La Celestina data del siglo XVII y durante mucho tiempo se pensó que era obra de Hans van Meegeren, un notable falsificador
Un cuadro que se suponía obra de Hans van Meegeren, uno de los más notables falsificadores de todos los tiempos, data, sin embargo, del siglo XVII y tal vez estuvo colgado incluso en casa de Johannes Vermeer, según The Art Newspaper.
Se trata del titulado La Celestina, que se conserva en el Instituto Courtauld de Londres, que lo aceptó en 1960 como una donación del profesor Geoffrey Webb, especialista en arquitectura histórica.
Webb, que trabajó en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, lo había recibido a su vez como regalo por su ayuda en la devolución de obras de arte a sus legítimos propietarios.Él creía que se trataba de una falsificación de Van Meegeren (1889-1947) que las autoridades holandesas habían recuperado después de la guerra en el chalet que aquél tenía en Niza (sur de Francia) .
El cuadro fue prestado para tres exposiciones en las que se exhibió como un excelente ejemplo de falsificación artística.
Representa a tres personajes: la celestina, el personaje de la derecha que señala con un dedo a la otra mano como fijando el precio, mientras en el centro, un hombre habla con la sonriente prostituta que tiene a su lado y la abraza.
Existen otras dos versiones de La Celestina que se consideran originales: una de ellas es propiedad del Rijksmuseum de Amsterdam y la segunda está en el Museo de Bellas Artes de Boston, que la adquirió en una subasta de Christie's.
Los expertos que han examinado cuidadosamente el cuadro donado al instituto Courtauld aseguran no haber encontrado pigmentos modernos y creen que se trata efectivamente de una pintura del Siglo de Oro holandés. Londres, Inglaterra
Se trata del titulado La Celestina, que se conserva en el Instituto Courtauld de Londres, que lo aceptó en 1960 como una donación del profesor Geoffrey Webb, especialista en arquitectura histórica.
Webb, que trabajó en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, lo había recibido a su vez como regalo por su ayuda en la devolución de obras de arte a sus legítimos propietarios.Él creía que se trataba de una falsificación de Van Meegeren (1889-1947) que las autoridades holandesas habían recuperado después de la guerra en el chalet que aquél tenía en Niza (sur de Francia) .
El cuadro fue prestado para tres exposiciones en las que se exhibió como un excelente ejemplo de falsificación artística.
Representa a tres personajes: la celestina, el personaje de la derecha que señala con un dedo a la otra mano como fijando el precio, mientras en el centro, un hombre habla con la sonriente prostituta que tiene a su lado y la abraza.
Existen otras dos versiones de La Celestina que se consideran originales: una de ellas es propiedad del Rijksmuseum de Amsterdam y la segunda está en el Museo de Bellas Artes de Boston, que la adquirió en una subasta de Christie's.
Los expertos que han examinado cuidadosamente el cuadro donado al instituto Courtauld aseguran no haber encontrado pigmentos modernos y creen que se trata efectivamente de una pintura del Siglo de Oro holandés. Londres, Inglaterra
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