No figura en esta muestra ningún artista europeo ni estadunidense", recalcó la comisaria de la exhibición, la francesa Régine Cuzin.
Un poético filme de Humberto Vélez, un panameño que hace dos años osó subir a 100 boxeadores a un ring en la Tate de Londres, y las efímeras esculturas de Duvier del Dago, de Cuba, participan en una muestra en París que busca el diálogo con otras regiones para combatir la intolerancia.
La exposición Latitudes, cuya séptima edición abrió sus puertas esta semana en el Ayuntamiento de París, expone a una decena de artistas provenientes de América Latina y el Caribe, Africa, Asia, Oceanía, así como de los territorios franceses de ultramar.
"No figura en esta muestra ningún artista europeo ni estadunidense", recalcó la comisaria de la exhibición, la francesa Régine Cuzin.
Latitudes aspira a "construir puentes para luchar contra la ignorancia, intolerancia y arrogancia de los que se siguen creyendo el centro del mundo, en París, en Europa, en Estados Unidos", dijo.
En la muestra, que se presenta hasta el 10 de octubre, "el público se verá confrontado a la riqueza e importancia del trabajo de artistas que no conocen, provenientes de regiones del planeta que probablemente no conocen", agregó.
La exposición obliga también a comparar "la vitalidad de la creación artística contemporánea de los artistas de estas regiones con los de de Europa y Estados Unidos anglosajón", señaló Cuzin.
"El inmensamente poético filme de Vélez (Panamá, 1965), las esculturas mágicas de Del Dago (Cuba, 1976), los vídeos de la dominicana Mónica Ferreras (Santo Domingo, 1965), los graffitis del grupo tahitiano Kreativ-Concept, abren una ventana a un arte complejo, rico", agregó.
Vélez - radicado en Londres y que ha presentado sus instalaciones, filmes y "performances" en las Bienales de Shangai y La Habana, en la galería londinense Tate Modern, en Lima, Bogotá, Barcelona, Río de Janeiro y Venecia, subrayó la vitalidad del arte que está siendo creado por artistas "de la periferia".
"En Europa y Estados Unidos anglosajón siempre se ve lo mismo. Uno va a las Bienales en Europa y siempre hay el mismo tipo de obras, se repiten los mismos temas, los mismos mensajes", opinó Vélez en entrevista.
"El arte de por estos lados refleja una falta de pasión por la vida, como si los artistas viven en el función del pasado. Tienen un cinismo que no tenemos".
"Nosotros somos irónicos, pero no somos cínicos. Esa vitalidad, esa ironía, es la gasolina que ellos ya no tienen. Andan en un buen coche, pero con gasolina vieja, en cuanto que nosotros estamos armando el motor, pero tenemos gasolina nueva, fuerte", estimó.
Para Vélez, "París es una vieja gloria" y la exposición "lo reconoce, y es una crítica implícita" a esa actitud.
"Busca traer sangre nueva para crear diálogos respetuosos entre París y 'afuera'", destacó Vélez, cuyo filme en super ocho "El ultimo constructor" es "una obra plástica de una belleza y poesía inmensa", según la comisaria.
El filme, en blanco y negro, retrata a un hombre con cara y manos de 70 años, pero con un cuerpo de 30, que desafía el tiempo y el espacio.
"Mi filme habla de cómo un hombre normal - un hijo de inmigrantes caribeños que viajaron para la construcción del Canal de Panamá - se construyó a sí mismo a partir de una estética personal, de su sueño de construir su cuerpo como una obra de arte, que era también un sueño de un estilo de vida".
En el 2010, el centro Pompidou abrirá sus puertas a Vélez, gran soñador y nómada, que prepara ya lo que describe será una "performance acuática poética".
"Esta será la primera vez que el solemne Pompidou saldrá de su recinto y buscará el diálogo con otras comunidades de la capital francesa, que muchas veces rechazan el arte por ser elitista", concluyó el artista panameño.
Mientras tanto, Latitudes volará a otros países del mundo, entre ellos Panamá y Cuba, que ya presentaron la anterior muestra. París, Francia
La exposición Latitudes, cuya séptima edición abrió sus puertas esta semana en el Ayuntamiento de París, expone a una decena de artistas provenientes de América Latina y el Caribe, Africa, Asia, Oceanía, así como de los territorios franceses de ultramar.
"No figura en esta muestra ningún artista europeo ni estadunidense", recalcó la comisaria de la exhibición, la francesa Régine Cuzin.
Latitudes aspira a "construir puentes para luchar contra la ignorancia, intolerancia y arrogancia de los que se siguen creyendo el centro del mundo, en París, en Europa, en Estados Unidos", dijo.
En la muestra, que se presenta hasta el 10 de octubre, "el público se verá confrontado a la riqueza e importancia del trabajo de artistas que no conocen, provenientes de regiones del planeta que probablemente no conocen", agregó.
La exposición obliga también a comparar "la vitalidad de la creación artística contemporánea de los artistas de estas regiones con los de de Europa y Estados Unidos anglosajón", señaló Cuzin.
"El inmensamente poético filme de Vélez (Panamá, 1965), las esculturas mágicas de Del Dago (Cuba, 1976), los vídeos de la dominicana Mónica Ferreras (Santo Domingo, 1965), los graffitis del grupo tahitiano Kreativ-Concept, abren una ventana a un arte complejo, rico", agregó.
Vélez - radicado en Londres y que ha presentado sus instalaciones, filmes y "performances" en las Bienales de Shangai y La Habana, en la galería londinense Tate Modern, en Lima, Bogotá, Barcelona, Río de Janeiro y Venecia, subrayó la vitalidad del arte que está siendo creado por artistas "de la periferia".
"En Europa y Estados Unidos anglosajón siempre se ve lo mismo. Uno va a las Bienales en Europa y siempre hay el mismo tipo de obras, se repiten los mismos temas, los mismos mensajes", opinó Vélez en entrevista.
"El arte de por estos lados refleja una falta de pasión por la vida, como si los artistas viven en el función del pasado. Tienen un cinismo que no tenemos".
"Nosotros somos irónicos, pero no somos cínicos. Esa vitalidad, esa ironía, es la gasolina que ellos ya no tienen. Andan en un buen coche, pero con gasolina vieja, en cuanto que nosotros estamos armando el motor, pero tenemos gasolina nueva, fuerte", estimó.
Para Vélez, "París es una vieja gloria" y la exposición "lo reconoce, y es una crítica implícita" a esa actitud.
"Busca traer sangre nueva para crear diálogos respetuosos entre París y 'afuera'", destacó Vélez, cuyo filme en super ocho "El ultimo constructor" es "una obra plástica de una belleza y poesía inmensa", según la comisaria.
El filme, en blanco y negro, retrata a un hombre con cara y manos de 70 años, pero con un cuerpo de 30, que desafía el tiempo y el espacio.
"Mi filme habla de cómo un hombre normal - un hijo de inmigrantes caribeños que viajaron para la construcción del Canal de Panamá - se construyó a sí mismo a partir de una estética personal, de su sueño de construir su cuerpo como una obra de arte, que era también un sueño de un estilo de vida".
En el 2010, el centro Pompidou abrirá sus puertas a Vélez, gran soñador y nómada, que prepara ya lo que describe será una "performance acuática poética".
"Esta será la primera vez que el solemne Pompidou saldrá de su recinto y buscará el diálogo con otras comunidades de la capital francesa, que muchas veces rechazan el arte por ser elitista", concluyó el artista panameño.
Mientras tanto, Latitudes volará a otros países del mundo, entre ellos Panamá y Cuba, que ya presentaron la anterior muestra. París, Francia
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