Lleva por nombre la segunda Noche Blanca
El compositor estadounidense mezcla elementos de jazz y música popular judía
Con actividades realizadas por 20 espacios culturales, se presentó recientemente la segunda Noche Blanca en la montaña de Montju‹c, en Barcelona, destacando la música de George Gershwin, fallecido el 11 de julio de 1937.
El indiscutible talento de este compositor estadounidense lo llevó a mezclar elementos de jazz y música popular judía con melodías del repertorio romántico europeo.
Gershwin nació en Brooklyn, Nueva York, el 26 de septiembre de 1898, hijo de una pareja de inmigrantes rusos, de origen judío. Su talento para la música se manifestó a temprana edad, cuando, mediante un voluntarioso aprendizaje autodidacta, aprendió a tocar el piano de oído.
Estudió con los compositores estadounidenses Rubin Goldmark, Henry Cowell y Wallingford Riegger, así como con el compositor y teórico ruso Joseph Schillinger. Relatan sus biógrafos, no obstante, que los grandes referentes de Gershwin en aquellos primeros años fueron Irving Berlin y Jerome Kern, reyes del Broadway de la época gracias a sus canciones y sus comedias musicales.
A los 16 años, Gershwin tenía el firme deseo de triunfar como compositor en las salas de concierto, pero eso no tomaría forma hasta años más tarde.
En 1914 abandonó sus estudios para trabajar en unos almacenes de música, en los que, sentado al piano, presentaba al público las melodías de moda.
Empero, el éxito de su canción "Swanee" (1918) lo llevó a formar parte de la "Tin Pan Alley" (área de Nueva York donde se encontraban los editores de música más importantes).
George Gershwin fue el primer músico en hacer oír una voz inequívocamente autóctona, aunque capaz, al mismo tiempo, de conquistar el éxito, fuera de las fronteras de su patria, y lo hizo a través de sus obras en las que hábilmente se sintetizaban elementos procedentes del jazz y de la tradición clásica, permitiéndole destacar por igual en campos tan dispares como el de la música sinfónica y popular. (Con información de Notimex/JJJ) México, D.F. (El Financiero)
El indiscutible talento de este compositor estadounidense lo llevó a mezclar elementos de jazz y música popular judía con melodías del repertorio romántico europeo.
Gershwin nació en Brooklyn, Nueva York, el 26 de septiembre de 1898, hijo de una pareja de inmigrantes rusos, de origen judío. Su talento para la música se manifestó a temprana edad, cuando, mediante un voluntarioso aprendizaje autodidacta, aprendió a tocar el piano de oído.
Estudió con los compositores estadounidenses Rubin Goldmark, Henry Cowell y Wallingford Riegger, así como con el compositor y teórico ruso Joseph Schillinger. Relatan sus biógrafos, no obstante, que los grandes referentes de Gershwin en aquellos primeros años fueron Irving Berlin y Jerome Kern, reyes del Broadway de la época gracias a sus canciones y sus comedias musicales.
A los 16 años, Gershwin tenía el firme deseo de triunfar como compositor en las salas de concierto, pero eso no tomaría forma hasta años más tarde.
En 1914 abandonó sus estudios para trabajar en unos almacenes de música, en los que, sentado al piano, presentaba al público las melodías de moda.
Empero, el éxito de su canción "Swanee" (1918) lo llevó a formar parte de la "Tin Pan Alley" (área de Nueva York donde se encontraban los editores de música más importantes).
George Gershwin fue el primer músico en hacer oír una voz inequívocamente autóctona, aunque capaz, al mismo tiempo, de conquistar el éxito, fuera de las fronteras de su patria, y lo hizo a través de sus obras en las que hábilmente se sintetizaban elementos procedentes del jazz y de la tradición clásica, permitiéndole destacar por igual en campos tan dispares como el de la música sinfónica y popular. (Con información de Notimex/JJJ) México, D.F. (El Financiero)
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