Atienden pocos aficionados a la convocatoria literaria afuera del estadio.
Era más la prisa por encontrarse con los compañeros de tribuna, por conseguir el boleto en la reventa o por cubrirse el sol que darse el tiempo de escuchar un poema de Mario Benedetti.
Así se vivió el primer ciclo de lectura que se haya realizado a las afueras de un estadio de fútbol en la ciudad, teniendo como marco el partido de Monterrey contra los Estudiantes de la UAG y como una actividad previa del segundo Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes.
Bajo un tremendo sol, los valientes escritores como Laura González y Nervinsón Machado, del colectivo Regia cartonera; así como el poeta Iván Trejo, se colocaron afuera de las puertas17 y 13 del estadio Tecnológico –respectivamente- para invitar a los aficionados a que leyeran un cuento o una poesía relacionados con el fútbol. La respuesta de la hinchada fue nula.
Uno de los pocos valientes lectores fue Ismael Chía, quien apoyó el evento con la instalación del sonido. Ismael leyó el poema “sueños incompartidos”, del escritor José Adrián Pérez, y al finalizar expresó su pronóstico con un “ojalá meta gol el Chupete’”, haciendo alusión al delantero rayado Humberto Suazo, a lo que un aficionado de la tribuna de preferente respondió: “ándale, eso sí”, como si la lectura previa no fuera importante.
Monterrey, NL
Era más la prisa por encontrarse con los compañeros de tribuna, por conseguir el boleto en la reventa o por cubrirse el sol que darse el tiempo de escuchar un poema de Mario Benedetti.
Así se vivió el primer ciclo de lectura que se haya realizado a las afueras de un estadio de fútbol en la ciudad, teniendo como marco el partido de Monterrey contra los Estudiantes de la UAG y como una actividad previa del segundo Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes.
Bajo un tremendo sol, los valientes escritores como Laura González y Nervinsón Machado, del colectivo Regia cartonera; así como el poeta Iván Trejo, se colocaron afuera de las puertas17 y 13 del estadio Tecnológico –respectivamente- para invitar a los aficionados a que leyeran un cuento o una poesía relacionados con el fútbol. La respuesta de la hinchada fue nula.
Uno de los pocos valientes lectores fue Ismael Chía, quien apoyó el evento con la instalación del sonido. Ismael leyó el poema “sueños incompartidos”, del escritor José Adrián Pérez, y al finalizar expresó su pronóstico con un “ojalá meta gol el Chupete’”, haciendo alusión al delantero rayado Humberto Suazo, a lo que un aficionado de la tribuna de preferente respondió: “ándale, eso sí”, como si la lectura previa no fuera importante.
Monterrey, NL
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