.
“No siempre decimos nuevos medios porque en el LAA se pueden ver obras que reflexionan en torno a la tecnología pero con tecnologías que no son nuevas para nadie, tratamos de trabajar con una concepción de tecnología muy amplia, no solamente la informática es tecnología y todas las tecnologías, en algún momento, o todos los medios fueron nuevos, y en eso nos gusta hacer énfasis”, señaló la directora.
Tania Ahedo es una artista visual, quien también dirigió el Centro Multimedia. “Hace 10 años realmente había pocos espacios dedicados al arte contemporáneo y ninguno que se enfocara específicamente al arte electrónico. Lo que sí es que a lo largo de la historia ha habido en México, con diferentes matices, artistas que han trabajado con medios y tecnología”.
La diferencia que instaura el Laboratorio es que todas las esferas de acción que lo conforman (exposiciones, programas de pantalla cine y video tanto análogo como digital, programa editorial y seminarios de investigación) trabajan en un mismo vector, el mirar la tecnología en el arte con una conciencia precisa: en vista de que toda producción artística tiene aspectos técnicos.
Pero no se trata de tomar a la tecnología como centro articulador, sino la máquina como un principio productivo y transformativo.
Una conciencia de cómo las formas y los usos de los medios y la tecnología le dan un giro a la percepción y tienen especificidades que necesitamos discutir a nivel estético.
Tania Ahedo recordó que el curador fundador del LAA, Príamo Lozada (1962-2007), fue uno de los agentes más importantes en el desarrollo, difusión y promoción de estas prácticas artísticas, tanto dentro como fuera del país. “Fue uno de los pilares para que el perfil de este espacio fuera tan específico desde un principio.
Él comenzó a comisionar obras, que es uno de los elementos muy importantes de la misión del Laboratorio, el comisionar obras desarrolladas específicamente para dialogar con este espacio, que es tan particular”.
Otro de los elementos que ayudan a definir la vocación del LAA, comentó Tania Ahedo, son sus públicos. “Ha habido en los últimos años una transformación muy fuerte en los hábitos de escucha, de relacionarnos con los medios, hay un límite que se desliza entre el productor y el consumidor y prácticas muy interesantes que se dan en Internet.
“Nuestro público está habituado a consultar mucho, a no quedarse con la información de la exposición, sino a averiguar con qué más se relaciona lo que vio y eso es algo que estamos investigando para responder puntualmente”, dijo.
Asimismo destacó que una parte fundamental del programa de actividades del LAA es la participación de artistas, investigadores y teóricos relacionados con las nuevas tecnologías, quienes imparten talleres en los que comparten sus experiencias y brindan mayores herramientas al público, mientras se fortalece la formación de estudiantes de artes visuales, historiadores de arte, diseño, arquitectura y realizadores, entre otros.
“El Laboratorio cumple un papel muy importante como complemento de la educación artística, ya sea de formación de públicos o de especialización. Para nosotros es muy importante seguir mostrando artistas de muy amplia trayectoria, con investigaciones muy destacadas, pero también dar lugar a las nuevas generaciones. Esa combinación es la que deseamos consolidar”, concluyó Ahedo.
Cd. de México
Concebido como un espacio de vanguardia dedicado a la exhibición, documentación, producción e investigación de las prácticas artísticas que utilizan y ponen en diálogo la relación arte-tecnología, el Laboratorio Arte Alameda (LAA) llega a su primera década de fomentar la reflexión y el intercambio de ideas entre los distintos públicos y la comunidad de medios electrónicos de México y del mundo.
Su actual directora, Tania Ahedo, aseguró que el LAA debe encaminarse a ofrecer al público la posibilidad de ir más allá de la exposición vigente.
Para ello, dijo, ya se cuenta con el Centro de Documentación “Príamo Lozada”, donde los visitantes pueden consultar la historia de las exposiciones y actividades del LAA; bibliografía especializada en artes electrónicas; arte sonoro; un archivo audiovisual, así como libros, entrevistas y ensayos.
En entrevista, Ahedo señaló que la exposición que actualmente se presenta en el LAA, “Ready Media. Hacia una arqueología de los medios y la invención en México” (hasta el 8 de agosto de 2010), marca de alguna forma la intención de hacia dónde debe ir ese espacio.
Se trata de una muestra donde seis curadores-investigadores trabajaron con el archivo del LAA no sólo para revisarlo, sino para recomendar de qué manera se debe nutrir y así generaron programas audiovisuales y sonoros con una enorme cantidad de obras que suman alrededor de 26 horas de audiovisual y otras tantas de sonido.
“Estamos editando una serie de DVD’s con todo este material que vamos a distribuir en escuelas de arte, de música, mediatecas, audiotecas, museos, centros de investigación y todos los lugares donde se pueda tener para consulta individual con la idea de expandir el archivo del Laboratorio”.
De lo que se trata es de lograr que el LAA salga de sus paredes y pueda ser consultado en diversos lugares, porque estos medios así lo permiten, al mismo tiempo que seguir trabajando en el archivo, dijo.
El LAA fue fundado en noviembre del año 2000 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), con el objetivo de generar un diálogo permanente entre la sociedad y las prácticas artísticas actuales.
El Laboratorio acerca al público a las más importantes propuestas artísticas contemporáneas a nivel nacional e internacional, incrementando el interés de la sociedad en la cultura y en los avances científicos y tecnológicos de nuestro tiempo.
A lo largo de esta primera década de existencia, el LAA ha ofrecido a sus visitantes la posibilidad de disfrutar el arte y su relación con la vida cotidiana a través de su programa anual.
Este incluye exposiciones, ciclos de video, cine experimental, conciertos, talleres, cursos, conferencias, visitas guiadas, trabajo con comunidades marginadas, proyectos multidisciplinarios, publicaciones y atención al turismo cultural, entre otras actividades.
El LAA se ubica en el antiguo Convento de San Diego, cuya construcción se inició en 1591 por encargo de Mateo de Mauleón y su esposa Juana Arellano. Los frailes dieguinos se establecieron en este inmueble en 1861.
En tiempos de la Reforma, se ordenó la suspensión de los conventos y la exclaustración de los frailes. El edificio heredado sucesivamente y al pasar del tiempo se fraccionó creándose lo que en nuestros días son las calles de Colón, Balderas y Dr. Mora.
En 1964, el presidente Adolfo López Mateos inauguró la Pinacoteca Virreinal de San Diego que albergaba una colección de obras coloniales provenientes de la Academia de San Carlos, y que actualmente forma parte del acervo del Museo Nacional de Arte.
En el año 2000, se redefinió la vocación de este espacio y se transformó en el Laboratorio Arte Alameda, dedicado a exposiciones y actividades de arte contemporáneo, con un enfoque especial en las expresiones producidas con soportes electrónicos y tecnológicos.
Hoy en día el edificio que acoge al Laboratorio Arte Alameda, consta de seis salas o espacios claramente definidos: el atrio, la nave principal, la capilla de Dolores, el claustro bajo y el coro que conservan en gran medida su arquitectura original; además posee una sala anexa de construcción reciente, donde se ubican sus oficinas administrativas.
Es importante mencionar que hace 10 años existían en la Ciudad de México sólo dos espacios dedicados específicamente a estas prácticas que ponen en diálogo al arte y la tecnología: el Centro Multimedia, en el Centro Nacional de las Artes; y el Museo Tamayo.
“No siempre decimos nuevos medios porque en el LAA se pueden ver obras que reflexionan en torno a la tecnología pero con tecnologías que no son nuevas para nadie, tratamos de trabajar con una concepción de tecnología muy amplia, no solamente la informática es tecnología y todas las tecnologías, en algún momento, o todos los medios fueron nuevos, y en eso nos gusta hacer énfasis”, señaló la directora.
Tania Ahedo es una artista visual, quien también dirigió el Centro Multimedia. “Hace 10 años realmente había pocos espacios dedicados al arte contemporáneo y ninguno que se enfocara específicamente al arte electrónico. Lo que sí es que a lo largo de la historia ha habido en México, con diferentes matices, artistas que han trabajado con medios y tecnología”.
La diferencia que instaura el Laboratorio es que todas las esferas de acción que lo conforman (exposiciones, programas de pantalla cine y video tanto análogo como digital, programa editorial y seminarios de investigación) trabajan en un mismo vector, el mirar la tecnología en el arte con una conciencia precisa: en vista de que toda producción artística tiene aspectos técnicos.
Pero no se trata de tomar a la tecnología como centro articulador, sino la máquina como un principio productivo y transformativo.
Una conciencia de cómo las formas y los usos de los medios y la tecnología le dan un giro a la percepción y tienen especificidades que necesitamos discutir a nivel estético.
Tania Ahedo recordó que el curador fundador del LAA, Príamo Lozada (1962-2007), fue uno de los agentes más importantes en el desarrollo, difusión y promoción de estas prácticas artísticas, tanto dentro como fuera del país. “Fue uno de los pilares para que el perfil de este espacio fuera tan específico desde un principio.
Él comenzó a comisionar obras, que es uno de los elementos muy importantes de la misión del Laboratorio, el comisionar obras desarrolladas específicamente para dialogar con este espacio, que es tan particular”.
Otro de los elementos que ayudan a definir la vocación del LAA, comentó Tania Ahedo, son sus públicos. “Ha habido en los últimos años una transformación muy fuerte en los hábitos de escucha, de relacionarnos con los medios, hay un límite que se desliza entre el productor y el consumidor y prácticas muy interesantes que se dan en Internet.
“Nuestro público está habituado a consultar mucho, a no quedarse con la información de la exposición, sino a averiguar con qué más se relaciona lo que vio y eso es algo que estamos investigando para responder puntualmente”, dijo.
Asimismo destacó que una parte fundamental del programa de actividades del LAA es la participación de artistas, investigadores y teóricos relacionados con las nuevas tecnologías, quienes imparten talleres en los que comparten sus experiencias y brindan mayores herramientas al público, mientras se fortalece la formación de estudiantes de artes visuales, historiadores de arte, diseño, arquitectura y realizadores, entre otros.
“El Laboratorio cumple un papel muy importante como complemento de la educación artística, ya sea de formación de públicos o de especialización. Para nosotros es muy importante seguir mostrando artistas de muy amplia trayectoria, con investigaciones muy destacadas, pero también dar lugar a las nuevas generaciones. Esa combinación es la que deseamos consolidar”, concluyó Ahedo.
Cd. de México
No hay comentarios:
Publicar un comentario