"Hace falta más que taxidermia para atraer ciencia": Roberto Urquízar, museógrafo egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México
“El que Toluca sea la segunda ciudad en México con más museos no es, precisamente, sinónimo de que tenga los mejores recintos del país”, explicó Roberto Urquízar, museógrafo egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Para Urquízar, uno de los ejemplos más “lamentables” al respecto es el Museo de Ciencias Naturales que se ubica en el cerro del Calvario de la capital: “Sufre, desde hace muchos años, de un mal de amores hacia la ciencia y hacia el estudio de la naturaleza”. Esto, explica, se puede traducir en una colección que no sólo está descuidada, sino que ya no causa un impacto en el espectador de ninguna manera.
“Aunque tiene una muy buena colección de mariposas muertas, dice, y recibe a muchos niños para que vean escenografías sobre ecosistemas, la falta de propuesta real del recinto se traduce en un gasto que podría usarse de otra manera más moderna e inteligente”.
“Desde hace muchos años, sus paredes albergan exposiciones temporales que nada tienen que ver con la ciencia ni con la naturaleza tampoco. Si lo que quieren ahí es un espacio artístico, pues hagan un museo de arte y las colecciones, reordénenlas o dónenlas a, por ejemplo, el museo que la UAEM tiene en Rectoría”.
Para él, un museo de ciencias naturales debe ser una respuesta mucho más profunda y elaborada de lo que una persona puede encontrar en una biblioteca, en Internet o en Discovery Channel; “y debe vincularse, por más pequeño que sea (y justamente por eso), con los grandes museos de ciencias naturales del mundo”.
“Los niños disfrutan mucho más el parque que está debajo a la visita y no hay gente que planifique su día para ir al Calvario a ver un tigre disecado, por ejemplo, cuando hoy, en una sala de cine en 3D, pueden verse dinosaurios caminando”.
EL MUSEO
Ciencias Naturales fue inaugurado en 1971 por el entonces gobernador de la entidad, Carlos Hank González; la museografía de este recinto presenta dioramas y espacios que simulan ambientes y recrean diversos ecosistemas.
Las salas permanentes ofrecen al espectador, principalmente público escolar, temas como el universo, las rocas y minerales; insectos, aves de mar, falconiformes y zoología.
Animales disecados, fotografías, águilas, mariposas, insectos, fósiles, rocas, un árbol petrificado, son sólo algunos de los atractivos que presenta el Museo de Ciencias Naturales.
Destaca su colección de más de tres mil mariposas. Cuenta con una sala para exposiciones temporales relacionadas con el medio ambiente y la cultura.
“El que Toluca sea la segunda ciudad en México con más museos no es, precisamente, sinónimo de que tenga los mejores recintos del país”, explicó Roberto Urquízar, museógrafo egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Para Urquízar, uno de los ejemplos más “lamentables” al respecto es el Museo de Ciencias Naturales que se ubica en el cerro del Calvario de la capital: “Sufre, desde hace muchos años, de un mal de amores hacia la ciencia y hacia el estudio de la naturaleza”. Esto, explica, se puede traducir en una colección que no sólo está descuidada, sino que ya no causa un impacto en el espectador de ninguna manera.
“Aunque tiene una muy buena colección de mariposas muertas, dice, y recibe a muchos niños para que vean escenografías sobre ecosistemas, la falta de propuesta real del recinto se traduce en un gasto que podría usarse de otra manera más moderna e inteligente”.
“Desde hace muchos años, sus paredes albergan exposiciones temporales que nada tienen que ver con la ciencia ni con la naturaleza tampoco. Si lo que quieren ahí es un espacio artístico, pues hagan un museo de arte y las colecciones, reordénenlas o dónenlas a, por ejemplo, el museo que la UAEM tiene en Rectoría”.
Para él, un museo de ciencias naturales debe ser una respuesta mucho más profunda y elaborada de lo que una persona puede encontrar en una biblioteca, en Internet o en Discovery Channel; “y debe vincularse, por más pequeño que sea (y justamente por eso), con los grandes museos de ciencias naturales del mundo”.
“Los niños disfrutan mucho más el parque que está debajo a la visita y no hay gente que planifique su día para ir al Calvario a ver un tigre disecado, por ejemplo, cuando hoy, en una sala de cine en 3D, pueden verse dinosaurios caminando”.
EL MUSEO
Ciencias Naturales fue inaugurado en 1971 por el entonces gobernador de la entidad, Carlos Hank González; la museografía de este recinto presenta dioramas y espacios que simulan ambientes y recrean diversos ecosistemas.
Las salas permanentes ofrecen al espectador, principalmente público escolar, temas como el universo, las rocas y minerales; insectos, aves de mar, falconiformes y zoología.
Animales disecados, fotografías, águilas, mariposas, insectos, fósiles, rocas, un árbol petrificado, son sólo algunos de los atractivos que presenta el Museo de Ciencias Naturales.
Destaca su colección de más de tres mil mariposas. Cuenta con una sala para exposiciones temporales relacionadas con el medio ambiente y la cultura.
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