lunes, 1 de marzo de 2010

Lleva al náhuatl poema “El sol de Monterrey”

Con el nombre de Monterrey Itonati, el poema fue leído durante la celebración del Día de la Lengua Materna (21 febrero) que la semana pasada organizó la asociación Árbol de Todas las Raíces.

El náhuatl recibió desde hace algunos días la resolana de Monterrey, aquella de la que habla el poeta Alfonso Reyes en su poema “El sol de Monterrey”, gracias a la traducción que hiciera la maestra Martha Jonguitud Clemente de este poema al náhuatl, que su lengua materna.

Con el nombre de Monterrey Itonati, el poema fue leído durante la celebración del Día de la Lengua Materna (21 febrero) que la semana pasada organizó la asociación Árbol de Todas las Raíces.

“Primero tuve que leer y analizar bien el poema, el cual es muy bonito la verdad, y en él encontré que había algunas partes donde era demasiado profundo, entonces en cierto punto pues no sabía cómo traducirlo”, refirió Jonguitud Clemente.

El arte de la traducción va más allá del simple traslado de palabra por palabra. Esta fue otra de las dificultades que expresa la maestra son las constantes referencias que hace Reyes del contexto, es decir, de las referencias hacia su hogar de la infancia plasmadas en El sol de Monterrey.

“Cuando se habla de que a veces lo sacaban a escobazos (al sol), también cuando dice que cada cuarto era ventana; para mí esas referencias me causaron inquietud porque no sabía como traducir esa referencia a la ‘ventana’, ahí tuve la complicación al traducirlo”, detalló la catedrática.

El esfuerzo, sin duda, trajo sus recompensas. Durante la lectura pública de Monterrey Itonati en el Espacio al Aire Libre del Teatro de la Ciudad, la maestra Jonguitud Clemente mencionó que algunas personas se le acercaron para hablarle sobre el poema, pero no se trató de intelectuales o poetas sino de personas que, como ella, procedían de alguna ciudad donde se habla el náhuatl y que alguna razón están viviendo en Monterrey.

Fragmento
SOL DE MONTERREY
No cabe duda: de niño,
a mí me seguía el sol.

Andaba detrás de mí
como perrito faldero
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.

Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba.
Aun creo que algunas veces
lo espantaban con la escoba.
Y a la mañana siguiente,
ya estaba otra vez conmigo,
despeinado y dulce,
claro y amarillo:
ese sol con sueño
que sigue a los niños.

(El fuego de mayo
me armó caballero:
Yo era el niño andante,
y el sol, mi escudero.)

MONTERREY ITONATI
Kema nikonetsij
Na nech tokilijtinenki tonati.

Nemiyaya noika
ken se pil chichitsin
selkajtsin
tsalantik uan kostik
nopa tonati kochisneki
katli kintokilia konemej.

Uitontinemiyaya kalixpamitl
mo uilantinenki pan no tlapech.
Kemantik ki majmatiyaya
Ika tlachpoaitl.
Uan ka ijnalok
sempa itstoyaya ka na
selkajtsin
tsalantik uan kostik
nopa tonati kochisneki
katli kintokilia konemej.

(Mayo ichikaualis
nech tlakachijki
Na nikonetsij katli ninejnentinenki,
uan tonati nech paktinenki.)

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