El INAH concluyó la restauración del par de piezas históricas, cuya pertenencia a dicha figura es más verosímil
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) terminaron la restauración de los dos objetos que con mayor verosimilitud pudieron pertenecer a Miguel Hidalgo y Costilla: una medalla de plata grabada y fechada en 1803, y un relicario de plata dorada.
Ambas piezas que se le atribuyen al prócer, se exhibieron por última vez durante la celebración del Centenario de la Independencia, misma que forman parte del acervo del Museo Nacional de Historia (MNH) "Castillo de Chapultepec".
"Son dos objetos que con más verosimilitud pudieron pertenecerle al héroe insurgente" , señaló el historiador Salvador Rueda Smithers, titular del MNH.
Asimismo detalló que la pequeña medalla de plata tiene grabada la imagen de la Virgen de Guadalupe, y en su cara posterior una leyenda en latín que traducida significa "No hizo cosa igual en ninguna nación".
Donada en 1915, -por doña María Guadalupe Hidalgo y Costilla, nieta del caudillo, quien la recibió en herencia-, la medalla fue expuesta por última vez en 1910, durante el aniversario del primer siglo de la Independencia, y en 1915 pasó a formar parte del acervo del MNH, junto con la cajita de madera en la que se guardaba, un registro notarial, y un árbol genealógico de Miguel Hidalgo elaborado en papel sobre tela.
La joya fue intervenida por Verónica Kuhliger, restauradora del propio museo, quien informó que presentaba una oxidación severa en diversos puntos, por lo que tuvo que limpiarse bajo microscopio, lo que representó una ardua y minuciosa labor.
Posteriormente, se trabajó con la pátina del objeto para preservar su valor histórico, y finalmente, se le aplicó un tratamiento de conservación para estabilizar y retardar el desarrollo natural del óxido, señaló la especialista.
Respecto al documento que acompaña a la medalla, se trata de un papel ahora ilegible, redactado en máquina de escribir y del que actualmente sólo se distinguen los sellos notariales de 1912 y 1913, así como la firma de un notario de apellido Rojas Martínez, quien certificó que la nieta de Hidalgo poseía dicha medalla hasta el 13 de abril de 1915.
Kuhliger comentó que para interpretar el texto tuvo que recurrir a luz rasante y lentes microscópicas.
En lo concerniente al relicario, también atribuido al Padre de la Patria, está hecho en plata dorada, y mediante pruebas de laboratorio se determinará la época en que fue realizado, y para comprobar la pertenencia al héroe insurgente, ésta deberá estar sustentada en documentación histórica.
El relicario estaba en posesión de don Ignacio Mariscal, político y diplomático que fungió como secretario de Relaciones Exteriores, y que durante 26 años trabajo para Benito Juárez y Porfirio Díaz.
Fue él quien se dio a la tarea de confirmar que Hidalgo poseyó en vida el relicario, y fueron familiares Hidalgo y Costilla quienes se lo aseguraron.
Una vez que la familia le confirmó el hecho, Mariscal le mandó a hacer una cubierta de protección, y posiblemente dispuso le grabaran las iniciales del prócer (MHYC) en uno de los costados.
El objeto también llegó por donación al Castillo de Chapultepec en 1910, para ser exhibido con motivo del Centenario de la Independencia de México.
Rueda Smithers comentó que otra de las razones que hacen pensar a los expertos sobre la pertenencia del relicario a Miguel Hidalgo, son las imágenes en óleo sobre la lamina que posee, por el anverso muestra a la Virgen de los Dolores (patrona del curato de Dolores).
Asimismo esta el Divino Rostro con una sola espina en la frente, en el reverso, era la imagen con la que se identificaba el propio Hidalgo, según José María de Cos, teólogo y amigo del caudillo.
La restauradora Kuhliger dijo que el estado de conservación de la pieza era óptimo, por lo que sólo se limpió superficialmente y se le aplicó una capa de protección antioxidante. También, comentó que el número de inventario que tenía fue retirado por sus excesivas dimensiones y fue colocado en un lugar menos perceptible.
El par de objetos están listos para ser exhibidos como parte de las festividades del Bicentenario de la Independencia.
"Miguel Hidalgo era un cura de pueblo muy culto, teólogo y apasionado de la música, gran violinista, seguidor de la doctrina del jansenismo que lo hacía popular en la sociedad, bien educado y jugador de cartas. Padre de dos hijas que terminaron en una casa de expósitos cuando su madre decidió entrar en un convento".
"Dirigía una orquesta infantil y era un tipo inteligente, que a los 57 años se convirtió en iniciador de la Independencia. Súbitamente, después de una década en la que se le considero un proscripto, fue ejecutado el 30 de julio de 1811, y su cabeza fue expuesta durante siete años" , comentó el historiador Rueda Smithers.
En la década posterior a la muerte de Hidalgo, y hasta la consumación de la Independencia 1821, la mayor parte de sus pertenencias se perdieron o se ocultaron, por lo que ha sido una labor inmensa reunir piezas relacionadas con el héroe, concluyó el director del MNH. México, D.F./Notimex (El Universal)
Ambas piezas que se le atribuyen al prócer, se exhibieron por última vez durante la celebración del Centenario de la Independencia, misma que forman parte del acervo del Museo Nacional de Historia (MNH) "Castillo de Chapultepec".
"Son dos objetos que con más verosimilitud pudieron pertenecerle al héroe insurgente" , señaló el historiador Salvador Rueda Smithers, titular del MNH.
Asimismo detalló que la pequeña medalla de plata tiene grabada la imagen de la Virgen de Guadalupe, y en su cara posterior una leyenda en latín que traducida significa "No hizo cosa igual en ninguna nación".
Donada en 1915, -por doña María Guadalupe Hidalgo y Costilla, nieta del caudillo, quien la recibió en herencia-, la medalla fue expuesta por última vez en 1910, durante el aniversario del primer siglo de la Independencia, y en 1915 pasó a formar parte del acervo del MNH, junto con la cajita de madera en la que se guardaba, un registro notarial, y un árbol genealógico de Miguel Hidalgo elaborado en papel sobre tela.
La joya fue intervenida por Verónica Kuhliger, restauradora del propio museo, quien informó que presentaba una oxidación severa en diversos puntos, por lo que tuvo que limpiarse bajo microscopio, lo que representó una ardua y minuciosa labor.
Posteriormente, se trabajó con la pátina del objeto para preservar su valor histórico, y finalmente, se le aplicó un tratamiento de conservación para estabilizar y retardar el desarrollo natural del óxido, señaló la especialista.
Respecto al documento que acompaña a la medalla, se trata de un papel ahora ilegible, redactado en máquina de escribir y del que actualmente sólo se distinguen los sellos notariales de 1912 y 1913, así como la firma de un notario de apellido Rojas Martínez, quien certificó que la nieta de Hidalgo poseía dicha medalla hasta el 13 de abril de 1915.
Kuhliger comentó que para interpretar el texto tuvo que recurrir a luz rasante y lentes microscópicas.
En lo concerniente al relicario, también atribuido al Padre de la Patria, está hecho en plata dorada, y mediante pruebas de laboratorio se determinará la época en que fue realizado, y para comprobar la pertenencia al héroe insurgente, ésta deberá estar sustentada en documentación histórica.
El relicario estaba en posesión de don Ignacio Mariscal, político y diplomático que fungió como secretario de Relaciones Exteriores, y que durante 26 años trabajo para Benito Juárez y Porfirio Díaz.
Fue él quien se dio a la tarea de confirmar que Hidalgo poseyó en vida el relicario, y fueron familiares Hidalgo y Costilla quienes se lo aseguraron.
Una vez que la familia le confirmó el hecho, Mariscal le mandó a hacer una cubierta de protección, y posiblemente dispuso le grabaran las iniciales del prócer (MHYC) en uno de los costados.
El objeto también llegó por donación al Castillo de Chapultepec en 1910, para ser exhibido con motivo del Centenario de la Independencia de México.
Rueda Smithers comentó que otra de las razones que hacen pensar a los expertos sobre la pertenencia del relicario a Miguel Hidalgo, son las imágenes en óleo sobre la lamina que posee, por el anverso muestra a la Virgen de los Dolores (patrona del curato de Dolores).
Asimismo esta el Divino Rostro con una sola espina en la frente, en el reverso, era la imagen con la que se identificaba el propio Hidalgo, según José María de Cos, teólogo y amigo del caudillo.
La restauradora Kuhliger dijo que el estado de conservación de la pieza era óptimo, por lo que sólo se limpió superficialmente y se le aplicó una capa de protección antioxidante. También, comentó que el número de inventario que tenía fue retirado por sus excesivas dimensiones y fue colocado en un lugar menos perceptible.
El par de objetos están listos para ser exhibidos como parte de las festividades del Bicentenario de la Independencia.
"Miguel Hidalgo era un cura de pueblo muy culto, teólogo y apasionado de la música, gran violinista, seguidor de la doctrina del jansenismo que lo hacía popular en la sociedad, bien educado y jugador de cartas. Padre de dos hijas que terminaron en una casa de expósitos cuando su madre decidió entrar en un convento".
"Dirigía una orquesta infantil y era un tipo inteligente, que a los 57 años se convirtió en iniciador de la Independencia. Súbitamente, después de una década en la que se le considero un proscripto, fue ejecutado el 30 de julio de 1811, y su cabeza fue expuesta durante siete años" , comentó el historiador Rueda Smithers.
En la década posterior a la muerte de Hidalgo, y hasta la consumación de la Independencia 1821, la mayor parte de sus pertenencias se perdieron o se ocultaron, por lo que ha sido una labor inmensa reunir piezas relacionadas con el héroe, concluyó el director del MNH. México, D.F./Notimex (El Universal)
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