El narrador, poeta, periodista y dramaturgo habló de su obra “Un hilito de sangre” durante una sesión del ciclo “Tertulias literarias”, que organiza la Secretaría de Cultura capitalina. El escritor se congratuló de que se celebren estas reuniones.
La tertulia es una manifestación de vida y cultura muy importante, porque ha tenido épocas de oro y, después, por la falta de tiempo y crecimiento de las distancias, se fue diluyendo, dijo hoy aquí el escritor Eusebio Ruvalcaba.
Hacer ahora un ciclo con estas reuniones puede dar resultados muy gratos, añadió.
Entrevistado poco antes de subir al estrado y compartir sus experiencias en el mundo de las letras con el público que asistió a una sesión más del ciclo “Tertulias literarias”, que organiza cada miércoles la Secretaría de Cultura capitalina, el escritor se congratuló de que se celebren estas reuniones.
Asimismo señaló que a pesar de ser un hombre que no está acostumbrado a crearse expectativas, “porque casi siempre que uno se las forma interviene el azar y las cosas toman un derrotero muy diferente al esperado”, este día fue a la tertulia “con la expectativa de tener un diálogo con los lectores”.
Hijo del reconocido violinista Higinio Ruvalcaba y nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1951, el entrevistado ganó el concurso literario “Agustín Yáñez” con su novela “Un hilito de sangre”, cuando apenas era un joven autor de 40 años de edad.
Esa obra fue llevada a la pantalla grande, aunque con no mucha aceptación por parte de la crítica.
Empero, para él ha sido una obra pródiga en satisfacciones; “es una novela que está contada en primera persona y lo único que yo me propuse con ella fue provocar en mis hijos, hace 20 años que la escribí y 15 que se publicó, que ellos se entretuvieran en tanto atravesaba yo un divorcio, que mis hijos sintieron en su vida cotidiana”, dijo.
El autor mencionó que lo que pretendió al escribir su novela fue que sus hijos se rieran aunque fuera un poco. “La historia versa sobre un joven que sale de su casa imbuido por un espíritu amoroso, emprende un viaje a Guadalajara y regresa a su casa en 24 horas. Todo transcurre en ese tramo de su existencia”, comentó.
A lo largo de la historia, señaló el entrevistado, el lector advierte que el personaje central descubre el gran amor, apasionado e intenso, en sólo 24 horas.
“La vigencia de la obra, a 20 años de haber sido pensada, está en la actitud de los jóvenes ante la vida, porque se enamoran despiadadamente, como ha sido toda la vida”, señaló el también colaborador de varios medios de comunicación.
Explicó que por una chica, un adolescente, un jovencito que despierta a la vida, es capaz de aventarse desde la Torre Latinoamericana o de hacer lo que ella le diga, con tal de una sonrisa.
“El espíritu amoroso, a mi modo de ver, sigue siendo el mismo, aunque tal vez lo que ha cambiado es la forma de enamorar a la persona amada”, abundó.
Subrayó que esta novela le ha reportado profundas satisfacciones, sobre todo porque el autor se ha percatado que ha tocado el corazón de no pocos lectores y eso, para él, “es el mejor premio literario”. Finalmente, dijo que llegó este día para reunirse con sus contertulios con el firme deseo de que todos pasaran una velada agradable, lo que se cumplió.
Ciudad de México
La tertulia es una manifestación de vida y cultura muy importante, porque ha tenido épocas de oro y, después, por la falta de tiempo y crecimiento de las distancias, se fue diluyendo, dijo hoy aquí el escritor Eusebio Ruvalcaba.
Hacer ahora un ciclo con estas reuniones puede dar resultados muy gratos, añadió.
Entrevistado poco antes de subir al estrado y compartir sus experiencias en el mundo de las letras con el público que asistió a una sesión más del ciclo “Tertulias literarias”, que organiza cada miércoles la Secretaría de Cultura capitalina, el escritor se congratuló de que se celebren estas reuniones.
Asimismo señaló que a pesar de ser un hombre que no está acostumbrado a crearse expectativas, “porque casi siempre que uno se las forma interviene el azar y las cosas toman un derrotero muy diferente al esperado”, este día fue a la tertulia “con la expectativa de tener un diálogo con los lectores”.
Hijo del reconocido violinista Higinio Ruvalcaba y nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1951, el entrevistado ganó el concurso literario “Agustín Yáñez” con su novela “Un hilito de sangre”, cuando apenas era un joven autor de 40 años de edad.
Esa obra fue llevada a la pantalla grande, aunque con no mucha aceptación por parte de la crítica.
Empero, para él ha sido una obra pródiga en satisfacciones; “es una novela que está contada en primera persona y lo único que yo me propuse con ella fue provocar en mis hijos, hace 20 años que la escribí y 15 que se publicó, que ellos se entretuvieran en tanto atravesaba yo un divorcio, que mis hijos sintieron en su vida cotidiana”, dijo.
El autor mencionó que lo que pretendió al escribir su novela fue que sus hijos se rieran aunque fuera un poco. “La historia versa sobre un joven que sale de su casa imbuido por un espíritu amoroso, emprende un viaje a Guadalajara y regresa a su casa en 24 horas. Todo transcurre en ese tramo de su existencia”, comentó.
A lo largo de la historia, señaló el entrevistado, el lector advierte que el personaje central descubre el gran amor, apasionado e intenso, en sólo 24 horas.
“La vigencia de la obra, a 20 años de haber sido pensada, está en la actitud de los jóvenes ante la vida, porque se enamoran despiadadamente, como ha sido toda la vida”, señaló el también colaborador de varios medios de comunicación.
Explicó que por una chica, un adolescente, un jovencito que despierta a la vida, es capaz de aventarse desde la Torre Latinoamericana o de hacer lo que ella le diga, con tal de una sonrisa.
“El espíritu amoroso, a mi modo de ver, sigue siendo el mismo, aunque tal vez lo que ha cambiado es la forma de enamorar a la persona amada”, abundó.
Subrayó que esta novela le ha reportado profundas satisfacciones, sobre todo porque el autor se ha percatado que ha tocado el corazón de no pocos lectores y eso, para él, “es el mejor premio literario”. Finalmente, dijo que llegó este día para reunirse con sus contertulios con el firme deseo de que todos pasaran una velada agradable, lo que se cumplió.
Ciudad de México
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