Al recorrer la muestra-homenaje que se le ofrece en la Pinacoteca, el artista evocó los viejos tiempos con colegas como O’Higgins o Garfias.
Recorrer las calles del Monterrey de los años cincuenta era, sin duda, una experiencia de aprendizaje. En una esquina, uno podría encontrarse al poeta Pedro Garfias; en otra calle, le salía al paso el periodista José Alvarado, o en las afueras del Colegio Civil estaba el pintor Pablo O’Higgins, siempre dispuesto a una buena charla. Ése es recuerdo que guarda el pintor Guillermo Ceniceros (El Salto, Durango, 1939) de aquel Monterrey, hoy convertido en una metrópoli.
Al artista lo honra la Pinacoteca del estado (dentro del Colegio Civil) con la magna exposición Guillermo Ceniceros. Exposición-homenaje, la cual presenta una colección de 200 obras entre óleos, dibujo, grabados y esculturas, y se inaugurará mañana a las 20:00.
Para el pintor duranguense (aunque regiomontano por adopción) exponer en la ciudad es revivir los recuerdos: de cuando rentaba un estudio por el Teatro Rex y después otro espacio en la calle Allende, ambos situados en lo que ellos llamaban “El Canalón”, ahora convertido en el Paseo Santa Lucía. Y cuarenta años después, el mismo río exhibe cuatro pequeños murales del maestro Ceniceros, quien en los últimos años se ha visto muy ligado a la ciudad.
“Es muy emblemático, antes nosotros le llamábamos ‘El Canalón’. Ahí en alguna ocasión tuvimos un estudio, donde estaban: Manuel Durón, Javier Sánchez, (Jorge) González Nery y otros colegas”, mencionó Ceniceros.
Recordar aquel Monterrey de la década de los cincuenta y sesenta es evocar a una ciudad en plena ebullición cultural, donde los jóvenes que integraban la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León recibían cátedra de hombres como Alfonso Reyes, Emmanuel Carballo e incluso, del propio Diego Rivera.
“De repente teníamos las visitas de pintores que venían de México a darnos cursos, como a veces lo hizo Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins; y luego venían escritores importantes como Pedro Garfias y muchos más”, recordó el pintor, que en este 2009 cumplió 70 años de vida.
La exposición que presenta en la Pinacoteca cuenta con más de 200 obras, que van desde el pequeño formato, los grandes óleos, el grabado, el dibujo, el paisaje y la escultura, sin duda, una gran recopilación de las facetas del artista, que incluye producción nueva.
“Son obras que realicé en los últimos tres años, más aceleradamente, y de los últimos 10 años. En algunas de estas series juego con los espacios, realizo un juego visual que utilizo para lograr la composición y lograr cierta relación entre la pintura y la poesía, que no sé si se logre”, señaló Ceniceros.
Para la inauguración de este miércoles, se presentará el libro Guillermo Ceniceros. Setenta años, editado por el Gobierno de Durango y Nuevo León, mismo que se presentó hace unas semanas en el Palacio de Bellas Artes.
La otra cara, a varias cuadrasA poco más de un año de que MILENIO Diario de Monterrey denunciara el desprendimiento del 50 por ciento el mural de Guillermo Ceniceros que exhibe la biblioteca Felipe Guerra Castro (conocida como La Ciudadela), éste sigue sin ser restaurado. Mientras, el pintor espera que se le contacte para asesorar su restablecimiento. “Yo estoy en la mejor disposición de apoyarlos”, aseveró el artista.
La Ciudadela se ubica a unas cuadras de la Pinacoteca, donde se le hará el magno homenaje al artista, y es un espacio cultural que pertenece al municipio de Monterrey (por ser biblioteca pública). Está catalogado como Inmueble Histórico por el INAH y protegido por el INBA. A decir del autor, la restauración corresponde a éste último organismo. Monterrey, NL
Al artista lo honra la Pinacoteca del estado (dentro del Colegio Civil) con la magna exposición Guillermo Ceniceros. Exposición-homenaje, la cual presenta una colección de 200 obras entre óleos, dibujo, grabados y esculturas, y se inaugurará mañana a las 20:00.
Para el pintor duranguense (aunque regiomontano por adopción) exponer en la ciudad es revivir los recuerdos: de cuando rentaba un estudio por el Teatro Rex y después otro espacio en la calle Allende, ambos situados en lo que ellos llamaban “El Canalón”, ahora convertido en el Paseo Santa Lucía. Y cuarenta años después, el mismo río exhibe cuatro pequeños murales del maestro Ceniceros, quien en los últimos años se ha visto muy ligado a la ciudad.
“Es muy emblemático, antes nosotros le llamábamos ‘El Canalón’. Ahí en alguna ocasión tuvimos un estudio, donde estaban: Manuel Durón, Javier Sánchez, (Jorge) González Nery y otros colegas”, mencionó Ceniceros.
Recordar aquel Monterrey de la década de los cincuenta y sesenta es evocar a una ciudad en plena ebullición cultural, donde los jóvenes que integraban la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León recibían cátedra de hombres como Alfonso Reyes, Emmanuel Carballo e incluso, del propio Diego Rivera.
“De repente teníamos las visitas de pintores que venían de México a darnos cursos, como a veces lo hizo Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins; y luego venían escritores importantes como Pedro Garfias y muchos más”, recordó el pintor, que en este 2009 cumplió 70 años de vida.
La exposición que presenta en la Pinacoteca cuenta con más de 200 obras, que van desde el pequeño formato, los grandes óleos, el grabado, el dibujo, el paisaje y la escultura, sin duda, una gran recopilación de las facetas del artista, que incluye producción nueva.
“Son obras que realicé en los últimos tres años, más aceleradamente, y de los últimos 10 años. En algunas de estas series juego con los espacios, realizo un juego visual que utilizo para lograr la composición y lograr cierta relación entre la pintura y la poesía, que no sé si se logre”, señaló Ceniceros.
Para la inauguración de este miércoles, se presentará el libro Guillermo Ceniceros. Setenta años, editado por el Gobierno de Durango y Nuevo León, mismo que se presentó hace unas semanas en el Palacio de Bellas Artes.
La otra cara, a varias cuadrasA poco más de un año de que MILENIO Diario de Monterrey denunciara el desprendimiento del 50 por ciento el mural de Guillermo Ceniceros que exhibe la biblioteca Felipe Guerra Castro (conocida como La Ciudadela), éste sigue sin ser restaurado. Mientras, el pintor espera que se le contacte para asesorar su restablecimiento. “Yo estoy en la mejor disposición de apoyarlos”, aseveró el artista.
La Ciudadela se ubica a unas cuadras de la Pinacoteca, donde se le hará el magno homenaje al artista, y es un espacio cultural que pertenece al municipio de Monterrey (por ser biblioteca pública). Está catalogado como Inmueble Histórico por el INAH y protegido por el INBA. A decir del autor, la restauración corresponde a éste último organismo. Monterrey, NL
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