Más de 130 fotografías personales del escritor argentino y María Kodama se exhibirán hasta el 28 de marzo en Artería
El Jorge Luis Borges que posa frente a la Pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá o el que pasea en un globo aerostático igual al que imaginaron los hermanos Montgolfier en Alemania; o aquel que se dejó seducir por las bellezas de la India, es un hombre lleno de alegría y gozo por la vida. Esa faceta tan íntima del escritor argentino nacido en 1899 es la columna vertebral de la exposición El atlas de Borges, que hoy se inaugura en el centro cultural Artería México.
Así lo recuerda su viuda, María Kodama, escritora y traductora que esta en México para inaugurar la exposición que contiene 130 fotografías y textos que Borges escribió especialmente para su libro de viajes Atlas publicado dos años antes de su muerte y que es base de esta muestra que ha recorrido varias ciudades del orbe, muchas de las cuales visitó el escritor en sus últimos años de vida.
Con María Kodama, Borges fue de Filadelfia a París y de Roma a Estambul, pasó por Ginebra y Creta; sin olvidar nunca su amado Buenos Aires paseó por Izumo, México y Venecia. “Nos faltaba mucho para conocer todo el mundo, pero recorrimos muchísimo”, recuerda María Kodama, viuda y heredera universal del escritor que conversó con KIOSKO sobre esta muestra que incluye videos de entrevistas, así como algunos comentarios en su propia voz.
Los viajes físicos del narrador
Si en el prólogo de Atlas, Borges refleja las infinitas formas de los viajes y la contemplación intelectual que convierten al viajero en un eterno descubridor; María Kodama asegura que la exposición es un recorrido que por el álbum familiar. “Inicialmente son las fotos del libro, son las que elegimos juntos, aunque hay otras que luego se fueron agregando, pero fundamentalmente son las del libro”.
Kodama recuerda que muchos de los textos que acompañan el libro y nutren la exposición surgían in situ. “A veces mientras viajábamos surgía algo que hacía que él escribiera sobre ese lugar, Por ejemplo una columna que había en un hotel de Reikiavik, en Islandia, le generó un texto. Nunca teníamos reglas fijas, las cosas iban sucediendo, fluían”.
El atlas de Borges que estará expuesta hasta el 28 de marzo, da cuenta del mundo que Jorge Luis Borges y María Kodama perpetuaron en imágenes y palabras a través de sus viajes. “La idea surgió en vida de Borges, se le ocurrió a Alberto Girri y a Enrique Pezzoni, cuando volvíamos de viaje, comíamos los cuatro y yo les mostraba las fotos, un día Girri -gran poeta argentino de la generación siguiente a la de Borges-, le propuso hacer un libro de viajes y Borges dijo: ‘pero claro y puede llamarse Atlas’”.
A partir de allí Borges hacía los textos y como yo tenía el registro elegíamos las fotos. Fue muy divertido. Así surgió el libro en 1984, publicado por Sudamericana. La primera vez que se hizo la exposición fue en Cuyo, en Mendoza, fue una exposición muy interesante, luego pasó el Centro Recoleta. Después de muchos años Hernán Lombardi, ahora secretario de cultura de Buenos Aires, me propuso volver a montarla.
—¿Cuál era la ciudad más querida de Jorge Luis Borges?
—Él consideraba cada lugar del mundo una de sus patrias, pero tenía un amor especial por Ginebra, Suiza, porque Borges era un hombre de ciudad, era un poco como los griegos, ellos pertenecían a la polis, a la ciudad; por ejemplo Tales de Mileto, la ciudades donde había nacido o vivido llevaban su nombre. Entonces Buenos Aires es de Borges.
Él era un adelanto de su tiempo, quería la unión para la humanidad, en el último libro que escribió Los conjurados, deja una especie de testamento para la humanidad, toma a Suiza, que él conoció en su juventud y que decía era un país que a través de la razón había logrado la unión de personas con distintas lenguas y sobre todo distinta religión. El sabe que es muy difícil pero espera que sea profético y que la humanidad un día entienda la importancia de eso que él sentía materializado en Suiza.
—¿A qué ciudad anhelaba regresar?
—Ginebra, siempre Ginebra
—¿Es verdad que aunque amaneciera o soñara con otra ciudad, siempre regresaba a Buenos Aires?
—Buenos Aires era como él mismo, era como su ser, ese era el amor que no abandonó nunca, era su ciudad, a la que cantó desde su primer libro y hasta el último y a la que amó y aceptó con esa frase celebre que dice: “No nos une el amor sino el espanto”. Creo que esa es la forma más madura del amor, cuando uno se da cuenta que a pesar del espanto puede amar a ese lugar con lo positivo y lo negativo. Buenos Aires era él, era la esencia, no su lugar de preferencia.
—¿El Atlas es el libro más sentimental de Borges?
—A Borges no les gustaban las cosas sentimentales. Podía hacer una descripción de viajes alegres, con detalles muy divertidos. Él detestaba un poema que lo consideran emblemático de su vida, fue escrito en un momento de remordimiento después que murió su madre casi a los 100 años, después de una relación intelectual, afectiva y de protección muy grande. Él me decía con respecto a ese poema que gustaba porque la gente tiene vocación por la desdicha; que por eso el mundo no puede salir, que a la gente le encanta que sea desdichado e infeliz y ponerle un sello para toda la vida.
Él me decía: “María, nunca vayas a escribir algo dos días después de que yo me muera porque eso va a ser sentimental y llorón como un tango y la va a perseguir toda su vida como un sello” No lo hice, seguí su voluntad.
—¿Cuáles son los nuevos proyectos de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges?
—Acaba de sacar el primer volumen de la obra Borges con notas que será en tres entregas. El primer volumen ya salió, el segundo está entregado y a finales del próximo año va a salir el tercero. Es interesante porque las notas están pensadas para que puedan ser útiles desde los últimos años de la escuela primaria hasta la universidad; no es una obra académica en el sentido de lo que puede hacer una editorial universitaria, las publica Emecé Planeta. Es un obra importante desde el punto de vista que ayudará a comprender muchas palabras para los extranjeros y para los traductores.
Lo han hecho Rolando Porta Picazo que tiene la cátedra de literatura inglesa y norteamericana que daba Borges en la Universidad; es un traductor extraodinario del inglés al español y miembro de la Academia de Letras en Buenos Aires, junto con Irma Zángara.
Proyectos en torno al escritor
María Kodama está feliz porque el Museo dedicado a su marido es muy visitado por extranjeros y estudiantes de todos los niveles; pero también porque han terminado la catalogación de la Biblioteca de Borges y durante este 2010 concluirán la catalogación de su hemeroteca que tiene una colección de revistas que va de 1870 a 1970. “Ahí van los estudiosos e investigadores van a poder encontrar mucho material, no sólo sobre Borges, sino sobre las primeras publicaciones de los grandes escritores argentinos del siglo XX”.
Han logrado que las universidades de Cuyo y Córdoba arranquen en breve la primera Maestría en Literatura Argentina, apoyados por Gabriela Chittadini; además de continuar con el concurso de haikus para estudiantes donde han pasado de hacerlo en 5 colegios a 140 en todo el país. Pero celebran aún más las publicaciones que en unos meses comenzará a editar Penguin, que será temática con el título Borges on....
Ciudad de México
El Jorge Luis Borges que posa frente a la Pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá o el que pasea en un globo aerostático igual al que imaginaron los hermanos Montgolfier en Alemania; o aquel que se dejó seducir por las bellezas de la India, es un hombre lleno de alegría y gozo por la vida. Esa faceta tan íntima del escritor argentino nacido en 1899 es la columna vertebral de la exposición El atlas de Borges, que hoy se inaugura en el centro cultural Artería México.
Así lo recuerda su viuda, María Kodama, escritora y traductora que esta en México para inaugurar la exposición que contiene 130 fotografías y textos que Borges escribió especialmente para su libro de viajes Atlas publicado dos años antes de su muerte y que es base de esta muestra que ha recorrido varias ciudades del orbe, muchas de las cuales visitó el escritor en sus últimos años de vida.
Con María Kodama, Borges fue de Filadelfia a París y de Roma a Estambul, pasó por Ginebra y Creta; sin olvidar nunca su amado Buenos Aires paseó por Izumo, México y Venecia. “Nos faltaba mucho para conocer todo el mundo, pero recorrimos muchísimo”, recuerda María Kodama, viuda y heredera universal del escritor que conversó con KIOSKO sobre esta muestra que incluye videos de entrevistas, así como algunos comentarios en su propia voz.
Los viajes físicos del narrador
Si en el prólogo de Atlas, Borges refleja las infinitas formas de los viajes y la contemplación intelectual que convierten al viajero en un eterno descubridor; María Kodama asegura que la exposición es un recorrido que por el álbum familiar. “Inicialmente son las fotos del libro, son las que elegimos juntos, aunque hay otras que luego se fueron agregando, pero fundamentalmente son las del libro”.
Kodama recuerda que muchos de los textos que acompañan el libro y nutren la exposición surgían in situ. “A veces mientras viajábamos surgía algo que hacía que él escribiera sobre ese lugar, Por ejemplo una columna que había en un hotel de Reikiavik, en Islandia, le generó un texto. Nunca teníamos reglas fijas, las cosas iban sucediendo, fluían”.
El atlas de Borges que estará expuesta hasta el 28 de marzo, da cuenta del mundo que Jorge Luis Borges y María Kodama perpetuaron en imágenes y palabras a través de sus viajes. “La idea surgió en vida de Borges, se le ocurrió a Alberto Girri y a Enrique Pezzoni, cuando volvíamos de viaje, comíamos los cuatro y yo les mostraba las fotos, un día Girri -gran poeta argentino de la generación siguiente a la de Borges-, le propuso hacer un libro de viajes y Borges dijo: ‘pero claro y puede llamarse Atlas’”.
A partir de allí Borges hacía los textos y como yo tenía el registro elegíamos las fotos. Fue muy divertido. Así surgió el libro en 1984, publicado por Sudamericana. La primera vez que se hizo la exposición fue en Cuyo, en Mendoza, fue una exposición muy interesante, luego pasó el Centro Recoleta. Después de muchos años Hernán Lombardi, ahora secretario de cultura de Buenos Aires, me propuso volver a montarla.
—¿Cuál era la ciudad más querida de Jorge Luis Borges?
—Él consideraba cada lugar del mundo una de sus patrias, pero tenía un amor especial por Ginebra, Suiza, porque Borges era un hombre de ciudad, era un poco como los griegos, ellos pertenecían a la polis, a la ciudad; por ejemplo Tales de Mileto, la ciudades donde había nacido o vivido llevaban su nombre. Entonces Buenos Aires es de Borges.
Él era un adelanto de su tiempo, quería la unión para la humanidad, en el último libro que escribió Los conjurados, deja una especie de testamento para la humanidad, toma a Suiza, que él conoció en su juventud y que decía era un país que a través de la razón había logrado la unión de personas con distintas lenguas y sobre todo distinta religión. El sabe que es muy difícil pero espera que sea profético y que la humanidad un día entienda la importancia de eso que él sentía materializado en Suiza.
—¿A qué ciudad anhelaba regresar?
—Ginebra, siempre Ginebra
—¿Es verdad que aunque amaneciera o soñara con otra ciudad, siempre regresaba a Buenos Aires?
—Buenos Aires era como él mismo, era como su ser, ese era el amor que no abandonó nunca, era su ciudad, a la que cantó desde su primer libro y hasta el último y a la que amó y aceptó con esa frase celebre que dice: “No nos une el amor sino el espanto”. Creo que esa es la forma más madura del amor, cuando uno se da cuenta que a pesar del espanto puede amar a ese lugar con lo positivo y lo negativo. Buenos Aires era él, era la esencia, no su lugar de preferencia.
—¿El Atlas es el libro más sentimental de Borges?
—A Borges no les gustaban las cosas sentimentales. Podía hacer una descripción de viajes alegres, con detalles muy divertidos. Él detestaba un poema que lo consideran emblemático de su vida, fue escrito en un momento de remordimiento después que murió su madre casi a los 100 años, después de una relación intelectual, afectiva y de protección muy grande. Él me decía con respecto a ese poema que gustaba porque la gente tiene vocación por la desdicha; que por eso el mundo no puede salir, que a la gente le encanta que sea desdichado e infeliz y ponerle un sello para toda la vida.
Él me decía: “María, nunca vayas a escribir algo dos días después de que yo me muera porque eso va a ser sentimental y llorón como un tango y la va a perseguir toda su vida como un sello” No lo hice, seguí su voluntad.
—¿Cuáles son los nuevos proyectos de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges?
—Acaba de sacar el primer volumen de la obra Borges con notas que será en tres entregas. El primer volumen ya salió, el segundo está entregado y a finales del próximo año va a salir el tercero. Es interesante porque las notas están pensadas para que puedan ser útiles desde los últimos años de la escuela primaria hasta la universidad; no es una obra académica en el sentido de lo que puede hacer una editorial universitaria, las publica Emecé Planeta. Es un obra importante desde el punto de vista que ayudará a comprender muchas palabras para los extranjeros y para los traductores.
Lo han hecho Rolando Porta Picazo que tiene la cátedra de literatura inglesa y norteamericana que daba Borges en la Universidad; es un traductor extraodinario del inglés al español y miembro de la Academia de Letras en Buenos Aires, junto con Irma Zángara.
Proyectos en torno al escritor
María Kodama está feliz porque el Museo dedicado a su marido es muy visitado por extranjeros y estudiantes de todos los niveles; pero también porque han terminado la catalogación de la Biblioteca de Borges y durante este 2010 concluirán la catalogación de su hemeroteca que tiene una colección de revistas que va de 1870 a 1970. “Ahí van los estudiosos e investigadores van a poder encontrar mucho material, no sólo sobre Borges, sino sobre las primeras publicaciones de los grandes escritores argentinos del siglo XX”.
Han logrado que las universidades de Cuyo y Córdoba arranquen en breve la primera Maestría en Literatura Argentina, apoyados por Gabriela Chittadini; además de continuar con el concurso de haikus para estudiantes donde han pasado de hacerlo en 5 colegios a 140 en todo el país. Pero celebran aún más las publicaciones que en unos meses comenzará a editar Penguin, que será temática con el título Borges on....
Ciudad de México
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