Ante la ola de violencia que azota a todo el país, tres especialistas en temas sociales opinan sobre la posibilidad de que las manifestaciones artísticas puedan ser una opción para poder combatir, desde otras trincheras, la crisis actual.
La frase la hemos venido escuchando recurrentemente de hace algunos años. Políticos, promotores culturales, escritores, intelectuales, todos apuntan a que “la enseñanza y promoción de la educación y la cultura” nos ayudará a mejorar el tejido social, lo que a su vez remediará la terrible crisis social y de violencia que vive México.
Pero qué tan cierto es eso, ¿los chicos sólo necesitan educación y cultura para salir de la tentación de dinero fácil que ofrece el narco?, ¿está el Estado implementando correctas políticas culturales?
Sobre este tema, MILENIO Monterrey reunió las opiniones de los especialistas Antonieta Gutiérrez, socióloga; Ana Laura Santamaría, doctora en Estudios Humanísticos, con especialidad en ética por el Tecnológico de Monterrey; y a Camilo Contreras, director del Colegio del Frontera Norte (Colef) delegación Nuevo León.
Educación y cultura no lo son todo
Sí, los tabuladores ofrecidos tanto por la UNESCO como por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico demuestran que los países que invierten más en educación y cultura tienen un alto desarrollo social.
No obstante, cuando falta el empleo o los salarios no son bien remunerados, y cuando la corrupción y la falta de una justicia social son recurrentes, eso se torna difícil.
“La educación y la cultura son puntos importantes, pero si la gente no tiene trabajo y no tiene dinero ¿cómo se educa, cómo se traslada?, esto tiene que pasar de un círculo vicioso a un círculo virtuoso”, refirió Antonieta Gutiérrez, catedrática de la UDEM.
“No es lo único que nos puede sacar adelante si no se aplican políticas de justicia social. Lo que estamos viviendo ahora sí tiene que ver con un problema de educación pero sobre todo con un problema de injusticia, de corrupción en las que ha estado sumido el país en las últimas décadas”, expresa Ana Laura Santamaría, también directora asociada de la Cátedra Alfonso Reyes del Tecnológico de Monterrey.
Falta de políticas culturales
Quienes creen que con llevar un festival cultural mejorarán la situación de ése sector simplemente están en un error.
“Si llevas danza folclórica a un barrio donde gustan del vallenato o del reggaetón, pues simplemente no servirá, incluso terminarían por rechazarlos”, advierte Camilo Contreras.
De igual forma, persiste el concepto de que la cultura es elitista, ubicada fuera de los centros urbanos, con una marcada separación entre una “cultura de museos y teatros” y la llamada “cultura popular”.
“Tendríamos que salirnos un poco de los clichés relacionados a las grandes artes porque hay un patrimonio en el conocimiento de las personas de diversos sectores, como en los zapateros o los dulceros que no se toma en cuenta”, afirmó Contreras.
Por su parte, Antonieta Gutiérrez opinó que las prioridades en estos momentos de crisis debieran enfocarse al desarrollo de la ciencia, para el fomento a la producción cultural y a la educación, y no sólo para temas como la seguridad.
Port su parte, Ana Laura Santamaría indicó que son éstos los momentos en que la participación de la Iniciativa Privada en la promoción cultural debe hacerse más presente.
Como un respiro
Pese a la ola violenta que vive Nuevo León, la actividad cultural no cesa. “Si nosotros no tuviéramos la vida cultural que tenemos en este momento, con la violencia terrible, creo que estaríamos sumidos en una mayor desesperanza”, consideró la directora asociada de la Cátedra Alfonso Reyes.
De igual forma, la identidad y respeto por una cultura popular (ya sea la clásica norestense, el graffiti urbano o el hip-hop) ofrecen la posibilidad de que su gente se sienta orgullosa de su identidad la defienda ante todo, expresó Camilo Contreras.
Día a día, NL vive con teatro universitario, teatro cómico, conciertos de música vallenata o de las orquestas sinfónicas. Con más de 40 museos, galerías de arte y una nutrida producción editorial, la ciudad intenta hacerle frente a la batalla contra el miedo y la inseguridad.
Monterrey, NL
La frase la hemos venido escuchando recurrentemente de hace algunos años. Políticos, promotores culturales, escritores, intelectuales, todos apuntan a que “la enseñanza y promoción de la educación y la cultura” nos ayudará a mejorar el tejido social, lo que a su vez remediará la terrible crisis social y de violencia que vive México.
Pero qué tan cierto es eso, ¿los chicos sólo necesitan educación y cultura para salir de la tentación de dinero fácil que ofrece el narco?, ¿está el Estado implementando correctas políticas culturales?
Sobre este tema, MILENIO Monterrey reunió las opiniones de los especialistas Antonieta Gutiérrez, socióloga; Ana Laura Santamaría, doctora en Estudios Humanísticos, con especialidad en ética por el Tecnológico de Monterrey; y a Camilo Contreras, director del Colegio del Frontera Norte (Colef) delegación Nuevo León.
Educación y cultura no lo son todo
Sí, los tabuladores ofrecidos tanto por la UNESCO como por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico demuestran que los países que invierten más en educación y cultura tienen un alto desarrollo social.
No obstante, cuando falta el empleo o los salarios no son bien remunerados, y cuando la corrupción y la falta de una justicia social son recurrentes, eso se torna difícil.
“La educación y la cultura son puntos importantes, pero si la gente no tiene trabajo y no tiene dinero ¿cómo se educa, cómo se traslada?, esto tiene que pasar de un círculo vicioso a un círculo virtuoso”, refirió Antonieta Gutiérrez, catedrática de la UDEM.
“No es lo único que nos puede sacar adelante si no se aplican políticas de justicia social. Lo que estamos viviendo ahora sí tiene que ver con un problema de educación pero sobre todo con un problema de injusticia, de corrupción en las que ha estado sumido el país en las últimas décadas”, expresa Ana Laura Santamaría, también directora asociada de la Cátedra Alfonso Reyes del Tecnológico de Monterrey.
Falta de políticas culturales
Quienes creen que con llevar un festival cultural mejorarán la situación de ése sector simplemente están en un error.
“Si llevas danza folclórica a un barrio donde gustan del vallenato o del reggaetón, pues simplemente no servirá, incluso terminarían por rechazarlos”, advierte Camilo Contreras.
De igual forma, persiste el concepto de que la cultura es elitista, ubicada fuera de los centros urbanos, con una marcada separación entre una “cultura de museos y teatros” y la llamada “cultura popular”.
“Tendríamos que salirnos un poco de los clichés relacionados a las grandes artes porque hay un patrimonio en el conocimiento de las personas de diversos sectores, como en los zapateros o los dulceros que no se toma en cuenta”, afirmó Contreras.
Por su parte, Antonieta Gutiérrez opinó que las prioridades en estos momentos de crisis debieran enfocarse al desarrollo de la ciencia, para el fomento a la producción cultural y a la educación, y no sólo para temas como la seguridad.
Port su parte, Ana Laura Santamaría indicó que son éstos los momentos en que la participación de la Iniciativa Privada en la promoción cultural debe hacerse más presente.
Como un respiro
Pese a la ola violenta que vive Nuevo León, la actividad cultural no cesa. “Si nosotros no tuviéramos la vida cultural que tenemos en este momento, con la violencia terrible, creo que estaríamos sumidos en una mayor desesperanza”, consideró la directora asociada de la Cátedra Alfonso Reyes.
De igual forma, la identidad y respeto por una cultura popular (ya sea la clásica norestense, el graffiti urbano o el hip-hop) ofrecen la posibilidad de que su gente se sienta orgullosa de su identidad la defienda ante todo, expresó Camilo Contreras.
Día a día, NL vive con teatro universitario, teatro cómico, conciertos de música vallenata o de las orquestas sinfónicas. Con más de 40 museos, galerías de arte y una nutrida producción editorial, la ciudad intenta hacerle frente a la batalla contra el miedo y la inseguridad.
Monterrey, NL
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