lunes, 31 de agosto de 2009

Nietzsche "dialoga" con Darwin en Edimburgo


La Universidad de esa ciudad dedicó este año su Festival Internacional a la Ilustración, periodo de gran desarrollo en el campo de las ideas y la tecnología


El filósofo Friedrich Nietzsche dialoga con el naturalista Charles Darwin mientras que, en uno de sus paseos solitarios, Jean-Jacques Rousseau se encuentra en un bosque con Blaise Pascal.
Todo ello es posible en Edimburgo, cuyo Festival Internacional ha estado dedicado este año a la Ilustración, periodo de extraordinaria creatividad en el campo de las ideas y el desarrollo científico y tecnológico al que tan directamente contribuyó Escocia.
En una sala de grandes columnas de la Universidad de Edimburgo, la antigua biblioteca donde Darwin concibió algunas de sus revolucionarias ideas sobre la evolución, el norteamericano Joseph Kosuth, uno de los representantes más destacados del arte conceptual, junta al gran sabio británico con el filósofo alemán.
Kosuth trabaja con luces de neón que configuran los "árboles" y otros diagramas que sirvieron a Darwin para dar forma verbal a sus ideas y, aprovechando los nichos entre las columnas, los yuxtapone a frases de Nietzsche y de Wittgenstein en las que estos dos filósofos se refieren a la paradójica relación entre filosofía, arte y ciencia.
En otro espacio, el de la Dean Gallery, a las afueras de Edimburgo, donde el visitante puede encontrar un maravilloso refugio si quiere huir de la Babel que es durante los días del festival la capital escocesa, otro artista estadounidense llamado Joshua Mosley se imagina un encuentro entre Rousseau y Pascal.
Ambos filósofos, figuras animadas de barro cocido en una película digital en blanco y negro, se encuentran en medio de un bosque real y se plantean preguntas sobre Dios y la naturaleza.
Rousseau consideraba que Dios está en la naturaleza y que en su estado natural el hombre no está aún corrompido mientras que Pascal creía en un Dios inaccesible a la razón y al que sólo puede llegarse mediante la fe.
En un momento determinado, durante su paseo, aparece un enorme perro, una figura animada también de barro: Pascal, temeroso, se esconde entre los árboles mientras que su compañero, como un nuevo Francisco de Asís, se dirige hacia el can, que salta, sin embargo, sobre el filósofo y termina devorando sus entrañas.
En la misma Dean Gallery se proyecta un filme de 60 minutos de la británica Tacita Dean titulado Presentation sisters, que muestra el diario quehacer de una pequeña comunidad de monjas irlandesas y en cuyo tratamiento de la luz se nota en algunos momentos la huella de un Vermeer.
Igualmente interesante es otro filme -de las británicas Jane y Louise Wilson- titulado en inglés Unfolding the Aryan Papers, producto de un trabajo de búsqueda en los archivos del fallecido cineasta Stanley Kubrick, que se encuentran en Londres.
Las hermanas Wilson se interesaron por la historia de Johanna ter Steege, una actriz holandesa que debía haber protagonizado una película de Kubrick, titulada precisamente "Aryan Papers" y que éste nunca llegó a realizar.
La película debía basarse en la novela Wartime lies (Mentiras de tiempos de guerra), de Louis Begley, que cuenta la historia de una mujer judía durante la Segunda Guerra Mundial que asume la identidad de una católica para salvar a su familia de los nazis.
En una especie de collage cinematográfico Jane y Louise Wilson intercalan fotografías en blanco y negro de la actriz cuando ensayaba el frustrado filme entre tomas actuales y en color de la mujer que se prueba la misma ropa de entonces y rememora en un largo monólogo su relación de trabajo con Kubrick.
No son, sin embargo, las hermanas Wilson las únicas en explorar el cine como una especie de mundo perdido, señala Tamara Trodd en un ensayo sobre ambas artistas, y apunta por ejemplo a otros que lo han intentado como Dominique González-Foerster, Pierre Huyghe o Tacita Dean. Edimburgo (El Universal)

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