Un experto albanés trabajó durante 25 años, con breves interrupciones, en la fijación manual de 8 mil 153 piezas pequeñas que constituyen la pieza que data del siglo III antes de Cristo
Tras 25 años de un meticuloso trabajo, un experto albanés ha restaurado un raro escudo de lujo de un combatiente local que se supone data el siglo III antes de Cristo.
"La restauración del escudo ha sido el trabajo más difícil y más largo que he tenido a lo largo de mi carrera de 31 años como restaurador", dijo Frederik Stamati, jefe del Laboratorio de Restauración y Arqueometría de Tirana.
Durante 25 años, con breves interrupciones, se ha esforzado por fijar manualmente 8 mil 153 piezas pequeñas que constituyen este escudo de gran valor histórico.
"Esto es una pieza única descubierta de momento en Albania, y un objeto arqueológico de los que se exponen muy rara vez en los museos del mundo", explica el profesor Stamati.
Recuerda que el proceso de restauración empezó en 1984, el mismo año en el que la armadura fue hallada en una tumba antigua en el parque arqueológico de Apolonia, en Albania central.
Durante las excavaciones realizadas en esta tumba, además del escudo sobre el que yacían los restos mortales de su dueño, fueron encontrados una espada, una navaja arqueada con elementos orientales de hueso, así como cuatro recipientes de cerámica.
El profesor atribuye el escudo a un hombre importante, quizá de la zona de Apolonia, que habría dirigido las tropas durante las campañas de Alejandro III de Macedonia, conocido como Alejandro Magno.
"El escudo es típico macedonio. No es como los de combate, que eran lisos para que se deslizaran las flechas, sino con relieve e inapropiado para usarlo en la guerra", precisa el experto.
El escudo es de forma circular, mide un diámetro de 72 centímetros y es una de las tres mayores reliquias metálicas halladas en Albania.
La base está hecha de madera sólida, cubierta de una capa de cobre, el metal más resistente de la época, mediante una técnica muy especial.
Todos los canales decorativos fueron llenados con una especie de cera producida de plantas que servía para fijar los adornos, mientras que la capa de metal estaba reforzada también con 98 clavos. En el centro se encuentra la cabeza de Medusa.
El profesor destaca que el escudo fue hallado aplastado y que él ha experimentado 780 variantes hasta lograr la estructura redonda original del arma.
"La superficie del objeto está lleno de decoraciones y sólo para analizar y juntar las piezas de un pequeño triángulo tuve que trabajar mes y medio, en una dura labor de ocho horas diarias", dice.
Además, para crear la imagen del objeto ha consultado una abundante literatura extranjera relacionada con la época de Alejandro Magno.
"Nadie asumía su restauración. Cuando presenté la obra en un seminario el año pasado en Atenas, todos me miraban sorprendidos. Es un trabajo agobiante. Es casi una locura lo que estoy haciendo", dice Stamati, quien no ha cobrado nada más que su modesto sueldo en una obra cuya restauración ha costado miles de horas de trabajo y 50 mil euros. Tirana, Albania
"La restauración del escudo ha sido el trabajo más difícil y más largo que he tenido a lo largo de mi carrera de 31 años como restaurador", dijo Frederik Stamati, jefe del Laboratorio de Restauración y Arqueometría de Tirana.
Durante 25 años, con breves interrupciones, se ha esforzado por fijar manualmente 8 mil 153 piezas pequeñas que constituyen este escudo de gran valor histórico.
"Esto es una pieza única descubierta de momento en Albania, y un objeto arqueológico de los que se exponen muy rara vez en los museos del mundo", explica el profesor Stamati.
Recuerda que el proceso de restauración empezó en 1984, el mismo año en el que la armadura fue hallada en una tumba antigua en el parque arqueológico de Apolonia, en Albania central.
Durante las excavaciones realizadas en esta tumba, además del escudo sobre el que yacían los restos mortales de su dueño, fueron encontrados una espada, una navaja arqueada con elementos orientales de hueso, así como cuatro recipientes de cerámica.
El profesor atribuye el escudo a un hombre importante, quizá de la zona de Apolonia, que habría dirigido las tropas durante las campañas de Alejandro III de Macedonia, conocido como Alejandro Magno.
"El escudo es típico macedonio. No es como los de combate, que eran lisos para que se deslizaran las flechas, sino con relieve e inapropiado para usarlo en la guerra", precisa el experto.
El escudo es de forma circular, mide un diámetro de 72 centímetros y es una de las tres mayores reliquias metálicas halladas en Albania.
La base está hecha de madera sólida, cubierta de una capa de cobre, el metal más resistente de la época, mediante una técnica muy especial.
Todos los canales decorativos fueron llenados con una especie de cera producida de plantas que servía para fijar los adornos, mientras que la capa de metal estaba reforzada también con 98 clavos. En el centro se encuentra la cabeza de Medusa.
El profesor destaca que el escudo fue hallado aplastado y que él ha experimentado 780 variantes hasta lograr la estructura redonda original del arma.
"La superficie del objeto está lleno de decoraciones y sólo para analizar y juntar las piezas de un pequeño triángulo tuve que trabajar mes y medio, en una dura labor de ocho horas diarias", dice.
Además, para crear la imagen del objeto ha consultado una abundante literatura extranjera relacionada con la época de Alejandro Magno.
"Nadie asumía su restauración. Cuando presenté la obra en un seminario el año pasado en Atenas, todos me miraban sorprendidos. Es un trabajo agobiante. Es casi una locura lo que estoy haciendo", dice Stamati, quien no ha cobrado nada más que su modesto sueldo en una obra cuya restauración ha costado miles de horas de trabajo y 50 mil euros. Tirana, Albania
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