lunes, 26 de julio de 2010

Patrimonio de NL, entre el descuido y el riesgo


La ciudad de Monterrey cuenta con importantes construcciones históricas que, a causa del abandono, hoy están a punto de perderse y necesitan pronta restauración.

De alguna manera, las grandes construcciones centenarias que embellecen a Monterrey y su área metropolitana se encuentran en buen estado. Pero qué pasa con las “pequeñas” construcciones hacia donde pocas veces voltean los ojos de las instituciones encargadas de vigilar el patrimonio, pues son en las que menos mantenimiento se invierte y, por consiguiente, están en mayor riesgo de perderse.

Y no sólo es referirse a los casos más recurrentes como el Barrio Antiguo o colonias como El Obispado, la María Luisa o El Mirador, sino también a barrios como la colonia Terminal, la Obrera o la Topo Chico, en donde también hay un patrimonio por preservar.

“Hay que apuntar los ojos a otros sitios más allá de los recurrentes pues afuera del Centro de Monterrey también hay casas y edificios muy dignos que debemos preservar”, afirma el arquitecto e investigador Juan Manuel Casas García.

No obstante, están los majestuosos edificios del centro que requieren de una fuerte rehabilitación, justo como está sucediendo ahora con la Casa del Campesino.

De estos, el investigador destaca al Palacio de Gobierno y al Museo Metropolitano. Ambos son edificios centenarios y ambos sufren del mismo problema: filtración de humedad.

En el último año se ha reconocido el grave problema que enfrenta el techo del segundo piso en el Palacio de Gobierno, donde incluso se desprendió un segmento el año pasado. En el Museo Metropolitano el problema de humedad ha afectado las paredes de salas y oficinas, así como la aparición de goteras en el vestíbulo del archivo municipal.

Edificios olvidados

Pero si en las grandes construcciones la falta de mantenimiento los pone en un severo riesgo, cómo estarán las construcciones privadas, es decir, las casas y antiguas industrias en donde pocos reparan.

El coautor del libro Panteones de El Carmen y Dolores: Patrimonio cultural de Nuevo León ofrece algunos ejemplos: la Casa Guimbarda (Padre Mier y Mina) que “prácticamente se está cayendo”; la antigua nave de la Fundición Siller (Espinoza y Villagrán) o la casa del ingeniero Joseph Robertson (José Manuel Herrera y Amado Nervo).

“A la Casa Guimbarda es urgente que el municipio la adquiera para que se restaure pues es uno de los escasos ejemplos de la arquitectura señorial que se construyó en Monterrey”, apunta el arquitecto.

Pero el patrimonio arquitectónico se extiende más allá del primer cuadro de la ciudad. Para el especialista es igual de importante rehabilitar el Palacio de Gobierno como el preservar las primeras casas de los trabajadores de la Fundidora. También refiere como “necesario” preservar el patrimonio de la colonia Bellavista, “que fue la primera en Monterrey”.

“También tenemos la placita de labores nuevas con algunas casas de sillares; tenemos el Hotel Mármol en la colonia Topo Chico, en donde quedan cosas interesantes. A todo eso hay que ponerle atención”, solicita el arquitecto.

Como un ejemplo fatídico señaló la casona que perteneció al empresario Francisco Sada (ubicada en Padre Mier y Rayón), la cual fue demolida hace unos meses al no poder comprobarse “a tiempo” que la construcción databa de finales de 1800.

“Intentamos infructuosamente defenderla con argumentos históricos y sólo por recursos legales y de tiempo la perdimos, la perdimos nosotros y la ciudad porque ya no existe”, sostuvo el especialista.

Ambiente de identificación social

••• No es por nostalgia, asegura el arquitecto e investigador Juan Manuel Casas, que se hace el llamado a proteger el patrimonio arquitectónico del estado. Al respecto, señala que conocer y preservar “nuestra arquitectura” generará una identificación social así como generar un “patrimonio de ambiente”.

Sin embargo, los obstáculos son muchos: desde lo costoso que puede resultar una buena restauración hasta la ignorancia. En el Centro de la ciudad, el gran “monstruo” para las casonas antiguas es la aparición de los estacionamientos públicos.

“No es que seamos llorones de un pasado que ya se fue, significa tener recordatorios presentes de nuestra identidad. Ahora el patrimonio ambiental forma, como su nombre lo indica, los ambientes de las calles o barrios, que incitan a sus visitantes a pasear por sus calles”, explica el especialista.

Según estimaciones del INAH, sólo en el Centro de Monterrey habría cerca de mil casas antiguas. Con el paso del huracán Alex, muchas de ellas quedaron seriamente afectadas, tanto en el centro como en los centros históricos de los diferentes municipios.
Monterrey, NL

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