El acervo se encuentra abandonado en bodegas por el INBA. Varios documentos desaparecieron, denuncian investigadores
Los acervos históricos de la danza más importantes que posee México están abandonados y en riesgo de perderse.
En cajas de cartón apiladas en una bodega, sin las condiciones de clima necesarias para su preservación, obras originales de artistas de la talla de Juan Soriano, José Gómez Rosas, Antonio López Mancera, Francisco Moreno Capdevila, Julio Prieto, Julio Castellanos, José Reyes Meza y Luis Sánchez Arreola, entre otros, pertenecientes a la Colección Felipe Segura, bocetos de escenografía y vestuario del Ballet Concierto de México, se encuentran en verdadero peligro, frente a la indiferencia de las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes y del Centro Nacional de Información y Documentación de la Danza José Limón (Cenidi).
Fotos tomadas en la bodega revelan el estado lamentable no sólo de la colección que el ex bailarín Felipe Segura donó al centro de investigación, sino también de los fondos documentales entregados, para su preservación y difusión al centro de investigación, por los académicos Tulio de la Rosa, Rosa Reyna, Guillermo Keys, Luis Fandiño, Hilda Rodríguez, Graciela Reyes y Frida Martínez.
El acervo se encuentra amontonado en una bodega, sin ser intervenido por especialistas para la correspondiente clasificación, catalogación y preservación en instalaciones idóneas para este tipo de archivos. Ahí se encuentra obra plástica original, fotografías programas de mano, notas periodísticas, y memorias de actividades académicas.
Recientemente se descubrió el deterioro del archivo donado por Patricia Aulestia, así como el extravío de documentos que la investigadora había fotocopiado, con recursos propios, en la Biblioteca Pública de Nueva York y en la Biblioteca del Lincoln Center, pertenecientes al periodo de la danza mexicana de 1910-1939, que no existen en las bibliotecas mexicanas ni en el Archivo General de la Nación.
Despreocupación oficial
Patricia Aulestia, César Delgado Martínez y María Teresa Nava han denunciado el estado en que se tiene los acervos de danza en el Cenidi, sin obtener una respuesta favorable e interesada por parte de Elizabeth Cámara, directora del centro de investigación, y de Marisela Jacobo, subdirectora general de Educación e Investigación Artística del INBA, quien se ha negado a recibir a los investigadores “por falta de tiempo”.
El archivo documental de Patricia Aulestia se encontraba desordenado, en cajas rotas y en bolsas de plástico. Los documentos mostraban deterioro por humedad y hongos, aseguró María Teresa Nava, investigadora técnica titular B del área de documentación, quien se encargó de hacer la limpieza correspondiente y la recuperación de ese acervo.
Aulestia pidió una explicación a Cámara, directora del Cenidi, y le exigió la búsqueda de los documentos faltantes. Hasta ahora, la única respuesta que ha obtenido es que tenga paciencia.
KIOSKO solicitó una entrevista con Cámara, sin embargo, no recibió respuesta. Ximena Gironella, coordinadora de Difusión, quien atendió la solicitud, preguntó: “¿A qué viene el interés por los acervos?” Se le explicó que son patrimonio de la nación y por lo tanto de interés público. La funcionaria aseguró que habría respuesta posterior.
En un oficio (of. doc. 004/10, 4 de febrero de 2010) enviado por Patricia Ruiz a Cámara, la coordinadora de Documentación reconoce que no existen las condiciones para preservar el acervo documental restaurado de Patricia Aulestia.
“Con relación a la preocupación que externa la documentalista (se refiere a María Teresa Nava) sobre el espacio, le comento que efectivamente el Cenidi Danza no cuenta con condiciones para albergar y conservar adecuadamente los materiales. También se debe considerar que la Torre de Investigación (del Cenart), no fue planeada para soportar cajas con archivos y que en caso de sismos esto representa un riesgo. Este problema no se ha atendido por el Instituto (INBA) durante años…”, dice en el documento del que se tiene copia.
Una década de desinterés
En 2000, Patricia Ruiz fue nombrada Coordinadora de Documentación del Centro Nacional de Información y Documentación de la Danza José Limón y a su responsabilidad quedaron acervos de danza del centro de investigación. En diez años, dicen investigadores, el descuido y el olvido de los archivos llegó a un estado de desastre que pone en riesgo ese patrimonio de la nación.
Angélica del Ángel Magro, María Teresa Nava Sánchez, María Isabel Martínez López y Patricia Licona, adscritas al área de Documentación, expresaron su preocupación por el estado de los acervos del Cenidi en el Foro de Investigación realizado en noviembre del 2009.
La denuncia fue calificada como “un problema personal” por la Coordinadora de Investigación del centro, Lourdes Fernández, quien entonces negó la palabra a las denunciantes. Al parecer, la denuncia pública tuvo consecuencias, entre ellas, el despido de Patricia Licona y el hostigamiento laboral de las demás.
María Teresa Nava puso como ejemplo del desinterés por acervos del Cenidi el trato hacia la Colección Felipe Segura, con bocetos de escenografía y vestuario del Ballet Concierto de México.
La investigadora recordó que, en 2002, Ruiz le pidió a ella y a Rocío Hidalgo que le ayudaran a limpiar su oficina de papeles que estaban apilados en el suelo. Al “limpiar”, las trabajadoras descubrieron los bocetos de artistas como Juan Soriano, Julio Prieto, Julio Castellanos, Antonio López Mancera y Francisco Moreno Capdevilla, quienes realizaron diseños de vestuario y escenografía para el Ballet Concierto de México.
Aquello era parte de la colección que Felipe Segura donó al centro . Las especialistas iniciaron la recuperación del acervo apoyadas por investigadores del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Artes Plásticas del INBA (Cenidiap), entre ellos, Rafael Arvea, César García Palomino, Nadia Ugalde, Esperanza Balderas y José Sol -que fue director del Museo Mural Diego Rivera-, quienes se asombraron por la riqueza de las obras.
Patrimonio sin preservar
Las piezas fueron enviadas para su restauración al Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico y Mueble.
En 2005, el archivo ya estabilizado se regresó al Cenidi. Sin embargo, en 2009, a petición de Patricia Ruiz, la investigadora María Teresa Nava tuvo nuevamente acceso al acervo y lo encontró apilado en cajas abiertas y descuidadas en la bodega, sin ninguna protección, con mutilación de las maría luisas, boceto contra boceto, algunos estaban envueltos en papel manila y no en el papel libre de ácido, con el que se habían protegido las obras tras restaurarlas.
“Cuando expresé mi asombro y descontento por el estado del acervo, la coordinadora de Documentación me quitó el encargo de manejar las obras, que serían prestadas para una muestra en Colima”, comentó Nava, quien añadió que los bocetos se trasladaron a aquel estado sin las medidas precautorias para su seguridad.
Aulestia, quien fue directora del Cenidi entre 1983 y 1992, manifestó su repudio a la política actual en materia de preservación del patrimonio del Cenidi, y respaldó a las trabajadoras que han denunciado el deterioro de los acervos.
Junto con Nava, la investigadora lamentó que no exista un control riguroso de la bodega en la que se resguarda el patrimonio y del que no existe un registro adecuado para evitar pérdidas.
El investigador César Delgado llevó la denuncia al Órgano Interno de Control del INBA; ahí fue atendido por Ián Nova, quien le dijo que, “al no existir una ley que regule las actividades del área de Documentación de los Centros de Investigación, la coordinadora del área en el Cenidi, Patricia Ruiz Rivera, no estaría incurriendo en ninguna falta”.
Al encargado para presidir la comparecencia no le interesó el atentado contra los bienes nacionales entregados al INBA para su resguardo.
Los acervos históricos de la danza más importantes que posee México están abandonados y en riesgo de perderse.
En cajas de cartón apiladas en una bodega, sin las condiciones de clima necesarias para su preservación, obras originales de artistas de la talla de Juan Soriano, José Gómez Rosas, Antonio López Mancera, Francisco Moreno Capdevila, Julio Prieto, Julio Castellanos, José Reyes Meza y Luis Sánchez Arreola, entre otros, pertenecientes a la Colección Felipe Segura, bocetos de escenografía y vestuario del Ballet Concierto de México, se encuentran en verdadero peligro, frente a la indiferencia de las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes y del Centro Nacional de Información y Documentación de la Danza José Limón (Cenidi).
Fotos tomadas en la bodega revelan el estado lamentable no sólo de la colección que el ex bailarín Felipe Segura donó al centro de investigación, sino también de los fondos documentales entregados, para su preservación y difusión al centro de investigación, por los académicos Tulio de la Rosa, Rosa Reyna, Guillermo Keys, Luis Fandiño, Hilda Rodríguez, Graciela Reyes y Frida Martínez.
El acervo se encuentra amontonado en una bodega, sin ser intervenido por especialistas para la correspondiente clasificación, catalogación y preservación en instalaciones idóneas para este tipo de archivos. Ahí se encuentra obra plástica original, fotografías programas de mano, notas periodísticas, y memorias de actividades académicas.
Recientemente se descubrió el deterioro del archivo donado por Patricia Aulestia, así como el extravío de documentos que la investigadora había fotocopiado, con recursos propios, en la Biblioteca Pública de Nueva York y en la Biblioteca del Lincoln Center, pertenecientes al periodo de la danza mexicana de 1910-1939, que no existen en las bibliotecas mexicanas ni en el Archivo General de la Nación.
Despreocupación oficial
Patricia Aulestia, César Delgado Martínez y María Teresa Nava han denunciado el estado en que se tiene los acervos de danza en el Cenidi, sin obtener una respuesta favorable e interesada por parte de Elizabeth Cámara, directora del centro de investigación, y de Marisela Jacobo, subdirectora general de Educación e Investigación Artística del INBA, quien se ha negado a recibir a los investigadores “por falta de tiempo”.
El archivo documental de Patricia Aulestia se encontraba desordenado, en cajas rotas y en bolsas de plástico. Los documentos mostraban deterioro por humedad y hongos, aseguró María Teresa Nava, investigadora técnica titular B del área de documentación, quien se encargó de hacer la limpieza correspondiente y la recuperación de ese acervo.
Aulestia pidió una explicación a Cámara, directora del Cenidi, y le exigió la búsqueda de los documentos faltantes. Hasta ahora, la única respuesta que ha obtenido es que tenga paciencia.
KIOSKO solicitó una entrevista con Cámara, sin embargo, no recibió respuesta. Ximena Gironella, coordinadora de Difusión, quien atendió la solicitud, preguntó: “¿A qué viene el interés por los acervos?” Se le explicó que son patrimonio de la nación y por lo tanto de interés público. La funcionaria aseguró que habría respuesta posterior.
En un oficio (of. doc. 004/10, 4 de febrero de 2010) enviado por Patricia Ruiz a Cámara, la coordinadora de Documentación reconoce que no existen las condiciones para preservar el acervo documental restaurado de Patricia Aulestia.
“Con relación a la preocupación que externa la documentalista (se refiere a María Teresa Nava) sobre el espacio, le comento que efectivamente el Cenidi Danza no cuenta con condiciones para albergar y conservar adecuadamente los materiales. También se debe considerar que la Torre de Investigación (del Cenart), no fue planeada para soportar cajas con archivos y que en caso de sismos esto representa un riesgo. Este problema no se ha atendido por el Instituto (INBA) durante años…”, dice en el documento del que se tiene copia.
Una década de desinterés
En 2000, Patricia Ruiz fue nombrada Coordinadora de Documentación del Centro Nacional de Información y Documentación de la Danza José Limón y a su responsabilidad quedaron acervos de danza del centro de investigación. En diez años, dicen investigadores, el descuido y el olvido de los archivos llegó a un estado de desastre que pone en riesgo ese patrimonio de la nación.
Angélica del Ángel Magro, María Teresa Nava Sánchez, María Isabel Martínez López y Patricia Licona, adscritas al área de Documentación, expresaron su preocupación por el estado de los acervos del Cenidi en el Foro de Investigación realizado en noviembre del 2009.
La denuncia fue calificada como “un problema personal” por la Coordinadora de Investigación del centro, Lourdes Fernández, quien entonces negó la palabra a las denunciantes. Al parecer, la denuncia pública tuvo consecuencias, entre ellas, el despido de Patricia Licona y el hostigamiento laboral de las demás.
María Teresa Nava puso como ejemplo del desinterés por acervos del Cenidi el trato hacia la Colección Felipe Segura, con bocetos de escenografía y vestuario del Ballet Concierto de México.
La investigadora recordó que, en 2002, Ruiz le pidió a ella y a Rocío Hidalgo que le ayudaran a limpiar su oficina de papeles que estaban apilados en el suelo. Al “limpiar”, las trabajadoras descubrieron los bocetos de artistas como Juan Soriano, Julio Prieto, Julio Castellanos, Antonio López Mancera y Francisco Moreno Capdevilla, quienes realizaron diseños de vestuario y escenografía para el Ballet Concierto de México.
Aquello era parte de la colección que Felipe Segura donó al centro . Las especialistas iniciaron la recuperación del acervo apoyadas por investigadores del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Artes Plásticas del INBA (Cenidiap), entre ellos, Rafael Arvea, César García Palomino, Nadia Ugalde, Esperanza Balderas y José Sol -que fue director del Museo Mural Diego Rivera-, quienes se asombraron por la riqueza de las obras.
Patrimonio sin preservar
Las piezas fueron enviadas para su restauración al Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico y Mueble.
En 2005, el archivo ya estabilizado se regresó al Cenidi. Sin embargo, en 2009, a petición de Patricia Ruiz, la investigadora María Teresa Nava tuvo nuevamente acceso al acervo y lo encontró apilado en cajas abiertas y descuidadas en la bodega, sin ninguna protección, con mutilación de las maría luisas, boceto contra boceto, algunos estaban envueltos en papel manila y no en el papel libre de ácido, con el que se habían protegido las obras tras restaurarlas.
“Cuando expresé mi asombro y descontento por el estado del acervo, la coordinadora de Documentación me quitó el encargo de manejar las obras, que serían prestadas para una muestra en Colima”, comentó Nava, quien añadió que los bocetos se trasladaron a aquel estado sin las medidas precautorias para su seguridad.
Aulestia, quien fue directora del Cenidi entre 1983 y 1992, manifestó su repudio a la política actual en materia de preservación del patrimonio del Cenidi, y respaldó a las trabajadoras que han denunciado el deterioro de los acervos.
Junto con Nava, la investigadora lamentó que no exista un control riguroso de la bodega en la que se resguarda el patrimonio y del que no existe un registro adecuado para evitar pérdidas.
El investigador César Delgado llevó la denuncia al Órgano Interno de Control del INBA; ahí fue atendido por Ián Nova, quien le dijo que, “al no existir una ley que regule las actividades del área de Documentación de los Centros de Investigación, la coordinadora del área en el Cenidi, Patricia Ruiz Rivera, no estaría incurriendo en ninguna falta”.
Al encargado para presidir la comparecencia no le interesó el atentado contra los bienes nacionales entregados al INBA para su resguardo.
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