El escritor obtuvo el Premio alfaguara con la novela El viajero del siglo, la cual ya se encuentra a la venta en el país
Eficacia en el uso del lenguaje, correcto y cerebralmente elegido para producir las imágenes y las ideas que se quiere; conocimiento para saber crear las atmósferas, utilizar las palabras y modismos que corresponden a cada tiempo, son algunas de las virtudes del escritor argentino Andrés Neuman, autor de "El viajero del siglo".
Ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2009, y que ya se encuentra en circulación en la oferta editorial de México, esta voluminosa obra literaria (529 páginas) deja en claro porqué el autor, hijo de músicos emigrados, y quien terminó de criarse en Granada, España, donde estudio la universidad y fue profesor de Literatura Hispanoamericana, ha recibido tantos elogios.
Neuman (Buenos Aires 1977), también autor de exitosos escritos como "Bariloche", "El último minuto" y "Alumbramiento", propone en "El viajero del siglo" un ambicioso experimento literario, que es leer el siglo XIX con la mirada de la presente centuria.
Es decir, un diálogo entre la gran novela clásica y las narrativas de vanguardia; un puente entre la historia y los debates del presente, a saber la extranjería, el multiculturalismo y los nacionalismos, o la emancipación de la mujer.
Y esa es una de las propiedades de la novela de Neuman, a saber, referir las ideas que predominaban en uno de los momentos más álgidos de la historia de la humanidad, el siglo XIX, bajo la óptica de quien se sabe en el XXI, el autor, a través de su personaje principal, "El viajero del siglo", llamado "Hans".
Es decir, ubica a la historia que desarrolla en las postrimerías de la centuria decimonónica y, a través de los personajes que pueblan su historia, hace un resumen de las ideas que se han puesto sobre la mesa prácticamente desde el Renacimiento, el Siglo de las Luces, hasta esos momentos, es decir los temas "modernos" que propone Schopenhauer.
Pero, sobre todo, los discute a través de "Hans", principalmente, pero también del resto de los personajes que circundan la historia central, quienes debaten sus puntos débiles pero también los favorables, y qué mejor para ubicar este caleidoscopio del pensamiento que Alemania, uno de los países con mayores aportes en la materia.
Otro rasgo positivo de la obra de Neuman es la ubicación del desarrollo de la historia, "Wandernburgo", una población que es sintomática de la trama que se cuenta: una ciudad amurallada, aislada, densa, laberíntica, en la que -los personajes lo narran- las calles se cambian de lugar de un momento a otro, las esquinas se pasan de un sitio a otro y es fácil perderse.
Pero otra de las singularidades de esta obra es que esta conjunción de elementos no los hace densos a la lectura, por el contrario, la amenidad con los que son contados, narrados, los hacen fácilmente entendibles y hasta disfrutables, porque forman parte del anecdotario de la novela, en la que uno de los ejes centrales es el amor que en "Hans" se despierta por "Sophie"
Y este es un guiño más del autor, el personaje femenino asume la circunstancia de ser la "sofía", es decir, el "saber", el amor al conocimiento, a las ideas, a la filosofía.
Es decir, a lo largo de esta novela, el autor despliega un mosaico cultural al servicio de un intenso argumento, pleno de intrigas, humor y personajes emocionantes, con un estilo rompedor que ofrece a estas cuestiones un sorprendente cauce.
Por ello fue que Roberto Bolaño (1953-2003), escritor y poeta chileno de talento reconocido en el mundo, asentó en su momento que "tocado por la gracia. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre".
Andrés Neuman ha recibido también el premio Hiperión de Poesía y fue finalista del Premio Herralde, además que para la votación de Bogotá-39, convocada por el Hay Festival, fue elegido como uno de los mejores nuevos autores nacidos en Latinoamérica. México, D.F. (El Universal)
Ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2009, y que ya se encuentra en circulación en la oferta editorial de México, esta voluminosa obra literaria (529 páginas) deja en claro porqué el autor, hijo de músicos emigrados, y quien terminó de criarse en Granada, España, donde estudio la universidad y fue profesor de Literatura Hispanoamericana, ha recibido tantos elogios.
Neuman (Buenos Aires 1977), también autor de exitosos escritos como "Bariloche", "El último minuto" y "Alumbramiento", propone en "El viajero del siglo" un ambicioso experimento literario, que es leer el siglo XIX con la mirada de la presente centuria.
Es decir, un diálogo entre la gran novela clásica y las narrativas de vanguardia; un puente entre la historia y los debates del presente, a saber la extranjería, el multiculturalismo y los nacionalismos, o la emancipación de la mujer.
Y esa es una de las propiedades de la novela de Neuman, a saber, referir las ideas que predominaban en uno de los momentos más álgidos de la historia de la humanidad, el siglo XIX, bajo la óptica de quien se sabe en el XXI, el autor, a través de su personaje principal, "El viajero del siglo", llamado "Hans".
Es decir, ubica a la historia que desarrolla en las postrimerías de la centuria decimonónica y, a través de los personajes que pueblan su historia, hace un resumen de las ideas que se han puesto sobre la mesa prácticamente desde el Renacimiento, el Siglo de las Luces, hasta esos momentos, es decir los temas "modernos" que propone Schopenhauer.
Pero, sobre todo, los discute a través de "Hans", principalmente, pero también del resto de los personajes que circundan la historia central, quienes debaten sus puntos débiles pero también los favorables, y qué mejor para ubicar este caleidoscopio del pensamiento que Alemania, uno de los países con mayores aportes en la materia.
Otro rasgo positivo de la obra de Neuman es la ubicación del desarrollo de la historia, "Wandernburgo", una población que es sintomática de la trama que se cuenta: una ciudad amurallada, aislada, densa, laberíntica, en la que -los personajes lo narran- las calles se cambian de lugar de un momento a otro, las esquinas se pasan de un sitio a otro y es fácil perderse.
Pero otra de las singularidades de esta obra es que esta conjunción de elementos no los hace densos a la lectura, por el contrario, la amenidad con los que son contados, narrados, los hacen fácilmente entendibles y hasta disfrutables, porque forman parte del anecdotario de la novela, en la que uno de los ejes centrales es el amor que en "Hans" se despierta por "Sophie"
Y este es un guiño más del autor, el personaje femenino asume la circunstancia de ser la "sofía", es decir, el "saber", el amor al conocimiento, a las ideas, a la filosofía.
Es decir, a lo largo de esta novela, el autor despliega un mosaico cultural al servicio de un intenso argumento, pleno de intrigas, humor y personajes emocionantes, con un estilo rompedor que ofrece a estas cuestiones un sorprendente cauce.
Por ello fue que Roberto Bolaño (1953-2003), escritor y poeta chileno de talento reconocido en el mundo, asentó en su momento que "tocado por la gracia. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre".
Andrés Neuman ha recibido también el premio Hiperión de Poesía y fue finalista del Premio Herralde, además que para la votación de Bogotá-39, convocada por el Hay Festival, fue elegido como uno de los mejores nuevos autores nacidos en Latinoamérica. México, D.F. (El Universal)
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