Ana Carmen Lavín, co-curadora de la exposición, dijo que es una oportunidad única para descubrir a un artista diferente.
Descubrir el color en la obra de El Greco, artista que por siglos ha cargado con el estigma de ser un pintor sombrío, resulta todo un acontecimiento en la exposición Domenikos Theotokopoulos. El Greco, 1900, que hoy inaugurará el presidente Felipe Calderón en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Ana Carmen Lavín, co-curadora de la exposición, dijo que es una oportunidad única para descubrir a un artista diferente. Gracias al diseño de iluminación realizado por Oscar Mariné, se apreciará el color y la luz que El Greco imprimió a sus obras.
Cada pieza exhibida tiene su historia, sus pasajes que fueron narrados por los curadores de la exposición Ana Carmen Lavín y José Redondo, quienes ofrecieron una cátedra sobre la vida y obra del artista de origen griego. Trabajó en Venecia, pero viajó España soñando ser el pintor de la corte, aunque el destino le negó ese deseo, pues le deparaba en Toledo otra vida más productiva económicamente hablando.
Si bien la producción de El Greco es excepcional, detalló Lavín, la muestra también exhibe obra que fue realizada en su taller, por sus ayudantes, entre ellos, Luis Tristán, a quien se podría considerar su discípulo, más que su propio hijo que no heredó las cualidades de El Greco.
Pero el conjunto de obras que sobresale es El Apostolado, integrado por trece pinturas, donde aparece un Cristo con sus apóstoles. “Hay sólo tres obras firmadas por él, pues sólo hasta que terminaba una pintura le ponía su firma”.
“El Cristo se montó al centro de la sala, como si se tratara de la última cena. Es de una manufactura extraordinaria. Su imagen es tan convincente que sirvió de inspiración para las pinturas del Sagrado Corazón de Jesús, que todo católico tiene en su casa”, refirió Lavín.
La muestra en Bellas Artes, destacó Charo Otegui, presidenta de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, es una ocasión excepcional.
“La exposición, que se presenta por única vez en México y no se exhibirá en ningún otro lugar, ofrece verdadera joyas del arte universal. Muestra a un Greco revalorado, por siglos olvidado, pues las tendencias artísticas del momento lo consideraban excéntrico. Fue hasta el siglo XX que se le revaloró como un pintor contemporáneo y vanguardista”, dijo Roxana Velásquez, directora del Palacio de Bellas Artes, acompañada de Teresa Vicencio, titular del INBA. México, D.F. (Milenio)
Ana Carmen Lavín, co-curadora de la exposición, dijo que es una oportunidad única para descubrir a un artista diferente. Gracias al diseño de iluminación realizado por Oscar Mariné, se apreciará el color y la luz que El Greco imprimió a sus obras.
Cada pieza exhibida tiene su historia, sus pasajes que fueron narrados por los curadores de la exposición Ana Carmen Lavín y José Redondo, quienes ofrecieron una cátedra sobre la vida y obra del artista de origen griego. Trabajó en Venecia, pero viajó España soñando ser el pintor de la corte, aunque el destino le negó ese deseo, pues le deparaba en Toledo otra vida más productiva económicamente hablando.
Si bien la producción de El Greco es excepcional, detalló Lavín, la muestra también exhibe obra que fue realizada en su taller, por sus ayudantes, entre ellos, Luis Tristán, a quien se podría considerar su discípulo, más que su propio hijo que no heredó las cualidades de El Greco.
Pero el conjunto de obras que sobresale es El Apostolado, integrado por trece pinturas, donde aparece un Cristo con sus apóstoles. “Hay sólo tres obras firmadas por él, pues sólo hasta que terminaba una pintura le ponía su firma”.
“El Cristo se montó al centro de la sala, como si se tratara de la última cena. Es de una manufactura extraordinaria. Su imagen es tan convincente que sirvió de inspiración para las pinturas del Sagrado Corazón de Jesús, que todo católico tiene en su casa”, refirió Lavín.
La muestra en Bellas Artes, destacó Charo Otegui, presidenta de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, es una ocasión excepcional.
“La exposición, que se presenta por única vez en México y no se exhibirá en ningún otro lugar, ofrece verdadera joyas del arte universal. Muestra a un Greco revalorado, por siglos olvidado, pues las tendencias artísticas del momento lo consideraban excéntrico. Fue hasta el siglo XX que se le revaloró como un pintor contemporáneo y vanguardista”, dijo Roxana Velásquez, directora del Palacio de Bellas Artes, acompañada de Teresa Vicencio, titular del INBA. México, D.F. (Milenio)
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