Como un personaje contradictorio en cuyas obras criticó la dictadura de Porfirio Díaz, pero nunca al dictador, fue recordado el escritor y diplomático mexicano Federico Gamboa (1864-1939), quien cultivó la novela realista influida por el naturalismo francés.
Así lo hizo la novelista y académica Margo Glantz, durante una sesión solemne celebrada la víspera en la sede del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM), en la cual, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) rindió un sentido homenaje a quien fuera su noveno director entre 1923 y 1939, en ocasión de su 70 aniversario luctuoso.
Acompañada por miembros de la Academia, así como por el escritor Vicente Quirarte, la autora, quien en 1984 recibió el Premio Xavier Villaurrutia, destacó la vida y obra de Gamboa.
Refirió que este último fue un hombre de su tiempo, pegado a la identidad y lealtad, "aunque haya servido como ministro de Relaciones Exteriores durante el mandato de Victoriano Huerta".
Ahondó que en su obra literaria, Gamboa habla de las cárceles del porfiriato, su corrupción, el despotismo de sus gobernantes, de la riqueza de pocos frente a la pobreza de muchos, de los prostíbulos, de su situación endeble y su falta de recursos en una sociedad porfiriana. Asimismo, agregó Glantz, admiró sin límites a quien en mucho tiempo había sido responsable del México que le tocó vivir.
De igual forma destacó que a pesar de criticar el sistema dictactorial, Gamboa fue un personaje que nunca creyó en la Revolución y mantuvo en incólume una grande admiración hacia Porfirio Díaz, "su caudillo".
La escritora indicó que fue tanta la admiración que Federico Gamboa sentía hacia Porfirio Díaz que incluso lo calificó como "un emblema, un ser admirable, predestinado, una especie de fuerza bruta de la naturaleza que además, posee un carisma sobrehumano para gobernar a su país". La autora de novelas como "Apariciones" y "El Rastro", abordó además la obra más preciada de Gamboa: "Santa", publicada en 1903. (Con información de Notimex/JJJ) México, D.F. (El Financiero)
Así lo hizo la novelista y académica Margo Glantz, durante una sesión solemne celebrada la víspera en la sede del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM), en la cual, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) rindió un sentido homenaje a quien fuera su noveno director entre 1923 y 1939, en ocasión de su 70 aniversario luctuoso.
Acompañada por miembros de la Academia, así como por el escritor Vicente Quirarte, la autora, quien en 1984 recibió el Premio Xavier Villaurrutia, destacó la vida y obra de Gamboa.
Refirió que este último fue un hombre de su tiempo, pegado a la identidad y lealtad, "aunque haya servido como ministro de Relaciones Exteriores durante el mandato de Victoriano Huerta".
Ahondó que en su obra literaria, Gamboa habla de las cárceles del porfiriato, su corrupción, el despotismo de sus gobernantes, de la riqueza de pocos frente a la pobreza de muchos, de los prostíbulos, de su situación endeble y su falta de recursos en una sociedad porfiriana. Asimismo, agregó Glantz, admiró sin límites a quien en mucho tiempo había sido responsable del México que le tocó vivir.
De igual forma destacó que a pesar de criticar el sistema dictactorial, Gamboa fue un personaje que nunca creyó en la Revolución y mantuvo en incólume una grande admiración hacia Porfirio Díaz, "su caudillo".
La escritora indicó que fue tanta la admiración que Federico Gamboa sentía hacia Porfirio Díaz que incluso lo calificó como "un emblema, un ser admirable, predestinado, una especie de fuerza bruta de la naturaleza que además, posee un carisma sobrehumano para gobernar a su país". La autora de novelas como "Apariciones" y "El Rastro", abordó además la obra más preciada de Gamboa: "Santa", publicada en 1903. (Con información de Notimex/JJJ) México, D.F. (El Financiero)
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