El artista develará hoy la escultura que donó para ser instalada en el Paseo Santa Lucía, y la cual lo representa a él junto a su esposa. Asegura que entrega la pieza como homenaje a la ciudad.
No suelta su mano en ningún instante, cualquier ocasión es buena para nombrarla ante el público y ella siempre está ahí para aconsejarlo o corregirle. Así es la relación entre José Luis Cuevas y Beatriz del Carmen, su esposa desde hace ocho años, quienes desde ahora jurarán su amor eterno sobre los ojos de agua de Santa Lucía.
José Luis Cuevas, provocador y uno de los artistas mexicanos más reconocidos en vida, develará esta tarde una monumental escultura en el Paseo Santa Lucía, la cual tituló como Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas y que se convertirá en la primera escultura de él en la ciudad.
“Cuando ambos subimos al estudio terminamos haciendo una obra nueva”, confiesa el pintor, escultor y grabadista José Luis Cuevas, reflejando la importancia que guarda su esposa en su actual proceso creativo.
De visita en la Pinacoteca y escoltado por Elvira Lozano de Todd, directora de ese espacio, así como por Lombardo Guajardo, secretario de Obras del Gobierno del estado, Cuevas habló largo y tendido sobre su actual vida, de cómo sigue pintando y haciendo escultura en realidad y, sobre todo, de los homenajes que le ha brindado a su actual mujer.
“La escultura se iba a llamar originalmente ‘Viento’, porque simula a una mujer que se mueve con el aire, pero para ratificar mi homenaje a ella decidimos llamarla Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas, una escultura que se une a la que ya hice en Guadalajara y donde también aparecemos los dos”, expresa Cuevas, mientras su esposa le detiene el micrófono.
Las referencias hacia la también escultora no cesan.El artista, romántico y cautivador, como siempre se le ha tildado, no le suelta la mano en ningún momento y es ella quien le acerca el cigarrillo a su boca y se lo enciende.
Beatriz del Carmen es también la directora del Museo José Luis Cuevas, situado en la Ciudad de México. Y por si aún no quedara constancia de lo que significa ella en la vida de Cuevas, detalla otro acto de amor artístico:
“Montamos recientemente una exposición en el museo sobre las cartas que yo le he mandado, las cuales curiosamente nunca me ha contestado”, afirma el escultor, con cierta ironía.
No obstante, Cuevas advierte que la escultura Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas no sólo es un homenaje al amor que la pareja se profesa, sino que también es un reconocimiento a los “lazos entrañables” que lo unen a la ciudad de Monterrey.
La escultura es una donación del pintor mexicano a la ciudad, la segunda que brinda a la ciudad pues en 1988 donó una pintura con motivo de la tragedia sucedida a raíz del huracán Gilberto.
“Es un homenaje a Monterrey, una ciudad con la que tenemos tantos vínculos de afecto, y en donde siempre regresar, para mí, es motivo de una gran satisfacción. Es una ciudad que tanto mi esposa como yo queremos mucho”, aseveró el pintor.
Así, mientras la charla continúa Cuevas es incapaz de soltar la mano de su querida Carmen. Aunque ella le entrega el micrófono después de un tiempo, sus manos jamás se separan. Ése es el homenaje que Cuevas comenta tanto sobre su mujer.
La escultura fue colocada el sábado pasado y su develación se realizará esta tarde, en punto de las 17:30, en el cruce de las calles Washington y Félix U. Gómez, sobre el Paseo Santa Lucía.
“Con Picasso me comparo en varias cosas”“Sería absurdo estar sobre Picasso por nuestra trayectoria artística”, confiesa el pintor y recientemente escultor José Luis Cuevas. Sin embargo, más tarde rectifica y agrega: “Creo que me podría comparar con Picasso en muchas cosas”.
Polémico y siempre abierto a la charla, Cuevas abrió las puertas de su estudio y dejó que las historias que ahí ocurren viajaran hasta Monterrey. Con ello, Cuevas confesó sentir el mismo pavor que los escritores tienen hacia la hoja en blanco, aunque él ha encontrado la solución.
“Cierro los ojos y doy unos cuantos trazos, así, cuando los abro, el lienzo no está en blanco. Cuando termino, busco y cuento que los personajes no sean 13, porque soy muy supersticioso, y sí son 13 pinto otro más pero que no rompa con la composición”, expresa el pintor, referente de la Generación de la Ruptura.
Aprovechando el micrófono y casi como si diera una conferencia, Cuevas admitió que en materia artística no estaría al nivel de Picasso pero que, sin duda, hay mayores similitudes entre los dos.
“Picasso siempre trabajaba en shorts y yo también, así como en la capacidad de trabajo aunque en los resultados mi trabajo no llega al de la grandeza de Picasso. Digamos que tengo talentos múltiples, como Picasso”, aseveró el pintor. Monterrey, NL
José Luis Cuevas, provocador y uno de los artistas mexicanos más reconocidos en vida, develará esta tarde una monumental escultura en el Paseo Santa Lucía, la cual tituló como Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas y que se convertirá en la primera escultura de él en la ciudad.
“Cuando ambos subimos al estudio terminamos haciendo una obra nueva”, confiesa el pintor, escultor y grabadista José Luis Cuevas, reflejando la importancia que guarda su esposa en su actual proceso creativo.
De visita en la Pinacoteca y escoltado por Elvira Lozano de Todd, directora de ese espacio, así como por Lombardo Guajardo, secretario de Obras del Gobierno del estado, Cuevas habló largo y tendido sobre su actual vida, de cómo sigue pintando y haciendo escultura en realidad y, sobre todo, de los homenajes que le ha brindado a su actual mujer.
“La escultura se iba a llamar originalmente ‘Viento’, porque simula a una mujer que se mueve con el aire, pero para ratificar mi homenaje a ella decidimos llamarla Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas, una escultura que se une a la que ya hice en Guadalajara y donde también aparecemos los dos”, expresa Cuevas, mientras su esposa le detiene el micrófono.
Las referencias hacia la también escultora no cesan.El artista, romántico y cautivador, como siempre se le ha tildado, no le suelta la mano en ningún momento y es ella quien le acerca el cigarrillo a su boca y se lo enciende.
Beatriz del Carmen es también la directora del Museo José Luis Cuevas, situado en la Ciudad de México. Y por si aún no quedara constancia de lo que significa ella en la vida de Cuevas, detalla otro acto de amor artístico:
“Montamos recientemente una exposición en el museo sobre las cartas que yo le he mandado, las cuales curiosamente nunca me ha contestado”, afirma el escultor, con cierta ironía.
No obstante, Cuevas advierte que la escultura Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas no sólo es un homenaje al amor que la pareja se profesa, sino que también es un reconocimiento a los “lazos entrañables” que lo unen a la ciudad de Monterrey.
La escultura es una donación del pintor mexicano a la ciudad, la segunda que brinda a la ciudad pues en 1988 donó una pintura con motivo de la tragedia sucedida a raíz del huracán Gilberto.
“Es un homenaje a Monterrey, una ciudad con la que tenemos tantos vínculos de afecto, y en donde siempre regresar, para mí, es motivo de una gran satisfacción. Es una ciudad que tanto mi esposa como yo queremos mucho”, aseveró el pintor.
Así, mientras la charla continúa Cuevas es incapaz de soltar la mano de su querida Carmen. Aunque ella le entrega el micrófono después de un tiempo, sus manos jamás se separan. Ése es el homenaje que Cuevas comenta tanto sobre su mujer.
La escultura fue colocada el sábado pasado y su develación se realizará esta tarde, en punto de las 17:30, en el cruce de las calles Washington y Félix U. Gómez, sobre el Paseo Santa Lucía.
“Con Picasso me comparo en varias cosas”“Sería absurdo estar sobre Picasso por nuestra trayectoria artística”, confiesa el pintor y recientemente escultor José Luis Cuevas. Sin embargo, más tarde rectifica y agrega: “Creo que me podría comparar con Picasso en muchas cosas”.
Polémico y siempre abierto a la charla, Cuevas abrió las puertas de su estudio y dejó que las historias que ahí ocurren viajaran hasta Monterrey. Con ello, Cuevas confesó sentir el mismo pavor que los escritores tienen hacia la hoja en blanco, aunque él ha encontrado la solución.
“Cierro los ojos y doy unos cuantos trazos, así, cuando los abro, el lienzo no está en blanco. Cuando termino, busco y cuento que los personajes no sean 13, porque soy muy supersticioso, y sí son 13 pinto otro más pero que no rompa con la composición”, expresa el pintor, referente de la Generación de la Ruptura.
Aprovechando el micrófono y casi como si diera una conferencia, Cuevas admitió que en materia artística no estaría al nivel de Picasso pero que, sin duda, hay mayores similitudes entre los dos.
“Picasso siempre trabajaba en shorts y yo también, así como en la capacidad de trabajo aunque en los resultados mi trabajo no llega al de la grandeza de Picasso. Digamos que tengo talentos múltiples, como Picasso”, aseveró el pintor. Monterrey, NL
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