miércoles, 25 de noviembre de 2009

Presenta Juan Gelman dos obras poéticas en España

México le dio al Gelman hombre la posibilidad de vivir tranquilo y en paz, y al Gelman poeta sus paisajes extraordinarios y los rincones de la capital mexicana que tienen algo de mágico, dijo el autor argentino.

México le dio al Gelman hombre la posibilidad de vivir tranquilo y en paz, la transparencia, y al Gelman poeta sus paisajes extraordinarios y los rincones de la capital mexicana que tienen algo de mágico.

Así lo declaró Juan Gelman en entrevista cuando en estos días se edita su obra Bajo la lluvia ajena, se presenta su nuevo poemario De atrasalante en su porfía y ejerce como jurado del Premio Cervantes.

Gelman escribió Bajo la lluvia ajena. (Notas al pie de una derrota) en 1980, como un diario poético del exilio y ahora la editorial El zorro rojo preparó una edición que incluye las ilustraciones del también argentino Carlos Alonso.

El autor de Los poemas de Sydney West explicó que ahora, cuando lee de nuevo los textos que integran Bajo la lluvia ajena lo hace con una cierta distancia, pero a la vez siente la época y los pormenores de su exilio muy presentes.

"Fue una experiencia tan dura que es normal que se transforme, se transfunda, y forme parte del pasado", dijo Gelman, que escribió el libro en Roma hace 30 años, pero aún dice sentirse perseguido por la memoria, la soledad y la sensación de derrota.

La idea de preparar esta obra fue del editor, Alejandro García Schnetzer, quien asegura en el prólogo que "las vidas de Carlos Alonso y Juan Gelman son como dos ríos que paralelamente discurren", pues compartieron persecuciones, tragedias y exilio.

"El editor conocía los dibujos de Alonso, yo no", explicó Gelman. "Se le ocurrió reunirlos porque la historia es bastante extraordinaria, pues tanto Alonso como yo estábamos en Roma, y al mismo tiempo sus dibujos tienen la misma temperatura", explicó.

Sobre el poemario que se publicó en España esta semana, De atrasalante en su porfía y que Gelman presentó con una lectura pública, dijo que aún sufre una "depresión posparto", pues se acaba de publicar "y uno siempre tiene una insatisfacción" por lo escrito.

En el poemario vuelve a estar presente la memoria, el deseo de justicia. Recuerda además al poeta Ángel González y hace velados reproches a aquellos amigos que abandonaron el barco al dejar de creer en los ideales por los que lucharon.

Juan Gelman comenzó a escribir De atrasalante en su porfía poco después de recibir el Premio Cervantes en 2007 y, coincidiendo con su publicación, fue convocado para ejercer como jurado de este importante galardón español que se falla el lunes.

"Estar como jurado del Cervantes tiene un carácter peculiar, ya que es un premio a la trayectoria", declaró Gelman. "En general la gente que se presenta es conocida por los jurados y es difícil que no se haya leído nada de ellos", añadió.

Interrogado sobre su percepción de Internet como medio de difusión de la poesía, el poeta dijo "parecerle muy bien", pero matizó que existe el riesgo de que da cabida a "cosas muy ligeras, mal escritas".

El autor de Violín y otras cuestiones afirmó que no ve en el dolor una fuente de inspiración, del mismo modo que no lo es la alegría: "Es la necesidad de expresar algo que no se sabe de qué se trata y que sólo se conoce cuando se escribe".

Sobre sus palabras que aseguran que "la poesía nace del dolor de la palabra", Gelman explicó que "el dolor de la palabra se refiere a que la palabra del poeta está a la intemperie", pero que no hace falta haber sufrido para ser un gran poeta.

Juan Gelman es un poeta y periodista que nació en Buenos Aires en 1930. Militó en su juventud en organizaciones guerrilleras y sufrió en propia carne las amenazas y tropelías de la dictadura militar argentina.

En 1975 se vio obligado a exiliarse. Estuvo en Italia, en Francia, y finalmente viajó a México, donde reside actualmente. Desde entonces consagró su vida y su obra a luchar contra las injusticias y a encontrar a sus familiares desaparecidos.

Entre su extensa obra poética, iniciada con la obra Violín y otras cuestiones en 1956, destacan Cólera buey (1964), Los poemas de Sydney West (1969), Hacia el sur (1982), Salarios del impío (1993) o País que fue será (2004).

A lo largo de su trayectoria recibió numerosos galardones como el Premio Cervantes, el Juan Rulfo, el Nacional de Poesía Argentino, el Reina Sofía, el Ramón López Velarde, Nacional de las Letras Teresa de Avila o el de Literatura Iberoamericana. Madrid, España

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