El autor presenta la primera parte del libro de 263 páginas
Revela en esta obra su gusto por este género
La crónica es un género menospreciado, pero sobre todo poco utilizado en México; no obstante, J.M. Servín es casi la única forma de expresión que utiliza, con toda la libertad, y lo hace bien, y así lo demuestra en el libro “D.F. confidencial”, aparecido este 2010.
El autor nacido en la Ciudad de México en 1962 ha reunido unos 15 de sus mejores trabajos en este volumen editado por Almadía, acompañado de una larga “Presentación ministerial”, en la que da cuenta a profundidad de su gusto por la crónica, en particular en el Distrito Federal.
Sin dejar de observar que el título del libro es un guiño al de la novela “L.A. Confidential”, de uno de sus autores favoritos, James Ellroy, Servín deja en claro en esta primera parte del libro de 263 páginas lo que para él es, lo que representa, la crónica.
En esta primera parte del libro, que lleva por subtítulo “Crónicas de delincuentes, vagos y demás gente sin futuro”, establece que en la definición de los géneros periodísticos se ha llegado al punto en común de que la crónica “es la literatura de la realidad (y en el mejor de los casos, abundaría yo, de la realidad del cronista)”.
Y añade con su prosa limpia, de una bien educada mano: “un registro de géneros literarios y disciplinas sociales debidamente fusionadas en una narración que apuesta por la atemporalidad”.
Convencido de que se trata de lo más parecido a la literatura, sino que es una forma de ella, Servín se lanza a definir y definirse como un cronista “gonzo”, que prescinde de la supuesta subjetividad.
Señala que pese a que basa en hechos reales, “la Crónica es lo que más se aleja del periodismo canónico, pues introduce la subjetividad de la experiencia personal. El Yo por encima de la supuesta subjetividad”.
Y dispara una carga de sus autores favoritos: Truman Capote, John Dos Pasos, Ring Lardner, Ernest Hemingway, Tom Wolfe, Gay Talese, Hunter Thompson y Terry Southern; y de México, Manuel Payno, Martín Luis Guzmán, José Revueltas, Ricardo Garibay y David García Salinas.
J.M. Sevín deja en claro que su trabajo lo hace con toda libertad, sin coartar este derecho suyo, sin que se le quiten ni le pongan nada a sus textos, los que ha podido publicar en los medios, sitios, lugares donde han respetado esto.
Enseguida da una muestra de ello en crónicas con títulos como “Mejor llámale al FBI”, “Noches de boogie: el cine Savoy”, “Retablo de un barrio chinero”, “La hermandad del rebote”, “Los herederos del diablo” y “La foto macabra no es lo importante, sino entender lo que sucedió”, por mencionar algunas.
En ellas da, sin duda, una muestra de la profesión y pasión de este autor, que lo mismo publica en medios nacionales que internacionales, de quien parte de su obra ha sido traducida al francés y está incluida en diversas antologías.
J.M. Servín ha sido ganador del Premio Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez” 2004, en la categoría de reportaje escrito; miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2005.
Otros de sus libros son “Periodismo charter” y las novelas “Cuartos para gente sola”, “Por amor al dólar” y “Al final del vacío”, así como del de relatos “Revolver de ojos amarillos”.
México, D.F.
Revela en esta obra su gusto por este género
La crónica es un género menospreciado, pero sobre todo poco utilizado en México; no obstante, J.M. Servín es casi la única forma de expresión que utiliza, con toda la libertad, y lo hace bien, y así lo demuestra en el libro “D.F. confidencial”, aparecido este 2010.
El autor nacido en la Ciudad de México en 1962 ha reunido unos 15 de sus mejores trabajos en este volumen editado por Almadía, acompañado de una larga “Presentación ministerial”, en la que da cuenta a profundidad de su gusto por la crónica, en particular en el Distrito Federal.
Sin dejar de observar que el título del libro es un guiño al de la novela “L.A. Confidential”, de uno de sus autores favoritos, James Ellroy, Servín deja en claro en esta primera parte del libro de 263 páginas lo que para él es, lo que representa, la crónica.
En esta primera parte del libro, que lleva por subtítulo “Crónicas de delincuentes, vagos y demás gente sin futuro”, establece que en la definición de los géneros periodísticos se ha llegado al punto en común de que la crónica “es la literatura de la realidad (y en el mejor de los casos, abundaría yo, de la realidad del cronista)”.
Y añade con su prosa limpia, de una bien educada mano: “un registro de géneros literarios y disciplinas sociales debidamente fusionadas en una narración que apuesta por la atemporalidad”.
Convencido de que se trata de lo más parecido a la literatura, sino que es una forma de ella, Servín se lanza a definir y definirse como un cronista “gonzo”, que prescinde de la supuesta subjetividad.
Señala que pese a que basa en hechos reales, “la Crónica es lo que más se aleja del periodismo canónico, pues introduce la subjetividad de la experiencia personal. El Yo por encima de la supuesta subjetividad”.
Y dispara una carga de sus autores favoritos: Truman Capote, John Dos Pasos, Ring Lardner, Ernest Hemingway, Tom Wolfe, Gay Talese, Hunter Thompson y Terry Southern; y de México, Manuel Payno, Martín Luis Guzmán, José Revueltas, Ricardo Garibay y David García Salinas.
J.M. Sevín deja en claro que su trabajo lo hace con toda libertad, sin coartar este derecho suyo, sin que se le quiten ni le pongan nada a sus textos, los que ha podido publicar en los medios, sitios, lugares donde han respetado esto.
Enseguida da una muestra de ello en crónicas con títulos como “Mejor llámale al FBI”, “Noches de boogie: el cine Savoy”, “Retablo de un barrio chinero”, “La hermandad del rebote”, “Los herederos del diablo” y “La foto macabra no es lo importante, sino entender lo que sucedió”, por mencionar algunas.
En ellas da, sin duda, una muestra de la profesión y pasión de este autor, que lo mismo publica en medios nacionales que internacionales, de quien parte de su obra ha sido traducida al francés y está incluida en diversas antologías.
J.M. Servín ha sido ganador del Premio Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez” 2004, en la categoría de reportaje escrito; miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2005.
Otros de sus libros son “Periodismo charter” y las novelas “Cuartos para gente sola”, “Por amor al dólar” y “Al final del vacío”, así como del de relatos “Revolver de ojos amarillos”.
México, D.F.
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