El medio ambiente y Café Tacvba fueron otros dos temas en su conversación.
Cuando José Emilio Pacheco deja la timidez en su otro saco, la palabra lo domina, los recuerdos salen por su boca y cualquier conversación se vuelve un tratado sobre la historia popular de México. El poeta sostuvo una charla con estudiantes del Tecnológico de Monterrey, la cual se extendió por más de dos horas y en la cual habló casi de todo, desde la desertificación de las Amazonas hasta el lenguaje utilizado por el actor Mauricio Garcés.
Aunque las preguntas de los jóvenes iban enfocadas principalmente a conocer las razones personales y filosóficas de su escritura, Pacheco aprovechó el uso de la palabra para dejar en claro sus preocupaciones, sus percepciones sobre la evolución del español en México y de la música.
“Café Tacvba me ha hecho un favor, pero lamentablemente no los conozco. Santiago Rocangoglio me dijo que leyó Las batallas en el desierto gracias a la canción La batalla de Café Tacvba. Ellos una vez me invitaron a una cena en Aguscalientes, pero después del concierto que dieron no pudieron acudir”, destacó Pacheco, en la charla organizada por la Cátedra Alfonso Reyes del Tec.
Su charla no tenía reparo en tocar todos los temas posibles, fue algo así como un “sinceramiento” de Pacheco ante los jóvenes que, contrario a lo que sucede constantemente en las conferencias, nunca perdieron la atención de lo que “el maestro” describía.
Pacheco manifestó constantemente su preocupación por el medio ambiente, y en especial por el agua, siendo un problema muy fuerte el que se vive actualmente en el Distrito Federal. Al respecto, recordó la inundación de 1909 en Monterrey la cual “sepultó la carrera política de Bernardo Reyes, que en ese momento era la segunda fuerza política de México”.
“Hace años vi que había juegos mecánicos en el cauce del Río Santa Catarina, y les dije que si no les parecía peligroso, y en esa ocasión me contestaron que no había ningún problema. Al año siguiente, estando en Washington, vi una fotografía de lluvias recientes en Monterrey y el río parecía el Amazonas”, comentó.
Sus aventuras históricas y su amplio conocimiento lo llevaron a terminar hablando sobre el vocabulario de Cantinflas y hasta de Mauricio Garcés. Del primero, expresó que fue una parodia de los discursos cardenistas donde se buscaba revolver “al pueblo con pura palabrería”; del segundo, reconoció que desconocía por qué siempre decía “arroz” en sus películas.
“Yo no sabía que quería decir Mauricio Garcés (con) ‘arroz’, pero luego me dijeron que era ‘zorra’ al revés”, respondió desatando las risas entre los asistentes.
Así transcurrieron dos horas y media de charla con Pacheco, quien dejó pendientes los autógrafos “porque ya se le iba el avión”, pero prometió que “estaré de vuelta cuando cumpla mis cien años”. Monterrey, NL
Aunque las preguntas de los jóvenes iban enfocadas principalmente a conocer las razones personales y filosóficas de su escritura, Pacheco aprovechó el uso de la palabra para dejar en claro sus preocupaciones, sus percepciones sobre la evolución del español en México y de la música.
“Café Tacvba me ha hecho un favor, pero lamentablemente no los conozco. Santiago Rocangoglio me dijo que leyó Las batallas en el desierto gracias a la canción La batalla de Café Tacvba. Ellos una vez me invitaron a una cena en Aguscalientes, pero después del concierto que dieron no pudieron acudir”, destacó Pacheco, en la charla organizada por la Cátedra Alfonso Reyes del Tec.
Su charla no tenía reparo en tocar todos los temas posibles, fue algo así como un “sinceramiento” de Pacheco ante los jóvenes que, contrario a lo que sucede constantemente en las conferencias, nunca perdieron la atención de lo que “el maestro” describía.
Pacheco manifestó constantemente su preocupación por el medio ambiente, y en especial por el agua, siendo un problema muy fuerte el que se vive actualmente en el Distrito Federal. Al respecto, recordó la inundación de 1909 en Monterrey la cual “sepultó la carrera política de Bernardo Reyes, que en ese momento era la segunda fuerza política de México”.
“Hace años vi que había juegos mecánicos en el cauce del Río Santa Catarina, y les dije que si no les parecía peligroso, y en esa ocasión me contestaron que no había ningún problema. Al año siguiente, estando en Washington, vi una fotografía de lluvias recientes en Monterrey y el río parecía el Amazonas”, comentó.
Sus aventuras históricas y su amplio conocimiento lo llevaron a terminar hablando sobre el vocabulario de Cantinflas y hasta de Mauricio Garcés. Del primero, expresó que fue una parodia de los discursos cardenistas donde se buscaba revolver “al pueblo con pura palabrería”; del segundo, reconoció que desconocía por qué siempre decía “arroz” en sus películas.
“Yo no sabía que quería decir Mauricio Garcés (con) ‘arroz’, pero luego me dijeron que era ‘zorra’ al revés”, respondió desatando las risas entre los asistentes.
Así transcurrieron dos horas y media de charla con Pacheco, quien dejó pendientes los autógrafos “porque ya se le iba el avión”, pero prometió que “estaré de vuelta cuando cumpla mis cien años”. Monterrey, NL
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