El chihuahuense se preocupó por mostrar siempre el lado humano de los personajes, asegura el estudioso de su obra
José Fuentes Mares era un historiador rebelde, independiente de cualquier grupo, critico implacable de la visión que imperaba sobre la historia oficial. Un historiador de hombres que se preocupó por mostrar el lado humano de los personajes de la historia. Así lo define su biógrafo, el académico Jorge Herrera Velasco.
Tras varios años de estudio y una valoración de la obra del historiador nacido en Chihuahua en 1918, Herrera Velasco asegura que José Fuentes Mares fue un historiador libre “porque no se sujetó a ningún criterio marcado por ninguna institución ni por el gobierno, fue un historiador exitoso porque vivió de eso, se hizo rico vendiendo libros de historia, cosa rara en México”.
Y es que el historiador Fuentes Mares es recordado y todavía muy leído por su tetralogía sobre Benito Juárez, que incluye Juárez y la República, Juárez y la Intervención, Juárez y el Imperio y Juárez y los Estados Unidos, que fue su gran obra escrita entre 1960 y 1965.
“Para muchos historiadores fue como una piedra en el zapato porque sus posturas eran distintas, muy críticas; pero para otros fue refrescante porque era ver que alguien decía y publicaba lo que nadie se atrevía a publicar”, señala Herrera Velasco, el autor del libro José Fuentes Mares. un historiador con escuela propia, que ha sido publicado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
En ese textom que fue presentado hace unos días, Jorge Herrera afirma que se trata de una valoración de la obra historiográfica de Fuentes Mares; pero también de su concepción de la historia y de la crítica que recibió en su momento. “Su narrativa es brillante, es divertida, hace un manejo de la ironía y el sentido del humor que mantienen al lector muy entretenido y divertido”.
Herrera Velasco recuerda que Fuentes Mares era un crítico de la historia oficial pero con fundamento, era un historiador muy serio, todo lo que decía lo avalaba en documentos. “Era un investigador académico de completa seriedad, lo que incomodaba a muchos que preferían la versión maniqueista de la historia, en la que los personajes ‘buenos’ de la historia eran buenos, buenos, buenísimos; mientras que los ‘malos’ eran malos, malos, malísimos”.
Dice que Fuentes Mares se encargó de dar una visión equilibrada. Por ejemplo, a los santones de la historia de México les reconoce méritos pero sin dejar de mostrar que cometieron errores. “Frente a la divinización de que la historia hizo de esos santones, Fuentes Mares los humaniza; pero en ningún momento quiso bajarlos de su pedestal para subir a otros. Lo que hizo fue bajarlos de su pedestal y a los que estaban enterrados los puso a nivel de tierra, sin pretensión de quitar al grupo de héroes nacionalistas y patriotas y sustituirlos por otros”.
Quien fuera miembro de la Academia Mexicana de Historia, por su calidad historiográfica y también de la Academia Mexicana de la Lengua por ser un excelente narrador, es reconocido por una obra histórica seria, por eso aún es considerado un historiador fundamental entre los historiadores “porque realmente marcó una nueva forma de escribir la historia, cuyas características ahora se ven con más naturalidad, pero en su época fue innovador”.
El historiador, cuya obra empezó a circular en los años 50 y con su muerte, en 1986, empezó a decaer el número de ediciones, es considerado en Chihuahua, su estado natal, como un gran historiador, pero también les es reconocida su habilidad narrativa, tanto que la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez decidió instituir el un reconocimiento que lleva su nombre, se trata del Premio Literario José Fuentes Mares.
El que fuera rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y crítico implacable, fue reconocido años después con su ingreso a las dos academias, pero también, en 1983, fue convocado a ser asesor de los libros de texto gratuitos y colaboró con su visión crítica de la historia oficial en esas ediciones.
José Fuentes Mares era un historiador rebelde, independiente de cualquier grupo, critico implacable de la visión que imperaba sobre la historia oficial. Un historiador de hombres que se preocupó por mostrar el lado humano de los personajes de la historia. Así lo define su biógrafo, el académico Jorge Herrera Velasco.
Tras varios años de estudio y una valoración de la obra del historiador nacido en Chihuahua en 1918, Herrera Velasco asegura que José Fuentes Mares fue un historiador libre “porque no se sujetó a ningún criterio marcado por ninguna institución ni por el gobierno, fue un historiador exitoso porque vivió de eso, se hizo rico vendiendo libros de historia, cosa rara en México”.
Y es que el historiador Fuentes Mares es recordado y todavía muy leído por su tetralogía sobre Benito Juárez, que incluye Juárez y la República, Juárez y la Intervención, Juárez y el Imperio y Juárez y los Estados Unidos, que fue su gran obra escrita entre 1960 y 1965.
“Para muchos historiadores fue como una piedra en el zapato porque sus posturas eran distintas, muy críticas; pero para otros fue refrescante porque era ver que alguien decía y publicaba lo que nadie se atrevía a publicar”, señala Herrera Velasco, el autor del libro José Fuentes Mares. un historiador con escuela propia, que ha sido publicado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
En ese textom que fue presentado hace unos días, Jorge Herrera afirma que se trata de una valoración de la obra historiográfica de Fuentes Mares; pero también de su concepción de la historia y de la crítica que recibió en su momento. “Su narrativa es brillante, es divertida, hace un manejo de la ironía y el sentido del humor que mantienen al lector muy entretenido y divertido”.
Herrera Velasco recuerda que Fuentes Mares era un crítico de la historia oficial pero con fundamento, era un historiador muy serio, todo lo que decía lo avalaba en documentos. “Era un investigador académico de completa seriedad, lo que incomodaba a muchos que preferían la versión maniqueista de la historia, en la que los personajes ‘buenos’ de la historia eran buenos, buenos, buenísimos; mientras que los ‘malos’ eran malos, malos, malísimos”.
Dice que Fuentes Mares se encargó de dar una visión equilibrada. Por ejemplo, a los santones de la historia de México les reconoce méritos pero sin dejar de mostrar que cometieron errores. “Frente a la divinización de que la historia hizo de esos santones, Fuentes Mares los humaniza; pero en ningún momento quiso bajarlos de su pedestal para subir a otros. Lo que hizo fue bajarlos de su pedestal y a los que estaban enterrados los puso a nivel de tierra, sin pretensión de quitar al grupo de héroes nacionalistas y patriotas y sustituirlos por otros”.
Quien fuera miembro de la Academia Mexicana de Historia, por su calidad historiográfica y también de la Academia Mexicana de la Lengua por ser un excelente narrador, es reconocido por una obra histórica seria, por eso aún es considerado un historiador fundamental entre los historiadores “porque realmente marcó una nueva forma de escribir la historia, cuyas características ahora se ven con más naturalidad, pero en su época fue innovador”.
El historiador, cuya obra empezó a circular en los años 50 y con su muerte, en 1986, empezó a decaer el número de ediciones, es considerado en Chihuahua, su estado natal, como un gran historiador, pero también les es reconocida su habilidad narrativa, tanto que la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez decidió instituir el un reconocimiento que lleva su nombre, se trata del Premio Literario José Fuentes Mares.
El que fuera rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y crítico implacable, fue reconocido años después con su ingreso a las dos academias, pero también, en 1983, fue convocado a ser asesor de los libros de texto gratuitos y colaboró con su visión crítica de la historia oficial en esas ediciones.
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