Sólo 60 cuentan con una delimitación y una declaración de Zona de Monumentos Históricos
En México se estima que existen unos 500 asentamientos con valor patrimonial, sin embargo, sólo 60 cuentan con una delimitación y una declaración de Zona de Monumentos Históricos, advirtieron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Como parte del ciclo de conferencias “Protección y rehabilitación del patrimonio cultural urbano” que comenzó en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (Encrym), el arquitecto Alberto González Pozo subrayó que ese es uno de los problemas recurrentes en la conservación del legado edificado del país.
De acuerdo con González, profesor e investigador de las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana, la preservación de un centro histórico implica tanto la rehabilitación y restauración patrimonial, como la planeación del desarrollo urbano.
“Ambos campos están a cargo de expertos en esas disciplinas, pero raramente logran establecer conexión, intercambiar experiencias y mucho menos consiguen articular estrategias unificadas de intervención”, agregó.
“Así, tenemos en México dos familias de leyes, unas de patrimonio, otras de desarrollo urbano; dos familias de autoridades, las primeras se encargan de proteger al patrimonio y las segundas del crecimiento de las ciudades. Muchas veces es difícil establecer políticas comunes”, agregó.
Ese vacío, comentó, fue el que le hizo incursionar en esta materia hace más de cuatro décadas.
El experto, quien es miembro de los consejos nacionales de Monumentos Históricos, así como Artísticos Inmuebles, del INAH e INBA, respectivamente, señaló que otra de las “trabas” en lo que respecta a la atención de esta herencia, es que suele verse a la construcción como un todo.
“Cuando su contexto natural llámese huertas, estanques o paisajes culturales completos, también merece medidas de protección”, expresó.
El cambio en los usos de suelo en espacios históricos, sobre todo con fines comerciales y de servicios se ha convertido en los últimos años en una “pelota de juego de billar que genera una cadena de golpes”, siendo el más visible la expulsión de los habitantes de estos centros urbanos, lo que ocasiona a su vez “la muerte” de estos lugares de memoria.
Por otra parte, aunque los inmuebles de uso doméstico con valor patrimonial representan el 90 por ciento o más del tejido edificado en un centro histórico, son el género más desatendido, comentó.
Por lo general se privilegia la atención integral de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa, así como de oficinas de gobierno o corporativos instalados en construcciones antiguas.
González, creador del inventario de las chinampas de Xochimilco, alertó además sobre las redes y nodos de infraestructura urbana en asentamientos patrimoniales, que en el caso de ser históricos bien valdría la pena de ser rescatada.
Un ejemplo de ello es el adoquinado. No obstante, la iluminación (muy en boga) de estos inmuebles es algo que requiere un lineamiento de manera urgente, expresó.
Parte de la problemática también recae en la penetración del transporte público en estas áreas, limitando su habitabilidad peatonal. “Una idea equivocada ha sido construir estacionamientos subterráneos en las plazas principales porque esto genera mayor concentración en estas zonas”, precisó.
“De ahí que es pertinente crear circuitos periféricos que aproximen al transeúnte, ya existen ejemplos en otros países de transporte público que es pagado por empresas beneficiadas por el turismo. Un centro histórico es para caminarlo”, anotó González.
La Ciudad de México ya experimentó un temblor de gran magnitud en septiembre de 1985, en ese sentido, el especialista dijo que por desgracia los daños por fenómenos naturales o por acción humana, no son ajenos a los sitios patrimoniales, motivo por el cual las medidas preventivas y de mitigación deben estar a la orden del día.
Un último punto compete a los instrumentos de gestión (jurídicos, administrativos, financieros, de participación, etcétera), los que en la actualidad son considerados como un elemento fundamental que define el éxito o fracaso de la conservación de un centro histórico.
Dicho ciclo de conferencias continuará con la exposición de temas como Tlacotalpan. Rescate de la rivera del río Papaloapan y el espacio público; El Centro Histórico de la Ciudad de México, reinventando la ciudad posible, y El paseo de La Alameda: revolución de la forma.
México, D.F.
En México se estima que existen unos 500 asentamientos con valor patrimonial, sin embargo, sólo 60 cuentan con una delimitación y una declaración de Zona de Monumentos Históricos, advirtieron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Como parte del ciclo de conferencias “Protección y rehabilitación del patrimonio cultural urbano” que comenzó en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (Encrym), el arquitecto Alberto González Pozo subrayó que ese es uno de los problemas recurrentes en la conservación del legado edificado del país.
De acuerdo con González, profesor e investigador de las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana, la preservación de un centro histórico implica tanto la rehabilitación y restauración patrimonial, como la planeación del desarrollo urbano.
“Ambos campos están a cargo de expertos en esas disciplinas, pero raramente logran establecer conexión, intercambiar experiencias y mucho menos consiguen articular estrategias unificadas de intervención”, agregó.
“Así, tenemos en México dos familias de leyes, unas de patrimonio, otras de desarrollo urbano; dos familias de autoridades, las primeras se encargan de proteger al patrimonio y las segundas del crecimiento de las ciudades. Muchas veces es difícil establecer políticas comunes”, agregó.
Ese vacío, comentó, fue el que le hizo incursionar en esta materia hace más de cuatro décadas.
El experto, quien es miembro de los consejos nacionales de Monumentos Históricos, así como Artísticos Inmuebles, del INAH e INBA, respectivamente, señaló que otra de las “trabas” en lo que respecta a la atención de esta herencia, es que suele verse a la construcción como un todo.
“Cuando su contexto natural llámese huertas, estanques o paisajes culturales completos, también merece medidas de protección”, expresó.
El cambio en los usos de suelo en espacios históricos, sobre todo con fines comerciales y de servicios se ha convertido en los últimos años en una “pelota de juego de billar que genera una cadena de golpes”, siendo el más visible la expulsión de los habitantes de estos centros urbanos, lo que ocasiona a su vez “la muerte” de estos lugares de memoria.
Por otra parte, aunque los inmuebles de uso doméstico con valor patrimonial representan el 90 por ciento o más del tejido edificado en un centro histórico, son el género más desatendido, comentó.
Por lo general se privilegia la atención integral de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa, así como de oficinas de gobierno o corporativos instalados en construcciones antiguas.
González, creador del inventario de las chinampas de Xochimilco, alertó además sobre las redes y nodos de infraestructura urbana en asentamientos patrimoniales, que en el caso de ser históricos bien valdría la pena de ser rescatada.
Un ejemplo de ello es el adoquinado. No obstante, la iluminación (muy en boga) de estos inmuebles es algo que requiere un lineamiento de manera urgente, expresó.
Parte de la problemática también recae en la penetración del transporte público en estas áreas, limitando su habitabilidad peatonal. “Una idea equivocada ha sido construir estacionamientos subterráneos en las plazas principales porque esto genera mayor concentración en estas zonas”, precisó.
“De ahí que es pertinente crear circuitos periféricos que aproximen al transeúnte, ya existen ejemplos en otros países de transporte público que es pagado por empresas beneficiadas por el turismo. Un centro histórico es para caminarlo”, anotó González.
La Ciudad de México ya experimentó un temblor de gran magnitud en septiembre de 1985, en ese sentido, el especialista dijo que por desgracia los daños por fenómenos naturales o por acción humana, no son ajenos a los sitios patrimoniales, motivo por el cual las medidas preventivas y de mitigación deben estar a la orden del día.
Un último punto compete a los instrumentos de gestión (jurídicos, administrativos, financieros, de participación, etcétera), los que en la actualidad son considerados como un elemento fundamental que define el éxito o fracaso de la conservación de un centro histórico.
Dicho ciclo de conferencias continuará con la exposición de temas como Tlacotalpan. Rescate de la rivera del río Papaloapan y el espacio público; El Centro Histórico de la Ciudad de México, reinventando la ciudad posible, y El paseo de La Alameda: revolución de la forma.
México, D.F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario