miércoles, 20 de enero de 2010

Bolaño y la mejor novela de ficción

El Círculo Nacional de Críticos Literarios de Estados Unidos le otorgó el premio por La conquista de 2666

La conquista de 2666, el libro póstumo del chileno Roberto Bolaño Ávalos, editado en Estados Unidos hace apenas cuatro meses, fue premiado el pasado jueves con el premio a la Mejor Novela de Ficción de 2008 por el Círculo Nacional de Críticos Literarios de Estados Unidos, pese a que el escritor murió en 2003.

El galardón que entregó esta organización, formada por 900 críticos literarios de las mejores publicaciones, no sólo es la confirmación del intenso fenómeno que actualmente es la obra de Bolaño, la cual inició en 1998 con la publicación de Los detectives salvajes.

El premio a 2666 es simbólico para la literatura hispanoamericana puesto que es la primera vez que una obra escrita en español obtiene el premio a la mejor novela de ficción. Jorge Luis Borges se había alzado con el premio de ensayo en 1999 por una recopilación de ellos y Mario Vargas Llosa en 1997 por el compendio periodístico Contra viento y marea. Pero la ficción fue terreno monopolizado por los escritores de lengua inglesa.

La violencia, los incontables feminicidios que se presentan desde la década de los noventa, la lucha de organizaciones delictivas por la disputa de última ciudad fronteriza de América Latina con los Estados Unidos, la pobreza que obliga a miles de migrantes a emplearse en maquiladoras donde reciben sueldos ínfimos que los hunden en la peor de las miserias, son algunos de los temas que el escritor chileno Roberto Bolaño conforma en su novela 2666que actualmente es una de las más solicitadas en librerías latinoamericanas, estadounidenses y españolas.

Vista desde la perspectiva de este autor, la problemática en Ciudad Juárez va más allá de las actividades del crimen organizado, en específico del Cartel de Juárez, pues sin que la novela llegue a una resolución, Bolaño advierte a los lectores que estos homicidios pueden ser el resultado de la presencia de un grupo de asesinos seriales estadounidenses o líderes narcotraficantes que eligen jóvenes chicas para abusar de ellas y asesinarlas de formas brutales.

2666 una fecha en cuya perspectiva tan remota debe ordenarse la impresionante maraña de destinos, de personajes, de líneas argumentales y genéricas, una vastísima constelación marcada por el signo de la pérdida y de la insignificancia, de la desmesura inútil, de la equivocación y del malentendido.

Desde las ruinas de Europa, recorridas en vertiginosos viajes, hasta el desierto de Chihuahua, donde viene sucediéndose una interminable cadena de asesinatos de mujeres, la novela propone un recorrido abismal, amortiguado por una cultura y una civilización en derrota, en las que la literatura continúa invocando el simulacro de una redención.

Evidentemente algo está cambiando entre los lectores y los especialistas de Estados Unidos que premiaron la obra póstuma de este escritor.

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