La exposición reúne paisajes del pintor holandés realizados entre 1883 y 1890, en los quedaron plasmadas todas las etapas por las que pasó el atormentado y famoso artista plástico
Suiza recuerda hoy los 119 años de la muerte del pintor holandés Vincent van Gogh, ocurrida el 29 de julio de 1890, al exhibir más de 70 lienzos de paisajes del genio en la exposición "Entre la tierra y el cielo" , que se exhibe en el Museo de Arte de Basilea.
Incluso, la muestra del genio postimpresionista es considerada ya como "el acontecimiento del año en el arte suizo".
La exposición reúne paisajes de Van Gogh (1853-1890) realizados entre 1883 y 1890, en los quedaron plasmadas todas las etapas por las que pasó el atormentado y famoso artista plástico.
Hasta el 27 de septiembre los amantes de la obra del pintor podrán admirar entre cipreses, campos de trigo, flores y nubes, algunas obras que jamás habían sido mostradas al público.
Van Gogh se disparó en el pecho el 27 de julio de 1890, después de dar un paseo por la campiña de Auvers, y murió dos días más tarde acompañado por su fiel hermano Theo, quien fue su único apoyo durante toda su vida y con quien cruzaría numerosas cartas, que ahora son un testimonio de su trágica vida.
El nombre de la exposición "Entre la Tierra y el cielo" es un diálogo entre los dos lados del genio, desde el realista hasta el inmaterial y metafísico. "Van Gogh encontró equilibrio solamente en su pintura" , declaró el director del museo, Bernhard Mendes Bürgi, al inaugurar la exposición.
Van Gogh comenzó a pintar a los 27 años y durante los siguientes 10 años produjo la extraordinaria cantidad de 900 óleos sobre tela y mil 600 dibujos.
Fue el hijo mayor de un predicador de la iglesia protestante; de su infancia se sabe que era "un chico tranquilo sin talento artístico notable" , según sus biógrafos, quienes añaden que quiso seguir los pasos de su padre sin conseguir éxito.
Sin embargo, la espiritualidad y fervor tuvieron un lugar especial en su obra, según palabras de uno de los guías de la exposición.
Así, en el cuadro de "Los cipreses" se advierte "su profundo sentido religioso" , además de su fuerza pictórica, colorido y singular maestría de los trazos, lo que muestra la madurez artística y la consumación del característico estilo del pintor.
"Para Van Gogh, los cipreses son un símbolo que une la tierra con el cielo, lo concreto con lo divino; son una flama que se eleva hacia el creador, una presencia divina a través del paisaje".
A decir de algunos expertos, el cuadro de " Los cipreses " significa " la unión eterna entre Vincent y su hermano Theo".
Van Gogh escribió en una de sus cartas: " quiero dejar un recuerdo con mis pinturas, no algo hecho para complacer a cualquier tendencia, sino algo que exprese un sincero sentimiento humano ".
En la exposición es posible seguir sus estados de ánimo y la evolución del característico estilo impresionista.
La exposición de Van Gogh en Basilea muestra todas las etapas del artista a través de los paisajes. Primero en Nuenen (1883-1889), con paisajes como " Los campos de flores de Holanda ", en donde comenzó a pintar con cierta regularidad inspirado por la pintura del francés Jean-Francois Millet.
Después está la etapa de París, ciudad donde el artista descubrió que " el uso de los colores oscuros que había utilizado en Holanda era antidiluviano ".
En la capital francesa hizo amistad con otros pintores de la época, como Paul Gauguin, Emile Bernard, Henri de Toulouse-Lautrec y Paul Signac, quienes junto con él " determinarían la nueva dirección del arte moderno ".
"La pesca en primavera ", parte del tríptico " El Sena con el puente de Clichy " es un ejemplo de su vida en Paris.
La estancia del pintor en Arles, un pequeño pueblo al sur de Francia, es la etapa en la que " por fin llegó a adquirir confianza en su futuro como artista ".
A esta etapa corresponde " Cosecha de trigo en Provence ", en el que se aprecian sus característicos tonos brillantes y perfectos trazos, para muchos " un legado para el postimpresionismo ".
Sus obra se caracteriza por una pincelada suelta, desenfadada, que con gran emotividad se materializan las nubes, manchones rojos y lapislázuli, colores cálidos, gruesas líneas y una luz dorada intensa que se aprecia en los paisajes de Arles, la etapa de color más vívido del artista.
A esta etapa también corresponden " Entrada a la granja ", " Vista del Mar ", " Noche de Verano " y " Jardín con cerca ".
Durante ella, Vincent invitó a sus amigos artistas que conoció en París a pasar unos días en la campiña francesa, de los que solamente Gauguin, otro genio inigualable, aceptó.
Fue entonces cuando Van Gogh se cortó el lóbulo de la oreja izquierda, las razones y las condiciones en las que cometió este acto todavía son imprecisas. Algunos biógrafos lo atribuyen a su enfermedad de naturaleza psicótica, y otros a una pelea con Gauguin.
En el recorrido de " Entre la tierra y el cielo " se aprecia el cambio brusco en la selección de colores de Van Gogh, así como que, sin duda, " el desgraciado acontecimiento de Arles marcaría su vida y su obra para siempre ".
En la etapa de Saint-Rémy, Van Gogh se internó voluntariamente en el sanatorio mental de Saint-Paul de Mausole, donde cuando se encontraba en buen estado pintaba y dibujaba en el jardín o en las cercanías de la clínica.
"Buscó en el paisaje libertad y protección, un recurso contra la enfermedad. El uso del color fue amortiguándose y la pincelada pasó a ser más gráfica ". Es en esta etapa cuando pinta " Los cipreses ".
Después, el recorrido de la exposición lleva a su última etapa, su estancia en Auvers.
Van Gogh era incansable, se aprecia en sus pinturas un frenesí y una exaltación por la naturaleza incomparable; en los 70 días anteriores a su muerte produjo 75 obras de arte, todas pintadas de primera intención y en las que en casi ninguna se aprecian retoques.
Sin embargo, le escribió a su hermano: " me siento fracasado...por lo que a mi respecta, creo que este es mi destino, que acepto y que sé que no cambiará ".
A pesar de que Vincent Van Gogh trabajó con gran esmero durante más de dos meses, " el sufrimiento le pareció insoportable y se quitó la vida. Seis meses después su hermano Theo le acompañó en su viaje eterno". Ginebra, Suiza/Notimex (El Universal)
Incluso, la muestra del genio postimpresionista es considerada ya como "el acontecimiento del año en el arte suizo".
La exposición reúne paisajes de Van Gogh (1853-1890) realizados entre 1883 y 1890, en los quedaron plasmadas todas las etapas por las que pasó el atormentado y famoso artista plástico.
Hasta el 27 de septiembre los amantes de la obra del pintor podrán admirar entre cipreses, campos de trigo, flores y nubes, algunas obras que jamás habían sido mostradas al público.
Van Gogh se disparó en el pecho el 27 de julio de 1890, después de dar un paseo por la campiña de Auvers, y murió dos días más tarde acompañado por su fiel hermano Theo, quien fue su único apoyo durante toda su vida y con quien cruzaría numerosas cartas, que ahora son un testimonio de su trágica vida.
El nombre de la exposición "Entre la Tierra y el cielo" es un diálogo entre los dos lados del genio, desde el realista hasta el inmaterial y metafísico. "Van Gogh encontró equilibrio solamente en su pintura" , declaró el director del museo, Bernhard Mendes Bürgi, al inaugurar la exposición.
Van Gogh comenzó a pintar a los 27 años y durante los siguientes 10 años produjo la extraordinaria cantidad de 900 óleos sobre tela y mil 600 dibujos.
Fue el hijo mayor de un predicador de la iglesia protestante; de su infancia se sabe que era "un chico tranquilo sin talento artístico notable" , según sus biógrafos, quienes añaden que quiso seguir los pasos de su padre sin conseguir éxito.
Sin embargo, la espiritualidad y fervor tuvieron un lugar especial en su obra, según palabras de uno de los guías de la exposición.
Así, en el cuadro de "Los cipreses" se advierte "su profundo sentido religioso" , además de su fuerza pictórica, colorido y singular maestría de los trazos, lo que muestra la madurez artística y la consumación del característico estilo del pintor.
"Para Van Gogh, los cipreses son un símbolo que une la tierra con el cielo, lo concreto con lo divino; son una flama que se eleva hacia el creador, una presencia divina a través del paisaje".
A decir de algunos expertos, el cuadro de " Los cipreses " significa " la unión eterna entre Vincent y su hermano Theo".
Van Gogh escribió en una de sus cartas: " quiero dejar un recuerdo con mis pinturas, no algo hecho para complacer a cualquier tendencia, sino algo que exprese un sincero sentimiento humano ".
En la exposición es posible seguir sus estados de ánimo y la evolución del característico estilo impresionista.
La exposición de Van Gogh en Basilea muestra todas las etapas del artista a través de los paisajes. Primero en Nuenen (1883-1889), con paisajes como " Los campos de flores de Holanda ", en donde comenzó a pintar con cierta regularidad inspirado por la pintura del francés Jean-Francois Millet.
Después está la etapa de París, ciudad donde el artista descubrió que " el uso de los colores oscuros que había utilizado en Holanda era antidiluviano ".
En la capital francesa hizo amistad con otros pintores de la época, como Paul Gauguin, Emile Bernard, Henri de Toulouse-Lautrec y Paul Signac, quienes junto con él " determinarían la nueva dirección del arte moderno ".
"La pesca en primavera ", parte del tríptico " El Sena con el puente de Clichy " es un ejemplo de su vida en Paris.
La estancia del pintor en Arles, un pequeño pueblo al sur de Francia, es la etapa en la que " por fin llegó a adquirir confianza en su futuro como artista ".
A esta etapa corresponde " Cosecha de trigo en Provence ", en el que se aprecian sus característicos tonos brillantes y perfectos trazos, para muchos " un legado para el postimpresionismo ".
Sus obra se caracteriza por una pincelada suelta, desenfadada, que con gran emotividad se materializan las nubes, manchones rojos y lapislázuli, colores cálidos, gruesas líneas y una luz dorada intensa que se aprecia en los paisajes de Arles, la etapa de color más vívido del artista.
A esta etapa también corresponden " Entrada a la granja ", " Vista del Mar ", " Noche de Verano " y " Jardín con cerca ".
Durante ella, Vincent invitó a sus amigos artistas que conoció en París a pasar unos días en la campiña francesa, de los que solamente Gauguin, otro genio inigualable, aceptó.
Fue entonces cuando Van Gogh se cortó el lóbulo de la oreja izquierda, las razones y las condiciones en las que cometió este acto todavía son imprecisas. Algunos biógrafos lo atribuyen a su enfermedad de naturaleza psicótica, y otros a una pelea con Gauguin.
En el recorrido de " Entre la tierra y el cielo " se aprecia el cambio brusco en la selección de colores de Van Gogh, así como que, sin duda, " el desgraciado acontecimiento de Arles marcaría su vida y su obra para siempre ".
En la etapa de Saint-Rémy, Van Gogh se internó voluntariamente en el sanatorio mental de Saint-Paul de Mausole, donde cuando se encontraba en buen estado pintaba y dibujaba en el jardín o en las cercanías de la clínica.
"Buscó en el paisaje libertad y protección, un recurso contra la enfermedad. El uso del color fue amortiguándose y la pincelada pasó a ser más gráfica ". Es en esta etapa cuando pinta " Los cipreses ".
Después, el recorrido de la exposición lleva a su última etapa, su estancia en Auvers.
Van Gogh era incansable, se aprecia en sus pinturas un frenesí y una exaltación por la naturaleza incomparable; en los 70 días anteriores a su muerte produjo 75 obras de arte, todas pintadas de primera intención y en las que en casi ninguna se aprecian retoques.
Sin embargo, le escribió a su hermano: " me siento fracasado...por lo que a mi respecta, creo que este es mi destino, que acepto y que sé que no cambiará ".
A pesar de que Vincent Van Gogh trabajó con gran esmero durante más de dos meses, " el sufrimiento le pareció insoportable y se quitó la vida. Seis meses después su hermano Theo le acompañó en su viaje eterno". Ginebra, Suiza/Notimex (El Universal)
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