Los conforman 66 composiciones con lenguaje atrevido
"Nueces" ofrece diversas maneras de ver la vida
Un total de 66 poemas en los que con un lenguaje atrevido, sorprendente y descriptivo, su autor se sitúa como un observador minucioso de diversos temas cotidianos y paisajes, integran la publicación “Nueces”, del poeta Pedro Serrano.
Presentado en la Casa Refugio Citlaltépetl, se trata del quinto poemario en el que este vate nacido en Canadá, pero con nacionalidad mexicana, aborda sus distintas maneras de ver la vida.
Para el ensayista Carlos López Beltrán, la obra cobijada por el sello Trilce Colecciones, en la que su creador despliega una serie de capacidades descriptivas inusuales, refleja su madurez y trayectoria poética.
“Son poemas breves cuya principal característica es que tiene un lenguaje atrevido, sorprendente y descriptivo donde él, se sitúa como un observador minucioso de cuestiones y paisajes. En muchos de ellos, se siente ya un escritor con perfecto dominio de su estilo poético. Es un libro sobre la vida de un poeta que tiene un modo muy peculiar de atender lo que observa, lo que le sucede, señaló López Beltrán.
El también investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, destaca que Serrano incluye poemas relacionados con el paisaje, en los que describe situaciones personales, emocionales, amorosas y aborda situaciones frente a la naturaleza y los animales.
Es el caso de “Luminaria”, poema en el que Serrano hace alusión a una luciérnaga que con su bella y deslumbrante luz, alumbra de manera radiante un “campo lleno de ruidos”.
En otros como “Lluvia” expresa su beneplácito porque las pequeñas gotas lo empapen de pies a cabeza, y que al termino de ésta aparezca de nuevo un cielo acompañado de un hermoso azul y sol brillante.
En “Nueces”, afirmó López Beltrán, Serrano acomoda con palabras cómo es que transcurre el tiempo. “Captura texturas y modos naturales donde no se da el lenguaje”, agregó.
A lo largo de más de 90 páginas, el autor expresa además situaciones que para mucha gente sería algo íntimo e inusual, como el hecho de dedicar un poema cuando alguien acude al sanitario.
El escritor Jorge Aguilera Mora define el texto como “un complejo cuadro de naturaleza muerta donde la corteza del fruto oculta la vida de las cosas”.
“Corteza dura en apariencia o, mejor dicho, dura pero obediente al poder de las metáforas que todo lo penetran, que todo lo transforman, que ven la intrincada trama del mundo en toda su profundidad”, indicó.
Sobre el título de la obra, López Beltrán consideró que “Nueces” hace referencia a su autor, quien gusta de títulos de una sola palabra, relativamente sonoros y que establezcan espacios de subjetividad.
“No es un libro sobre nueces, sino un texto sobre emociones que puede tener en alguna metáfora”, añadió.
Sostuvo que en este poemario, el lector se queda con esa persona que está enseñando un modo de enriquecer su vida personal, a través de aprender a detectar registros, tonos y movimientos de las emociones frente a la vida.
“Si algo hace Serrano, es que enriquece la calidad con la que vivimos la vida. No podemos vivir los mismos episodios y tener las mismas experiencias, pero cuando hemos pasado por algunos poetas como él, esas mismas experiencias se enriquecen porque hemos aprendido a mirar distinto”, apuntó.
México, D.F.
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