Durante la millonaria restauración del Templo de Santo Domingo, recién concluida, fueron encontradas 47, 12 de las cuales serán exhibidas próximamente —luego de un tratamiento científico e histórico— en el “Generalito” una bóveda de la misma iglesia, compitiendo con sus vecinas.
Al concluir los trabajos de rescate del Templo de Santo Domingo, uno de los edificios más representativos de la época virreinal en la región zacatecana, uno de los especialistas que desde hace dos años trabajan en el sitio bromea: “Habrá templo para otros cien años” . Tras largos meses de obra, ésta se considera una de las más importantes en restauración, rescate y conservación del patrimonio, en la que los gobiernos federal y estatal invirtieron alrededor de 40 millones de pesos.
Lo que “no queda ahí”, añade haciendo un alto a su jornada el arqueólogo anónimo, puesto que a la belleza de este templo terminado de construir en 1749 habrá que sumarle (al margen de su permanencia como sitio de culto religioso) el interés adicional del hallazgo de los restos momificados de 47 personas. Treinta y cinco serán reinhumados; a los doce restantes se les dará un tratamiento científico e histórico a fin de poder exhibirlos próximamente en el llamado “Generalito”, bóveda del templo localizada al lado poniente de la construcción, de acuerdo con el delegado del INAH en el estado, Xavier Boelsterly. De modo que Zacatecas, lugar de cielo azul y tierra gélida, “competirá” con Guanajuato en la exhibición de cuerpos momificados, ello cuando quede listo el museo de sitio.
A punto de concluir los trabajos (luego de una reciente visita del director general del INAH, Alfonso de Maria y Campos, y la gobernadora de la entidad, Amalia García Medina) se espera la reapertura antes de que concluya este semestre. Especialistas del INAH y de la UAZ detallan la restauración integral de los retablos de las vírgenes de Loreto y de Guadalupe. Trabajos que significan la sobrevivencia de ambas reliquias, quizás las más deterioradas del conjunto.
Igualmente están casi terminados los trabajos de restauración del piso de madera, consolidación estructural del edificio en cimentación y superestructura, así como los de reconducción de redes eléctricas, iluminación interior y reintegración de decoración cromática del interior de la nave. Se trabaja igualmente en la reparación de la cripta de la nave y del presbiterio, así como están casi listos la exploración y el estudio arqueológico y antropológico.
Ubicado en el centro histórico de la ciudad, considerada Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad por la Unesco, el Templo de Santo Domingo tendrá también repuestos su sacristía y cerca de una docena de óleos colocados en distintos retablos, provenientes de los pinceles de diferentes artistas y épocas. Lo mismo sucederá con la escalera y las bóvedas, el crucero, la fachada lateral y la bóveda del salón anexo al cuerpo principal del templo. En materia de obra civil, el recinto religioso recuperará la rampa de acceso oriente y el nivel en el patio poniente.
Las momias
Fue cuando se realizaban los trabajos para reforzar la base de las columnas de la nave principal del templo que se encontraron, a mediados del pasado diciembre, los restos momificados. También se descubrieron los ataúdes de madera policromada que contenían los cuerpos (hombres, mujeres y niños en perfecto estado de conservación).
La curaduría museográfica que realiza el grupo de arqueólogos INAH-UAZ está por concluir. El estudio definirá el grupo poblacional al que pertenecían y las causas de su muerte. Se cree que en los cimientos del recinto hay muchos más cuerpos, aunque es prácticamente imposible rescatarlos. Se sabe que la mayoría de los cuerpos momificados son de niños, ya que por su característica de “angelitos” eran bien recibidos en las iglesias para darles sepultura. Sin embargo, también hay hombres y mujeres, aunque no se conoce la cifra exacta de cada uno de los géneros. También se encontraron objetos varios, entre los que destaca una moneda que data de 1740. Pese a que no tiene valor numismático, es el objeto más antiguo, además que data de tres décadas antes de la construcción del templo.
Pasaje oculto
Durante los trabajos de restauración del Templo de Santo Domingo, cuya suntuosidad parece fusionarse desde la perspectiva urbana con el de San Agustín o la Catedral Basílica, también se descubrió una entrada oculta, bajo la columna donde se ubica el púlpito, que lleva a una cripta que contenía otro cuerpo. Según la fecha de inscripción data de 1688 y, por las ricas vestiduras de seda e hilos de oro que posee, se piensa que es el de un corregidor. Por demás curioso es, dicen los especialistas, que sea precisamente ahí donde se colocó un entierro, el lugar que debe soportar cientos de toneladas de peso del techo del propio templo, en una columna que a su vez contiene una bóveda. Sin duda un avanzado trabajo de ingeniería y arquitectura.
Zacatecas, Zac.
Al concluir los trabajos de rescate del Templo de Santo Domingo, uno de los edificios más representativos de la época virreinal en la región zacatecana, uno de los especialistas que desde hace dos años trabajan en el sitio bromea: “Habrá templo para otros cien años” . Tras largos meses de obra, ésta se considera una de las más importantes en restauración, rescate y conservación del patrimonio, en la que los gobiernos federal y estatal invirtieron alrededor de 40 millones de pesos.
Lo que “no queda ahí”, añade haciendo un alto a su jornada el arqueólogo anónimo, puesto que a la belleza de este templo terminado de construir en 1749 habrá que sumarle (al margen de su permanencia como sitio de culto religioso) el interés adicional del hallazgo de los restos momificados de 47 personas. Treinta y cinco serán reinhumados; a los doce restantes se les dará un tratamiento científico e histórico a fin de poder exhibirlos próximamente en el llamado “Generalito”, bóveda del templo localizada al lado poniente de la construcción, de acuerdo con el delegado del INAH en el estado, Xavier Boelsterly. De modo que Zacatecas, lugar de cielo azul y tierra gélida, “competirá” con Guanajuato en la exhibición de cuerpos momificados, ello cuando quede listo el museo de sitio.
A punto de concluir los trabajos (luego de una reciente visita del director general del INAH, Alfonso de Maria y Campos, y la gobernadora de la entidad, Amalia García Medina) se espera la reapertura antes de que concluya este semestre. Especialistas del INAH y de la UAZ detallan la restauración integral de los retablos de las vírgenes de Loreto y de Guadalupe. Trabajos que significan la sobrevivencia de ambas reliquias, quizás las más deterioradas del conjunto.
Igualmente están casi terminados los trabajos de restauración del piso de madera, consolidación estructural del edificio en cimentación y superestructura, así como los de reconducción de redes eléctricas, iluminación interior y reintegración de decoración cromática del interior de la nave. Se trabaja igualmente en la reparación de la cripta de la nave y del presbiterio, así como están casi listos la exploración y el estudio arqueológico y antropológico.
Ubicado en el centro histórico de la ciudad, considerada Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad por la Unesco, el Templo de Santo Domingo tendrá también repuestos su sacristía y cerca de una docena de óleos colocados en distintos retablos, provenientes de los pinceles de diferentes artistas y épocas. Lo mismo sucederá con la escalera y las bóvedas, el crucero, la fachada lateral y la bóveda del salón anexo al cuerpo principal del templo. En materia de obra civil, el recinto religioso recuperará la rampa de acceso oriente y el nivel en el patio poniente.
Las momias
Fue cuando se realizaban los trabajos para reforzar la base de las columnas de la nave principal del templo que se encontraron, a mediados del pasado diciembre, los restos momificados. También se descubrieron los ataúdes de madera policromada que contenían los cuerpos (hombres, mujeres y niños en perfecto estado de conservación).
La curaduría museográfica que realiza el grupo de arqueólogos INAH-UAZ está por concluir. El estudio definirá el grupo poblacional al que pertenecían y las causas de su muerte. Se cree que en los cimientos del recinto hay muchos más cuerpos, aunque es prácticamente imposible rescatarlos. Se sabe que la mayoría de los cuerpos momificados son de niños, ya que por su característica de “angelitos” eran bien recibidos en las iglesias para darles sepultura. Sin embargo, también hay hombres y mujeres, aunque no se conoce la cifra exacta de cada uno de los géneros. También se encontraron objetos varios, entre los que destaca una moneda que data de 1740. Pese a que no tiene valor numismático, es el objeto más antiguo, además que data de tres décadas antes de la construcción del templo.
Pasaje oculto
Durante los trabajos de restauración del Templo de Santo Domingo, cuya suntuosidad parece fusionarse desde la perspectiva urbana con el de San Agustín o la Catedral Basílica, también se descubrió una entrada oculta, bajo la columna donde se ubica el púlpito, que lleva a una cripta que contenía otro cuerpo. Según la fecha de inscripción data de 1688 y, por las ricas vestiduras de seda e hilos de oro que posee, se piensa que es el de un corregidor. Por demás curioso es, dicen los especialistas, que sea precisamente ahí donde se colocó un entierro, el lugar que debe soportar cientos de toneladas de peso del techo del propio templo, en una columna que a su vez contiene una bóveda. Sin duda un avanzado trabajo de ingeniería y arquitectura.
Zacatecas, Zac.
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