Incluye miles de fotografías, libros y material tecnológico, advierte historiador
El archivo y la biblioteca para documentar la génesis de la industria eléctrica nacional quedaron pendientes
Miles de fotografías, libros, documentos hemerográficos, planos y hasta material tecnológico que se utilizó a principios del siglo XX forma parte de un acervo histórico propiedad del organismo Luz y Fuerza del Centro (LFC) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que en estos momentos está en riesgo de desaparecer si no recibe los cuidados necesarios.
Así lo denunció en entrevista con La Jornada el historiador e ingeniero José Francisco Coello Ugalde, quien hace alrededor de cinco años comenzó el proyecto –ahora trunco– de crear un museo de LFC, así como un archivo y una biblioteca que cuenten la génesis de la industria eléctrica nacional.
“En este proyecto veníamos trabajando un grupo de 12 personas, a pesar de la falta de apoyo e interés. Ahora este patrimonio histórico por desgracia está en peligro”, advirtió Coello, uno de los más de 40 mil trabajadores de Luz y Fuerza que perdieron su empleo en las semanas recientes.
En vista de la magnitud e importancia del archivo en su poder, el 3 de enero de 2005 el SME y LFC firmaron un acuerdo para sistematizar y difundir dicho acervo, y año y medio después comenzaron las labores para crear un museo, con la asesoría de expertos en la materia, aunque siempre con muchas limitaciones presupuestales.
Formarán una red de apoyo
La parte más sustancial del archivo es la fotográfica. En manos de los trabajadores había más de 10 mil imágenes, la mayoría resguardadas en soportes digitales, sobre la historia de la compañía paraestatal, que van de 1903 hasta la actualidad.
“Tenemos decenas de fotos inéditas, algunas tomadas por Hugo Brehme, que ilustran muy bien el daño que sufrió la infraestructura eléctrica de la ciudadela durante los combates de la Decena Trágica, y con ellas queríamos montar una exposición para colaborar en los festejos del bicentenario”, detalló.
El acervo incluye fotografías de muy diversos momentos históricos, desde la visita de Porfirio Díaz a la planta hidroeléctrica de Necaxa en 1908, hasta el proceso constructivo de varios edificios e instalaciones e incluso el momento en que un grupo de trabajadores de la compañía descubrió el monolito de la Coyolxauhqui, en 1978.
Además de contar con una extensa “biblioteca clandestina” que ilustra el desarrollo de LFC desde una perspectiva humanística, y no sólo técnica, el archivo se compone también de una serie de textos originales de Salvador Novo y José Vasconcelos, escritos para la revista del sindicato, y más de 70 caricaturas del cineasta y pintor Alberto Isaac.
Los organizadores del proyecto encontraron incluso documentos virreinales que dan fe del origen de los predios que después ocuparon tanto la compañía como el sindicato, y cuyas escrituras o derechos de construcción se remiten a aquella época, como se documentó alguna vez en la revista Diarios de Campo, editada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El acervo comprende también un fondo cinematográfico, actualmente en depósito en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, con material registrado desde 1928 hasta la actualidad.
Ahí está incluida una cápsula en la que intervino Salvador Novo sobre la nacionalización de la compañía en 1960, y una conferencia dictada por el poeta Carlos Pellicer en un auditorio del SME.
“Con estos documentos podemos analizar las diversas transiciones que tuvo la empresa en 106 años de existencia; por eso me preocupa lo que pueda suceder ahora que las instalaciones donde se concentra el archivo (Tizoc 45, colonia Tlaxpana) están custodiadas por la Policía Federal, y que el material pasará a manos del Sistema de Administración de Enajenación de Bienes en cuestión de días”, lamentó Coello Ugalde.
Los ex trabajadores que custodiaban el archivo han tenido acercamientos con especialistas del Archivo General de la Nación y del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) México para tratar de salvar los documentos y al mismo tiempo denunciar que se encuentran en riesgo.
“Los documentos no tienen las condiciones de humedad y temperatura que necesitan; no hay extintores y están rodeados de material altamente inflamable. Nos sentimos en el desamparo, hablando a los vigilantes de LFC para ver si no les ha pasado nada a los papeles”, narró Coello.
La intención última de este llamado, dijo, es advertir que este patrimonio invaluable está en riesgo de desaparecer. “Borrarlo de un plumazo, como borraron por decreto a la compañía, sería un atentado de lesa culturalidad.
“Queremos que las autoridades nos den permiso de intervenir para recuperar estos bienes, pero mientras obtenemos alguna respuesta, vamos a generar una red de apoyo. Tenemos que hacer conciencia de que el conflicto se puede llevar entre las patas una parte del patrimonio cultural del país, que está en peligro inminente de perderse.” México, D.F.
El archivo y la biblioteca para documentar la génesis de la industria eléctrica nacional quedaron pendientes
Miles de fotografías, libros, documentos hemerográficos, planos y hasta material tecnológico que se utilizó a principios del siglo XX forma parte de un acervo histórico propiedad del organismo Luz y Fuerza del Centro (LFC) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que en estos momentos está en riesgo de desaparecer si no recibe los cuidados necesarios.
Así lo denunció en entrevista con La Jornada el historiador e ingeniero José Francisco Coello Ugalde, quien hace alrededor de cinco años comenzó el proyecto –ahora trunco– de crear un museo de LFC, así como un archivo y una biblioteca que cuenten la génesis de la industria eléctrica nacional.
“En este proyecto veníamos trabajando un grupo de 12 personas, a pesar de la falta de apoyo e interés. Ahora este patrimonio histórico por desgracia está en peligro”, advirtió Coello, uno de los más de 40 mil trabajadores de Luz y Fuerza que perdieron su empleo en las semanas recientes.
En vista de la magnitud e importancia del archivo en su poder, el 3 de enero de 2005 el SME y LFC firmaron un acuerdo para sistematizar y difundir dicho acervo, y año y medio después comenzaron las labores para crear un museo, con la asesoría de expertos en la materia, aunque siempre con muchas limitaciones presupuestales.
Formarán una red de apoyo
La parte más sustancial del archivo es la fotográfica. En manos de los trabajadores había más de 10 mil imágenes, la mayoría resguardadas en soportes digitales, sobre la historia de la compañía paraestatal, que van de 1903 hasta la actualidad.
“Tenemos decenas de fotos inéditas, algunas tomadas por Hugo Brehme, que ilustran muy bien el daño que sufrió la infraestructura eléctrica de la ciudadela durante los combates de la Decena Trágica, y con ellas queríamos montar una exposición para colaborar en los festejos del bicentenario”, detalló.
El acervo incluye fotografías de muy diversos momentos históricos, desde la visita de Porfirio Díaz a la planta hidroeléctrica de Necaxa en 1908, hasta el proceso constructivo de varios edificios e instalaciones e incluso el momento en que un grupo de trabajadores de la compañía descubrió el monolito de la Coyolxauhqui, en 1978.
Además de contar con una extensa “biblioteca clandestina” que ilustra el desarrollo de LFC desde una perspectiva humanística, y no sólo técnica, el archivo se compone también de una serie de textos originales de Salvador Novo y José Vasconcelos, escritos para la revista del sindicato, y más de 70 caricaturas del cineasta y pintor Alberto Isaac.
Los organizadores del proyecto encontraron incluso documentos virreinales que dan fe del origen de los predios que después ocuparon tanto la compañía como el sindicato, y cuyas escrituras o derechos de construcción se remiten a aquella época, como se documentó alguna vez en la revista Diarios de Campo, editada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El acervo comprende también un fondo cinematográfico, actualmente en depósito en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, con material registrado desde 1928 hasta la actualidad.
Ahí está incluida una cápsula en la que intervino Salvador Novo sobre la nacionalización de la compañía en 1960, y una conferencia dictada por el poeta Carlos Pellicer en un auditorio del SME.
“Con estos documentos podemos analizar las diversas transiciones que tuvo la empresa en 106 años de existencia; por eso me preocupa lo que pueda suceder ahora que las instalaciones donde se concentra el archivo (Tizoc 45, colonia Tlaxpana) están custodiadas por la Policía Federal, y que el material pasará a manos del Sistema de Administración de Enajenación de Bienes en cuestión de días”, lamentó Coello Ugalde.
Los ex trabajadores que custodiaban el archivo han tenido acercamientos con especialistas del Archivo General de la Nación y del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) México para tratar de salvar los documentos y al mismo tiempo denunciar que se encuentran en riesgo.
“Los documentos no tienen las condiciones de humedad y temperatura que necesitan; no hay extintores y están rodeados de material altamente inflamable. Nos sentimos en el desamparo, hablando a los vigilantes de LFC para ver si no les ha pasado nada a los papeles”, narró Coello.
La intención última de este llamado, dijo, es advertir que este patrimonio invaluable está en riesgo de desaparecer. “Borrarlo de un plumazo, como borraron por decreto a la compañía, sería un atentado de lesa culturalidad.
“Queremos que las autoridades nos den permiso de intervenir para recuperar estos bienes, pero mientras obtenemos alguna respuesta, vamos a generar una red de apoyo. Tenemos que hacer conciencia de que el conflicto se puede llevar entre las patas una parte del patrimonio cultural del país, que está en peligro inminente de perderse.” México, D.F.
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