El poeta uruguayo, quien este 2009 cumple tres décadas en el país, presentará hoy su libro Obvio al desnudo dentro de la Escuela de Verano de la UANL. En entrevista explica el significado de este año y de su más reciente creación.
Hace 30 años, México le tendía las manos a una generación de intelectuales sudamericanos que sobrevivían a las feroces dictaduras militares que se vivían en Chile, Argentina o Uruguay. En agosto de 1979 un joven poeta llegaba a México y recibía, prontamente, el auxilio de otro poeta llamado Octavio Paz. Ése joven era Eduardo Milán.
Uruguayos, argentinos, chilenos y hasta bolivianos encontraron en México una casa donde escribir y pensar. Se dice que a nuestro país llegaron más de 20 mil exiliados entre la década de los sesenta y ochenta, entre los cuales estaba el poeta uruguayo.
“Yo soy heredero de una familia deshecha por la dictadura militar”, afirma el autor, de visita en la ciudad para presentar el poemario Obvio al desnudo (UANL, 2009).
Milán es un poeta que siempre ha tenido presente en su discurso el sentido de la crítica. A diferencia de otros, él no teme a que su trabajo se relacione con la crítica social o el llamado a una búsqueda de justicia.
Pese a las contradicciones que se vivían en el México de Miguel López Portillo –pues se admitía a disidentes políticos de América del Sur pero se perseguía a los mexicanos–, Milán recuerda que ésa tierra que lo recibió transpiraba olores de movilidad, de libertad y de apertura.
A raíz de ello también había una clase de escritores e intelectuales dispuestos al debate o a la crítica. A 30 años, Milán observa un México distinto, con una mayor pluralidad pero sin la capacidad de recibir a pensadores y políticos disidentes.
“Eso se echa bastante de menos porque era un referente importante de América Latina. México era un país que abría las puertas a lo que venía de fuera. Poéticamente a mí me recibió un grupo que en aquel momento era más plural, que era Vuelta”, evocó el Premio de Poesía Aguascalientes 1997.
En aquellos tiempos románticos, América Latina y México respiraban aires de unidad creativa que, aunque con diferentes voces, había una capacidad de respuesta de parte de los intelectuales condenando cualquier injusticia que afectara a los hermanos latinoamericanos.
Han pasado 30 años, y pareciera que esos intelectuales o escritores han volteado hacia otra parte. Pese al reciente golpe de Estado ocurrido en Honduras, Milán reprocha que hasta el momento, no haya una condena unánime de escritores mexicanos hacia este acto.
“No la veo en México (la solidaridad), en este momento me parece increíble –salvo un error de información mía– un pronunciamiento de intelectuales en relación a lo pasado en Honduras, eso me parece alarmante porque estamos hablando de un golpe de Estado”, profundizó el poeta.
Obvio al desnudo es una serie de poemas que integran una trilogía que empezó en 2005 y cuyo destino de publicación había sido en Madrid. Esta parte se publica en Monterrey, y es por esto que el poeta viene a la ciudad para presentarse esta noche en el Colegio Civil dentro de las actividades de la Escuela de Verano de la UANL.
Pese a lo tarde de la charla y el sofocante calor de Monterrey, Eduardo Milán accede a develarnos un poco de lo que se esconde detrás del título Obvio al desnudo.
“Es un momento de mi escritura donde, por un lado, complico un poco esa cuestión de juego que siempre tuvo mi poesía con una visión del mundo bastante descarnada[...] El lenguaje poético es intraducible, por eso yo no sé si el título aclare, porque refiere a algo que no es tan obvio, a algo más oscuro que está ahí pero pasa desapercibido”, expresó el autor de Esto es ó Resistir. Insistencias sobre el presente poético.
Si bien Eduardo Milán se dice ajeno a las nuevas plataformas de la inmediatez –él prefiere el tiempo para reflexionar la lectura– sus poemas aparecen por doquier en páginas especializadas, blogs o enciclopedias libres.
Hasta en eso Milán se destaca, pues aunque muchos de los escritores de la época utilizan el blog para estar al día en términos mediáticos, al poeta le honra saber que son “sus amigos” quienes le hacen este trabajo.
“Son mis amigos quienes lo hacen, y la verdad es para mi es muy gratificante porque yo no lo puedo hacer”, señaló humildemente el poeta.
Y agregó: “En mi época esto era imposible, había que esperar que el tiempo hiciera otro tipo de arreglos. Hoy todo está ahí”, consideró.
Esta inmediatez, reflexionó el poeta, no es bondadosa con el juego poético que repare en “el lento proceso de la memorización”. En sí, Eduardo Milán sostuvo que el actual presente “es el gran devorador” del pensamiento. La cita con el reconocido poeta es hoy a las 20:00 en el Colegio Civil. Monterrey, NL/Gustavo Mendoza Lemus (Milenio)
Uruguayos, argentinos, chilenos y hasta bolivianos encontraron en México una casa donde escribir y pensar. Se dice que a nuestro país llegaron más de 20 mil exiliados entre la década de los sesenta y ochenta, entre los cuales estaba el poeta uruguayo.
“Yo soy heredero de una familia deshecha por la dictadura militar”, afirma el autor, de visita en la ciudad para presentar el poemario Obvio al desnudo (UANL, 2009).
Milán es un poeta que siempre ha tenido presente en su discurso el sentido de la crítica. A diferencia de otros, él no teme a que su trabajo se relacione con la crítica social o el llamado a una búsqueda de justicia.
Pese a las contradicciones que se vivían en el México de Miguel López Portillo –pues se admitía a disidentes políticos de América del Sur pero se perseguía a los mexicanos–, Milán recuerda que ésa tierra que lo recibió transpiraba olores de movilidad, de libertad y de apertura.
A raíz de ello también había una clase de escritores e intelectuales dispuestos al debate o a la crítica. A 30 años, Milán observa un México distinto, con una mayor pluralidad pero sin la capacidad de recibir a pensadores y políticos disidentes.
“Eso se echa bastante de menos porque era un referente importante de América Latina. México era un país que abría las puertas a lo que venía de fuera. Poéticamente a mí me recibió un grupo que en aquel momento era más plural, que era Vuelta”, evocó el Premio de Poesía Aguascalientes 1997.
En aquellos tiempos románticos, América Latina y México respiraban aires de unidad creativa que, aunque con diferentes voces, había una capacidad de respuesta de parte de los intelectuales condenando cualquier injusticia que afectara a los hermanos latinoamericanos.
Han pasado 30 años, y pareciera que esos intelectuales o escritores han volteado hacia otra parte. Pese al reciente golpe de Estado ocurrido en Honduras, Milán reprocha que hasta el momento, no haya una condena unánime de escritores mexicanos hacia este acto.
“No la veo en México (la solidaridad), en este momento me parece increíble –salvo un error de información mía– un pronunciamiento de intelectuales en relación a lo pasado en Honduras, eso me parece alarmante porque estamos hablando de un golpe de Estado”, profundizó el poeta.
Obvio al desnudo es una serie de poemas que integran una trilogía que empezó en 2005 y cuyo destino de publicación había sido en Madrid. Esta parte se publica en Monterrey, y es por esto que el poeta viene a la ciudad para presentarse esta noche en el Colegio Civil dentro de las actividades de la Escuela de Verano de la UANL.
Pese a lo tarde de la charla y el sofocante calor de Monterrey, Eduardo Milán accede a develarnos un poco de lo que se esconde detrás del título Obvio al desnudo.
“Es un momento de mi escritura donde, por un lado, complico un poco esa cuestión de juego que siempre tuvo mi poesía con una visión del mundo bastante descarnada[...] El lenguaje poético es intraducible, por eso yo no sé si el título aclare, porque refiere a algo que no es tan obvio, a algo más oscuro que está ahí pero pasa desapercibido”, expresó el autor de Esto es ó Resistir. Insistencias sobre el presente poético.
Si bien Eduardo Milán se dice ajeno a las nuevas plataformas de la inmediatez –él prefiere el tiempo para reflexionar la lectura– sus poemas aparecen por doquier en páginas especializadas, blogs o enciclopedias libres.
Hasta en eso Milán se destaca, pues aunque muchos de los escritores de la época utilizan el blog para estar al día en términos mediáticos, al poeta le honra saber que son “sus amigos” quienes le hacen este trabajo.
“Son mis amigos quienes lo hacen, y la verdad es para mi es muy gratificante porque yo no lo puedo hacer”, señaló humildemente el poeta.
Y agregó: “En mi época esto era imposible, había que esperar que el tiempo hiciera otro tipo de arreglos. Hoy todo está ahí”, consideró.
Esta inmediatez, reflexionó el poeta, no es bondadosa con el juego poético que repare en “el lento proceso de la memorización”. En sí, Eduardo Milán sostuvo que el actual presente “es el gran devorador” del pensamiento. La cita con el reconocido poeta es hoy a las 20:00 en el Colegio Civil. Monterrey, NL/Gustavo Mendoza Lemus (Milenio)
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