El escritor y guionista Senel Paz estuvo presente en esta celebración que cerró con un concierto de guitarra, para hablar de la diversidad y la riqueza cultural de Cuba
El público nipón llenó la sala de conferencias del Instituto Cervantes de Tokio para celebrar el Día de la Cultura Cubana con la presencia del escritor Senel Paz y la proyección de "Fresa y Chocolate" de la que es guionista.
En palabras del director del centro, Víctor Ugarte, "Cuba siempre acaba atrayendo más gente que nadie" a la sede de Tokio, el más grande toda la red del Instituto Cervantes en el mundo, en referencia al público que llenaba el auditorio de 160 localidades.
El escritor y guionista Senel Paz estuvo presente en esta celebración que cerró con un concierto de guitarra, para hablar de la diversidad y la riqueza cultural de Cuba tras la proyección de "Fresa y Chocolate" de Tomás Gutiérrez Alea, basada en el libro de Paz "El Lobo, el bosque y el hombre nuevo".
También participó el traductor de esta obra literaria al japonés, el profesor Fumiaki Noya, que resaltó la buena acogida de este libro entre los lectores japoneses.
Por su parte, el embajador cubano en Japón, José Fernández Cossio, destacó que el país asiático había sido el primero en abrir en el mundo el Día de la Cultura Cubana, que conmemora su "fecundidad, multiformidad y singularidad".
Paz glosó la evolución cultural de Cuba desde la revolución de 1959 y dijo: "gracias a ella asistí a la escuela", aunque también recordó "el capítulo gris y de inhibición" de la década de los 70, en la que "la homofobia fue una de sus peores manifestaciones".
Asimismo, Paz indicó que "uno de los grandes dilemas de la cultura cubana" tiene que ver con los numerosos creadores que forman parte del arte nacional, pero desde fuera de la isla caribeña.
El escritor cubano, que publicó hace dos años "En el cielo con diamantes", añadió que "dudar y cuestionar es revolucionario, aunque también es un tema no resuelto. Algo que produce desencuentros en una atmósfera de tolerancia".
Paz afirmó que Japón es un país que admira profundamente y que con su visita a Tokio había cumplido un sueño pendiente.
El acto conmemora la primera vez que se entonó el himno nacional cubano en 1868 en la localidad de Bayamo, pueblo que dio su nombre a la pieza musical que hoy se conoce como "La Bayamesa". Tokio, Japón
En palabras del director del centro, Víctor Ugarte, "Cuba siempre acaba atrayendo más gente que nadie" a la sede de Tokio, el más grande toda la red del Instituto Cervantes en el mundo, en referencia al público que llenaba el auditorio de 160 localidades.
El escritor y guionista Senel Paz estuvo presente en esta celebración que cerró con un concierto de guitarra, para hablar de la diversidad y la riqueza cultural de Cuba tras la proyección de "Fresa y Chocolate" de Tomás Gutiérrez Alea, basada en el libro de Paz "El Lobo, el bosque y el hombre nuevo".
También participó el traductor de esta obra literaria al japonés, el profesor Fumiaki Noya, que resaltó la buena acogida de este libro entre los lectores japoneses.
Por su parte, el embajador cubano en Japón, José Fernández Cossio, destacó que el país asiático había sido el primero en abrir en el mundo el Día de la Cultura Cubana, que conmemora su "fecundidad, multiformidad y singularidad".
Paz glosó la evolución cultural de Cuba desde la revolución de 1959 y dijo: "gracias a ella asistí a la escuela", aunque también recordó "el capítulo gris y de inhibición" de la década de los 70, en la que "la homofobia fue una de sus peores manifestaciones".
Asimismo, Paz indicó que "uno de los grandes dilemas de la cultura cubana" tiene que ver con los numerosos creadores que forman parte del arte nacional, pero desde fuera de la isla caribeña.
El escritor cubano, que publicó hace dos años "En el cielo con diamantes", añadió que "dudar y cuestionar es revolucionario, aunque también es un tema no resuelto. Algo que produce desencuentros en una atmósfera de tolerancia".
Paz afirmó que Japón es un país que admira profundamente y que con su visita a Tokio había cumplido un sueño pendiente.
El acto conmemora la primera vez que se entonó el himno nacional cubano en 1868 en la localidad de Bayamo, pueblo que dio su nombre a la pieza musical que hoy se conoce como "La Bayamesa". Tokio, Japón
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