Meyer evolucionó de ser un fotógrafo documental, a un documentalista-digital, que combina distintas imágenes para llegar a una realidad diferente.
La tecnología digital le abre al fotógrafo la posibilidad de proyectarse de muchas e insospechadas maneras, sostuvo el artista mexicano Pedro Meyer, a propósito de su retrospectiva "Herejías", que se exhibe en Quito.
"Tenemos (los fotógrafos) la capacidad, en la imagen, de proyectarnos de muchas maneras distintas, que a lo mejor nada tienen que ver con lo que yo tenía en mente cuando la hice originalmente", señaló Meyer en diálogo.
A comienzos de la década de los 90, con la aparición de la tecnología digital, Meyer evolucionó de ser un fotógrafo documental, que creaba imágenes directas, a un documentalista-digital, que combina distintas fotografías para llegar a una realidad diferente.
En esa línea, al referirse al sentido de su trabajo, dijo que lo que hace es cuestionar a la fotografía como medio porque "nos pasamos 170 años de existencia de la fotografía peleando para que fuera reconocida como arte".
"Eso nos tuvo tan entretenidos que no se nos ocurrió discutir acerca de qué es la fotografía como tal", apuntó, tras lo cual añadió que esa situación está cambiando porque ahora "estamos interesados en cuestionar el medio fotográfico para encontrar mejores expresiones".
Meyer también se refirió a la relación entre la fotografía y el público, e indicó al respecto que se "suscita un diálogo fascinante", porque ella tiene "esa característica estupenda que es ser polivalente”.
Tomando como ejemplo su exposición, dijo que cada una de las personas que acuden a ella "ve las obras y llega a conclusiones distintas. No hay una respuesta universal que diga: esto es lo bueno, esto es lo que hay ver y esto es así. No es lineal".
Tras afirmar que "el concepto de la fotografía y lo que ella busca cambian de persona a persona", acotó que no pretende dar una definición universal sino aportar cuestionamientos para que cada quien llegue a sus propias definiciones y conclusiones.
Al referirse al título de su exposición, Meyer reflexionó que "hereje es aquel que cuestiona la ortodoxia", actitud que conlleva un proceso en el que se adquiere conocimiento respecto a todo lo que se hace.
Cuestionó el concepto de testimonio que se le ha dado a la fotografía, de manera tradicional, en el campo periodístico. "Habría que ver a lo que se le da valor testimonial. Yo le doy valor testimonial a la interpretación del fotógrafo y creo que esa es justamente una de las situaciones que están en discusión actual", puntualizó.
"La fotografía documental, testimonial, está malentendida. ¿Es un testimonio de qué? La imagen que capta un fotógrafo desde un lugar es distinta de aquella que capta otro desde otro lugar. Entonces ¿cuál es la verdad?", planteó.
Agregó que "ahora editamos con una libertad que antes no existía. Hay toda una serie de discusiones respecto a que el fotógrafo edita, pero también los periodistas editan. Entonces, ¿quién les asigna a ellos un derecho de editar que a mí no me quieren dar?".
"Entonces, igual se puede editar lo que sea y lo que voy a hacer es dar mis interpretaciones y lo que van a hacer los periodistas es exactamente lo mismo, y está bien que lo hagan, excepto que esa libertad que ellos tienen la tengo yo también", enfatizó.
Quito, Ecuador
La tecnología digital le abre al fotógrafo la posibilidad de proyectarse de muchas e insospechadas maneras, sostuvo el artista mexicano Pedro Meyer, a propósito de su retrospectiva "Herejías", que se exhibe en Quito.
"Tenemos (los fotógrafos) la capacidad, en la imagen, de proyectarnos de muchas maneras distintas, que a lo mejor nada tienen que ver con lo que yo tenía en mente cuando la hice originalmente", señaló Meyer en diálogo.
A comienzos de la década de los 90, con la aparición de la tecnología digital, Meyer evolucionó de ser un fotógrafo documental, que creaba imágenes directas, a un documentalista-digital, que combina distintas fotografías para llegar a una realidad diferente.
En esa línea, al referirse al sentido de su trabajo, dijo que lo que hace es cuestionar a la fotografía como medio porque "nos pasamos 170 años de existencia de la fotografía peleando para que fuera reconocida como arte".
"Eso nos tuvo tan entretenidos que no se nos ocurrió discutir acerca de qué es la fotografía como tal", apuntó, tras lo cual añadió que esa situación está cambiando porque ahora "estamos interesados en cuestionar el medio fotográfico para encontrar mejores expresiones".
Meyer también se refirió a la relación entre la fotografía y el público, e indicó al respecto que se "suscita un diálogo fascinante", porque ella tiene "esa característica estupenda que es ser polivalente”.
Tomando como ejemplo su exposición, dijo que cada una de las personas que acuden a ella "ve las obras y llega a conclusiones distintas. No hay una respuesta universal que diga: esto es lo bueno, esto es lo que hay ver y esto es así. No es lineal".
Tras afirmar que "el concepto de la fotografía y lo que ella busca cambian de persona a persona", acotó que no pretende dar una definición universal sino aportar cuestionamientos para que cada quien llegue a sus propias definiciones y conclusiones.
Al referirse al título de su exposición, Meyer reflexionó que "hereje es aquel que cuestiona la ortodoxia", actitud que conlleva un proceso en el que se adquiere conocimiento respecto a todo lo que se hace.
Cuestionó el concepto de testimonio que se le ha dado a la fotografía, de manera tradicional, en el campo periodístico. "Habría que ver a lo que se le da valor testimonial. Yo le doy valor testimonial a la interpretación del fotógrafo y creo que esa es justamente una de las situaciones que están en discusión actual", puntualizó.
"La fotografía documental, testimonial, está malentendida. ¿Es un testimonio de qué? La imagen que capta un fotógrafo desde un lugar es distinta de aquella que capta otro desde otro lugar. Entonces ¿cuál es la verdad?", planteó.
Agregó que "ahora editamos con una libertad que antes no existía. Hay toda una serie de discusiones respecto a que el fotógrafo edita, pero también los periodistas editan. Entonces, ¿quién les asigna a ellos un derecho de editar que a mí no me quieren dar?".
"Entonces, igual se puede editar lo que sea y lo que voy a hacer es dar mis interpretaciones y lo que van a hacer los periodistas es exactamente lo mismo, y está bien que lo hagan, excepto que esa libertad que ellos tienen la tengo yo también", enfatizó.
Quito, Ecuador
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