jueves, 8 de octubre de 2009

El ejercicio de la mirada se revela en la poesía


Javier Peñalosa gana el Premio Enriqueta Ochoa.


El ejercicio de la mirada, de fijar los ojos en aquello que tal vez, algún día, ya no estará ahí para nosotros, es el tema central del trabajo que Javier Peñalosa Mendoza obtuvo el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa en su decimosexta edición.
Este martes le fue notificada esta noticia y con ilusión agradeció a los responsables del programa y continuó con su labor literaria.
Fueron dos largos años los que tardó el poeta en realizar “Cartografía de La Memoria” y que gracias a sus compañeros y maestros del taller de la Fundación para las Letras Mexicanas, institución que lo ha becado en dos ocasiones, pudo sacar adelante.
“No me dediqué a hacer un tema en específico. Las palabras que salían para este trabajo, se dieron solas.
Toda la atención estaba en cada uno de los poemas”, expresa Javier Peñalosa. Este libro, asegura, son las experiencias y vivencias que ha tenido en su andar.
Para él, la obtención de este reconocimiento, no es maravilloso sólo por lo que representa el premio en sí, sino que se siente halagado al saber que tendrá en su trayectoria, un galardón que lleva el nombre de una de sus poetas favoritas.
“Es un orgullo para mí.
Es un privilegio porque además de todo, me gusta mucho Enriqueta Ochoa.
Es lindo saber que el empeño y el cariño, sobre todo el cariño que se emplea para esto, tenga un reconocimiento y que encuentre un eco en alguien más”.
El poemario no fue dividido en secciones, explica, sino que sólo se unieron los textos a través del único hilo conductor.
“La mirada, la sencillez de la mirada, es lo que envuelve a cada uno de los poemas”, dice.
La forma de mirar el mundo en la medida en que son capaces los humanos de fijar la mirada en cosas de esta tierra que podrían esfumarse muy pronto, es como describe el ganador su trabajo.
“Es el ejercicio de la mirada de todo ser en la tierra”.
Que el público que se enfrente a este texto pueda encontrar en sus palabras algo que resuene en su vida, un sentimiento escondido, aquello que no comparte y que al leer esto pueda reflejarse en él, es lo que espera que el público pueda sentir al momento de que otros vean lo que él ha escrito.
“Estoy contento y agradecido de aportar algo a la sociedad, algo que a la gente le haga sentir especial, conmovido e identificado”.
En junio de este año, Conaculta, Fundación SM y Ediciones SM México, lanzaron dos convocatorias en la cual, participó Peñalosa.
No obtuvo el primer lugar, pero sí una mención honorífica para su publicación con “El día que María perdió la voz”, ya que el jurado determinó que merecía esta distinción por su sentido del humor, su juego con el absurdo, su argumento sencillo y narrativamente bien logrado, su conclusión inesperada y la ausencia de un afán aleccionador.
Fue hasta cuatro meses después que su empeño por continuar en el mundo de las letras, rindió fruto y ahora, con el premio de los 50 mil pesos, espera contactar a alguna editorial que esté interesada en publicar su trabajo. Torreón, Coah.

No hay comentarios:

Publicar un comentario