El escritor mexicano fue reconocido en Colombia en el marco de la edición 22 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en donde México es el invitado de honor
Por sus aportes a las letras hispanoamericanas y universales en general, el escritor mexicano Sergio Pitol, Premio Cervantes de Literatura 2005, recibió la víspera un sentido homenaje, como parte de la 22 Feria Internacional del Libro de Bogotá, en la que México participa como invitado de honor.
El reconocimiento fue hecho a través de sus pares colombianos Luz Mery Giraldo, Jaime Echeverri, Roberto Burgos y Azriel Bibliowicz, quienes diseccionaron de una manera analítica y lúdica la obra del autor nacido en Puebla, pero avecindado en Veracruz, autor de obras de magistral narración como "El arte de la fuga".
En la Sala "José Asunción Silva" , de Corferias, centro neurálgico del encuentro editorial, Luz Mery Giraldo, poeta, investigadora y catedrática de reconocida trayectoria en este país, hizo referencia a la recurrente peregrinación narrativa por países y la propia escritura que hace el mexicano en su obra.
En su ensayística participación señaló como características de la literatura del homenajeado por las letras colombianas a la imaginación, la invención y la ironía, en la que construye laberintos sin salida.
Mencionó que los múltiples títulos que ha publicado, alrededor de 25, hay una relación entre sí; el autor mexicano ha tendido puentes que comunican a sus textos, convirtiendo a su literatura en un viaje, una peregrinación por ella misma.
La escritora colombiana dijo que ha encontrado también que Pitol escribe en sus libros la lectura que hace de las ciudades, de su gente, de su cultura, con lo que las hace literatura asimismo. La vida está presente con todos sus absurdos, y liga los común con lo extraordinario de una manera sagrada.
En una exposición más lúdica, juguetona y circular, el escritor Roberto Burgos Cantor "acusó" a Pitol de haber creado en él una metamorfosis, de convertirlo en una mosca, insecto volador que tiene la propiedad de ver todo en diferentes dimensiones.
Aseguró el escritor colombiano, reconocido en su país y en el extranjero, al igual que Luz Mery Giraldo ganador de premios nacionales e internacionales, que los grandes escritores tienen la capacidad de transformar a sus lectores, y así es el mexicano.
Destacó que tiene una gran sencillez y al mismo tiempo hermosura de lenguaje, que en el fondo se complica al tejer una red entre sus textos, que se comunican entre sí a través de puentes levantados por el autor.
Se trata, subrayó en un homenaje íntimo, como del lector que alaba su obra, de un juego de nudos que atrapa y obliga a leer toda su literatura, y pudo como ejemplo de ello a "El arte de la fuga".
Como epílogo de este homenaje que Burgos Cantor compartió e hizo amplio con todos los presentes, alrededor de tres docenas de interesados, contó la forma en que conoció a Sergio Pitol y como de ese hecho real encontró referencias literarias y de la narrativa juguetona e inventiva del mexicano.
Dijo que fue en Xalapa, Veracruz, cuando estaba con unos amigos mexicanos a los que confió lo maravilloso de conocer a Pitol. Le hablaron y les respondió que los recibiría.
Ya en su casa, pleno de alegría, lo saludo y en un acto insólito, sus dos perros, "como niños bien educados" , salieron a saludarlos para enseguida regresar a su lugar.
Este momento, aseguró, le hablo mucho del escritor y de su escritura, pues esa escena le había hecho saber los elementos que componen su obra y biografía, además que le recordó un cuento suyo sobre su perro "Sasha" , al que ya no supo si era ficción o realidad.
Poco después, rememoró ante el asentimiento con la cabeza de Pitol, que los introdujo a su biblioteca, a la que Burgos Cantor describió como la mítica de Babel: infinita y con libros en múltiples idiomas.
Habló asimismo de algunas características que encuentra en la literatura de Pitol, como su lenguaje, en el que no sólo es importante el comunicar y escribir, sino la misma estructura, y su humor, producto de su inventiva, con el que le da serios golpes a aquellos que no se atreven o pueden reír.
El homenaje al mexicano Sergio Pitol concluyó con una cerrada ovación al escritor por parte de los participantes en la mesa, así como de aquellos presentes en el foro, con seguridad seguidores de su obra.
Sergio Pitol Demeneghi es un escritor, traductor y diplomático mexicano nacido en Puebla, el 18 de marzo de 1933. Se licenció en derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y ha sido titular de esa carrera en la propia UNAM, la Veracruzana, en Xalapa, y la de Bristol, en Gran Bretaña.
Es miembro del Servicio Exterior mexicano desde 1960, para el que ha trabajado como Agregado Cultural en París, Varsovia, Budapest, Moscú y Praga, ciudades a las que ha metido en su inventiva y en donde se desarrolla muchos de sus relatos.
Además, a decir del propio escritor, su paso por la capital rusa afianzó su afición por la literatura rusa en general y por Tolstoi en particular.
Ha tenido también estancias de estudio y trabajo en Roma, Pekín y Barcelona, ciudad española en la que vivió entre 1969 y 1972 y se desempeño como traductor para varias editoriales. Actualmente vive en Xalapa, Veracruz. Recibió el Premio Cervantes de Literatura en 2005.
Pitol es también conocido por sus traducciones al español de novelas de autores clásicos en lengua inglesa, como Jane Austen, Joseph Conrad y Henry James, entre otros.
Entre su obra destacan "No hay tal lugar" (1967) , "Infierno de todos" (1971) , "Los climas" (1972) , "El tañido de una flauta" (1973) , "Nocturno de Bujara" (1981) , "Juegos florales" (1985) , "El desfile del amor" (1985) , "Domar a la divina garza" (1988) y "Vals de Mefisto (1989) , por mencionar algunas. Bogotá, Colombia/Notimex (El Universal)
El reconocimiento fue hecho a través de sus pares colombianos Luz Mery Giraldo, Jaime Echeverri, Roberto Burgos y Azriel Bibliowicz, quienes diseccionaron de una manera analítica y lúdica la obra del autor nacido en Puebla, pero avecindado en Veracruz, autor de obras de magistral narración como "El arte de la fuga".
En la Sala "José Asunción Silva" , de Corferias, centro neurálgico del encuentro editorial, Luz Mery Giraldo, poeta, investigadora y catedrática de reconocida trayectoria en este país, hizo referencia a la recurrente peregrinación narrativa por países y la propia escritura que hace el mexicano en su obra.
En su ensayística participación señaló como características de la literatura del homenajeado por las letras colombianas a la imaginación, la invención y la ironía, en la que construye laberintos sin salida.
Mencionó que los múltiples títulos que ha publicado, alrededor de 25, hay una relación entre sí; el autor mexicano ha tendido puentes que comunican a sus textos, convirtiendo a su literatura en un viaje, una peregrinación por ella misma.
La escritora colombiana dijo que ha encontrado también que Pitol escribe en sus libros la lectura que hace de las ciudades, de su gente, de su cultura, con lo que las hace literatura asimismo. La vida está presente con todos sus absurdos, y liga los común con lo extraordinario de una manera sagrada.
En una exposición más lúdica, juguetona y circular, el escritor Roberto Burgos Cantor "acusó" a Pitol de haber creado en él una metamorfosis, de convertirlo en una mosca, insecto volador que tiene la propiedad de ver todo en diferentes dimensiones.
Aseguró el escritor colombiano, reconocido en su país y en el extranjero, al igual que Luz Mery Giraldo ganador de premios nacionales e internacionales, que los grandes escritores tienen la capacidad de transformar a sus lectores, y así es el mexicano.
Destacó que tiene una gran sencillez y al mismo tiempo hermosura de lenguaje, que en el fondo se complica al tejer una red entre sus textos, que se comunican entre sí a través de puentes levantados por el autor.
Se trata, subrayó en un homenaje íntimo, como del lector que alaba su obra, de un juego de nudos que atrapa y obliga a leer toda su literatura, y pudo como ejemplo de ello a "El arte de la fuga".
Como epílogo de este homenaje que Burgos Cantor compartió e hizo amplio con todos los presentes, alrededor de tres docenas de interesados, contó la forma en que conoció a Sergio Pitol y como de ese hecho real encontró referencias literarias y de la narrativa juguetona e inventiva del mexicano.
Dijo que fue en Xalapa, Veracruz, cuando estaba con unos amigos mexicanos a los que confió lo maravilloso de conocer a Pitol. Le hablaron y les respondió que los recibiría.
Ya en su casa, pleno de alegría, lo saludo y en un acto insólito, sus dos perros, "como niños bien educados" , salieron a saludarlos para enseguida regresar a su lugar.
Este momento, aseguró, le hablo mucho del escritor y de su escritura, pues esa escena le había hecho saber los elementos que componen su obra y biografía, además que le recordó un cuento suyo sobre su perro "Sasha" , al que ya no supo si era ficción o realidad.
Poco después, rememoró ante el asentimiento con la cabeza de Pitol, que los introdujo a su biblioteca, a la que Burgos Cantor describió como la mítica de Babel: infinita y con libros en múltiples idiomas.
Habló asimismo de algunas características que encuentra en la literatura de Pitol, como su lenguaje, en el que no sólo es importante el comunicar y escribir, sino la misma estructura, y su humor, producto de su inventiva, con el que le da serios golpes a aquellos que no se atreven o pueden reír.
El homenaje al mexicano Sergio Pitol concluyó con una cerrada ovación al escritor por parte de los participantes en la mesa, así como de aquellos presentes en el foro, con seguridad seguidores de su obra.
Sergio Pitol Demeneghi es un escritor, traductor y diplomático mexicano nacido en Puebla, el 18 de marzo de 1933. Se licenció en derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y ha sido titular de esa carrera en la propia UNAM, la Veracruzana, en Xalapa, y la de Bristol, en Gran Bretaña.
Es miembro del Servicio Exterior mexicano desde 1960, para el que ha trabajado como Agregado Cultural en París, Varsovia, Budapest, Moscú y Praga, ciudades a las que ha metido en su inventiva y en donde se desarrolla muchos de sus relatos.
Además, a decir del propio escritor, su paso por la capital rusa afianzó su afición por la literatura rusa en general y por Tolstoi en particular.
Ha tenido también estancias de estudio y trabajo en Roma, Pekín y Barcelona, ciudad española en la que vivió entre 1969 y 1972 y se desempeño como traductor para varias editoriales. Actualmente vive en Xalapa, Veracruz. Recibió el Premio Cervantes de Literatura en 2005.
Pitol es también conocido por sus traducciones al español de novelas de autores clásicos en lengua inglesa, como Jane Austen, Joseph Conrad y Henry James, entre otros.
Entre su obra destacan "No hay tal lugar" (1967) , "Infierno de todos" (1971) , "Los climas" (1972) , "El tañido de una flauta" (1973) , "Nocturno de Bujara" (1981) , "Juegos florales" (1985) , "El desfile del amor" (1985) , "Domar a la divina garza" (1988) y "Vals de Mefisto (1989) , por mencionar algunas. Bogotá, Colombia/Notimex (El Universal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario