Por: Francisco Medina
Con motivo de la presentación del libro de poesía “De los Textos del Alcohol” el jueves 14 de enero a las 18 horas en el Teatro del Pueblo (Venezuela 72 Centro Histórico, Distrito Federal), y del disco “Lección de Vida” el 29 de enero a las 20 horas en el Teatro Metropolitan, La esquina del blues y otras músicas platicó con José Cruz Camargo Zurita, poeta, compositor, vocalista, armonicista y ex líder de una de las agrupaciones más importantes de blues que han existido en México: Real de Catorce.
A continuación, la primera parte de la charla:
¿Cómo fue tu acercamiento a la música?
Desde los diez años yo escribía sonetos. Estudié el Siglo de Oro Español y descubrí que en los sonetos había musicalidad, ritmo y todos los elementos que contiene la música como sonido, y eso me ayudó para posteriormente componer canciones.
¿Cuál fue tu primer instrumento musical?
Una armónica que mi abuela me regaló. Tendría como doce años y tocaba canciones rancheras. Después con Jorge Reyes, que fuimos muy amigos, descubrí la armónica de blues. Él me recomendó que tocara las Hohner, y compré una que me costó 23 pesos, una pícolo en re. En ese entonces tendría unos 13 ó 14 años y ahí empecé a sacar el sonido de los bendings del blues y los sonidos de las notas.
¿Y tu inicio en el blues?
Eso fue a partir de que empecé a componer mis propias canciones como solista. Ahí inició mi trayecto como solista y después continué con mi proyecto de composición al fundar Real de Catorce, extraoficialmente en 1982, y oficialmente en el 85. Mi intención era hacer blues en español. En ese tiempo me presentaba en las Peñas y muchas veces me bajaban de estar tocando porque consideraban que el blues era pro imperialista.
¿Antes de Real de Catorce tuviste otro grupo?
Sí, tuve un grupo pero de payasos. Yo fui payaso por algún tiempo. Éramos “Los Payasos del barrio”. Estaban mi hermana Julia Camargo, mi hermano Jorge, y otros tres. Hacíamos todo. Yo escribía y musicalizaba las obras. Estudié con el maestro Moreno, pantomima y las técnicas del payaso de circo, me enseñaron a pintarme, a hacer acrobacias y todo eso. En el grupo nos dedicábamos a la obra social y presentábamos nuestras obras en los barrios.
¿José Cruz estuvo en un taller literario, quién es tu escritor favorito?
Tengo muchos héroes literarios. Tomé un taller con el maestro Juan Bañuelos, que es un excelente escritor y con él aprendí a afinar la lírica, la estructura del poema, del soneto, las licencias poéticas. Mis héroes son José Emilio Pacheco, José Carlos Becerra, Tomás Segovia, los estridentistas Manuel Maples Arce y Germán List Arzubide, así como los poetas beat Kerouac, Ginsberg, Burroughs, y José Agustín, que fue influenciado por los beat y que es un gran amigo mío, escritor y cuentista.
¿Qué es más difícil, escribir un libro o hacer música?
El oficio de escritor es un oficio que se expande a todas las áreas de la vida cotidiana. Puede ser que la literatura se dé en una conversación. En un intercambio verbal, nos estamos contando algo en un lenguaje coloquial que no exige toda la sintaxis que se debe usar ni las cosas importantes de la gramática. Inclusive en la cola de las tortillas uno puede aprender mucho. Me gusta mucho la conversación, que es un tipo de narrativa que tiene que ver con la vida cotidiana. En mi taller que imparto los jueves a mis alumnos les pido que graben una conversación por teléfono e inventen una historia, que le pongan nombres y personajes al igual en la vida cotidiana. Les invito a que hagan este ejercicio para que vean que la literatura no sólo está en los libros.
¿Cuándo es el taller de composición?
Es los jueves en la tarde, de 4:30 a 6:30 en la casa. Son alumnos que llegan atraídos por mi obra y yo les enseño lo que tiene que ver con la escritura y también con la música, porque también imparto letrística y composición musical.
¿A qué cantante admiras?
Me gusta Leonard Cohen, que canta su poesía con su voz tan ronca, tan gruesa, que es inspiradora para mí. También Tom Björk de Radio Heat, es un espléndido cantante y compositor. La francesa Camille que incluye sonidos guturales es excelente. En el blues, todos. Buddy Guy, con el que alterné en el Metropolitan.
¿Qué se siente recordar esa experiencia?
La música me ha llevado a viajar, a conocer grandes personalidades y tocar en el Buddy Guy’s Legend y actuar con la Magic Big Band, con super músicos. Se siente muy bien haber estado con Buddy Guy y recordar cuando él se acercó y me dijo “tu tienes el blues”, cuando fuimos el primer grupo mexicano que cantó blues en español en Chicago. Es una experiencia que en lugar de pasar a mi egoteca se convierte en un báculo, en una apoyatura para la humildad.
¿Has seguido en contacto con él?
No. La última vez vino y se fue muy rápido. No hubo tiempo. Es un gran músico maestro de muchos músicos. Lo he visto en videos, en el Crossroads, Festival de guitarras que organiza Eric Clapton para la lucha contra del alcoholismo y la drogadicción, y también he visto a B.B. King, mi maestrísimo, que su voz es la de la guitarra. Ella canta por él y tiene una magia que profundiza y nos transporta a nuestra interioridad.
¿Cómo ves el panorama del blues en México?
Hay grupos muy interesantes. Tanto en rock como en el blues. Están naciendo grupos en casi toda la República. He tenido oportunidad de escuchar a Los Híkuris en Puebla, que tocan en español e inglés y tienen mucha calidad. En el rock, está por ejemplo Rod Levario que alternará conmigo en el Metropolitan, y hace sus rolas y difunde la obra de Rockdrigo. Hay otros grupos buenos que ahora se presentan. Los que van al Festival Aguasblues son buenos, no sé con precisión sus nombres, están madurando, pero me atrevo a decir que gracias a la existencia de Real de Catorce y más allá de la controversia de que si el blues es puro, sí es posible hacer blues en español. Sí existe, es un hecho y nos corresponde a los compositores que sea de calidad.
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