El intelectual estadounidense consideró que el régimen de Barack Obama “no quiere ver” el desarrollo en la región de América Latina
El intelectual estadounidense Noam Chomsky afirmó hoy que su país muestra una "tremenda resistencia a las fuerzas del cambio constructivas" que se propugnan actualmente en los países de América Latina y que el Gobierno de Barack Obama "no quiere ver" un desarrollo de la región.
En una entrevista telefónica con la emisora ecuatoriana Radio Quito, Chomsky señaló que el presidente Obama podría "ofrecer mucho a América Latina si así lo quisiera, pero no ha dado ninguna señal de que lo quiera", y puso como ejemplo la actitud de su Gobierno frente a la crisis de Honduras.
La mayoría de países europeos "adoptaron medidas firmes contra el golpe de Estado" contra Manuel Zelaya, pero Estados Unidos, lamentó, "no lo ha hecho" teniendo un "poder enorme" de influencia sobre el país caribeño, no sólo militar sino también a través de "un enorme rubro económico".
"La Administración Obama no quiere dar estos pasos. La verdad es que la Administración no quiere ver que se desarrolle una América Latina más progresista", apuntó el politólogo.
Chomsky recordó que esa actitud no es sólo del actual Gobierno de su país sino que es una política que se mantiene desde que se fundaron los Estados Unidos y que, por ello, el Ejecutivo demuestra una "tremenda resistencia a las fuerzas del cambio constructivas en América Latina", como las que se viven en Venezuela o Bolivia, añadió.
En contraposición, sostuvo que hoy en día, y bajo la conmemoración de la independencia latinoamericana, "es la primera vez en 200 años en que muchos de los países de Sudamérica comienzan a realizar las iniciativas necesarias para una independencia auténtica".
El académico subrayó que en ese camino existen dos problemas fundamentales a resolver por los países latinoamericanos: la integración de la región y la brecha entre un sector minoritario que concentra la riqueza y una "abrumadora mayoría pobre".
No obstante, consideró que "por primera vez" existe en el subcontinente "un movimiento significativo que impulsa iniciativas de integración, como el Banco del Sur o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)".
"También se está presenciando un distanciamiento con los poderes imperiales extranjeros como en el caso de Ecuador y la salida de la base militar de Estados Unidos", agregó, en referencia al fin de un convenio militar que el país andino mantenía para el funcionamiento de un Puesto de Operaciones Avanzadas estadounidense en su territorio.
"Hay menos dependencia de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hay algunas iniciativas para tratar de superar los problemas internos de los países como la brecha social y asegurar que los recursos sean dirigidos hacia la población", añadió.
Para él, el proyecto político que propugnan Venezuela y Ecuador del "Socialismo del Siglo XXI" supone una "forma suave" de denominar a "la democracia social".
Además, señaló que ese "esfuerzo positivo de sobrellevar las desigualdades y de dirigir recursos a la mayoría empobrecida" también se sustenta en la creación de instituciones "cooperativas y participativas" que podrían servir para el desarrollo de "una base mucho más avanzada de democracia" en los países de la región. Quito, Ecuador/EFE (El Universal)
En una entrevista telefónica con la emisora ecuatoriana Radio Quito, Chomsky señaló que el presidente Obama podría "ofrecer mucho a América Latina si así lo quisiera, pero no ha dado ninguna señal de que lo quiera", y puso como ejemplo la actitud de su Gobierno frente a la crisis de Honduras.
La mayoría de países europeos "adoptaron medidas firmes contra el golpe de Estado" contra Manuel Zelaya, pero Estados Unidos, lamentó, "no lo ha hecho" teniendo un "poder enorme" de influencia sobre el país caribeño, no sólo militar sino también a través de "un enorme rubro económico".
"La Administración Obama no quiere dar estos pasos. La verdad es que la Administración no quiere ver que se desarrolle una América Latina más progresista", apuntó el politólogo.
Chomsky recordó que esa actitud no es sólo del actual Gobierno de su país sino que es una política que se mantiene desde que se fundaron los Estados Unidos y que, por ello, el Ejecutivo demuestra una "tremenda resistencia a las fuerzas del cambio constructivas en América Latina", como las que se viven en Venezuela o Bolivia, añadió.
En contraposición, sostuvo que hoy en día, y bajo la conmemoración de la independencia latinoamericana, "es la primera vez en 200 años en que muchos de los países de Sudamérica comienzan a realizar las iniciativas necesarias para una independencia auténtica".
El académico subrayó que en ese camino existen dos problemas fundamentales a resolver por los países latinoamericanos: la integración de la región y la brecha entre un sector minoritario que concentra la riqueza y una "abrumadora mayoría pobre".
No obstante, consideró que "por primera vez" existe en el subcontinente "un movimiento significativo que impulsa iniciativas de integración, como el Banco del Sur o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)".
"También se está presenciando un distanciamiento con los poderes imperiales extranjeros como en el caso de Ecuador y la salida de la base militar de Estados Unidos", agregó, en referencia al fin de un convenio militar que el país andino mantenía para el funcionamiento de un Puesto de Operaciones Avanzadas estadounidense en su territorio.
"Hay menos dependencia de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hay algunas iniciativas para tratar de superar los problemas internos de los países como la brecha social y asegurar que los recursos sean dirigidos hacia la población", añadió.
Para él, el proyecto político que propugnan Venezuela y Ecuador del "Socialismo del Siglo XXI" supone una "forma suave" de denominar a "la democracia social".
Además, señaló que ese "esfuerzo positivo de sobrellevar las desigualdades y de dirigir recursos a la mayoría empobrecida" también se sustenta en la creación de instituciones "cooperativas y participativas" que podrían servir para el desarrollo de "una base mucho más avanzada de democracia" en los países de la región. Quito, Ecuador/EFE (El Universal)
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