jueves, 24 de junio de 2010

Actualizan tradición literaria con nuevas tecnologías y artes visuales

Se trata de una poesía visual, un “jardín” sonoro y la posibilidad de que el público cree sus propios poemas, con la ayuda de un programa computacional.

Con el propósito de hacer divertido el siglo XIX mexicano y que la gente le pierda el miedo a la literatura de esa época, el próximo 1 de julio será inaugurada la muestra “Aproximaciones decimonónicas. Tradiciones literarias en diálogo”, en el Centro de Lectura Condesa.

Se trata de una poesía visual, un “jardín” sonoro y la posibilidad de que el público cree sus propios poemas, con la ayuda de un programa computacional, el cual tiene el propósito de generar la idea de que la literatura o la historia literaria mexicana puede actualizarse en el momento en que cada uno quiera.

“Así como repensar la cultura mexicana en el contexto del Bicentenario”, explicó el escritor y artista visual, Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal, quien junto con Bibiana Padilla Maltos y Abraham Ornelas Aispuro, es uno de los autores de la muestra.

Los artistas, a manera de adelanto, ofrecerán los pormenores de “Aproximaciones decimonónicas. Tradiciones literarias en diálogo”, el próximo 27 de junio en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

En la mesa de diálogo participarán los poetas César Espinosa y Raúl Renán, quienes han estado inmersos en las corrientes experimentales de la poesía actual; y por supuesto Bibiana Padilla Maltos y Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal.

También se tendrán disponibles una computadora, con un programa diseñado para tomar de manera aleatoria las expresiones lingüísticas más frecuentes en la poesía mexicana del siglo XIX y, con base en ellas, construir un poema nuevo.

Explican sus organizadores que en el acto, los participantes abordarán la importancia de las vanguardias y de qué manera se puede actualizar la tradición literaria por medio de la experimentación con el lenguaje.

Además se mostrará un video, que aportará una pequeña muestra de lo que el público podrá apreciar en la exposición en el Centro de Lectura Condesa.

Dicho recinto se convertirá en un espacio experimental de la misma, en el que las personas atestiguarán cómo el autor de la muestra se ha apropiado, por medio de recursos tecnológicos y plásticos, tanto de las palabras como de la sintaxis y del significado de diversos poemas.

Destaca la obra de autores como Amado Nervo, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera, Manuel Acuña, Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano e Ignacio Ramírez “El Nigromante”, entre muchos otros.

Al respecto, Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal, quien participa del proyecto, señaló que la muestra se compone de varios niveles, “el más básico implica la supresión u ocultamiento de palabras en los poemas decimonónicos para producir textos nuevos o una experiencia de lectura distinta”.

En este nivel se juega, asimismo, con la figura decimonónica del escritor, tan acartonada y relacionada, ámbitos ajenos a la literatura, como la política, explicó.

“La exposición pretende quitarles esa imagen de estampita escolar”, indicó, “y jugar con la idea del retrato y borrarles el rostro, es decir, convertirlos en sujetos anónimos, que al fin de cuentas son productores también de una serie de textos literarios”.

“El siguiente nivel de la exposición es el semántico, para lo cual se diseñó un conjunto de programas computacionales que contienen tablas con los términos lingüísticos más utilizados en la poesía nacional del siglo XIX. A partir de esos programas surgieron dos instalaciones hechas con los términos que más se repiten”, comentó.

“Otra parte de la muestra está conformada por una serie de estereogramas en los que el público podrá disfrutar de los textos en imágenes tridimensionales, en donde las palabras cambian de posición y forma, en medio de figuras y elementos gráficos”.

En otra de las áreas de la exposición se tendrá un “jardín sonoro”, en el cual se montará una instalación en la que la gente escuchará audios producidos a partir de “manchas tipográficas” que se convierten en frecuencias electromagnéticas y, por ende, en sonidos, finalizó.
Ciudad de México

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