Don Quijote encarna los ideales a realizar y los problemas internos a solucionar, explicó Meng Jinghui, director de esta adaptación, estrenada en septiembre en el Centro Nacional de Artes Escénicas de Tiananmen
La versión teatral más rompedora en chino de "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" regresará en enero a los escenarios y demostrará una vez más la universalidad del personaje, que se ha ganado la simpatía del público del país.
"Don Quijote encarna los ideales que queremos realizar y los problemas internos que queremos solucionar", explicó Meng Jinghui, director de esta adaptación, estrenada en septiembre en el Centro Nacional de Artes Escénicas de Tiananmen y que combina partes musicales con una puesta en escena experimental y clásica al mismo tiempo.
"El público siempre se siente identificado con Don Quijote, y esto es lo más importante que hemos conseguido", agregó el dramaturgo, quien calificó de "perfecta" la interpretación que del hidalgo manchego y de su escudero realizan, respectivamente, los actores Guo Tao y Liu Xiaoye.
"Después de medio año de ensayos, también yo me volví un poco loco", reconoció hoy Guo, caracterizado de Don Quijote con una cabarellesca perilla. "Cuando acepté interpretar el personaje descubrí que tenía muchas vertientes. Era un desafío interpretarlo. Hoy en día cada vez quedan menos don quijotes. Es un honor interpretarlo".
Los actores demostraron el fantástico ambiente de trabajo que ha creado Meng reaccionando con risas y buen humor a las palabras de un orondo Sancho -Liu Xiaoye- quien, muy serio y con un corte de pelo a la taza, señaló "la gran responsabilidad que había tenido el director".
Después de un lleno total durante la primera y única semana que se exhibió la obra en septiembre, el Don Quijote de Meng, de más de tres horas de duración, regresará con diez sesiones al Centro Nacional de las Artes Escénicas, el "Huevo", del 6 al 16 de enero.
Dong Yansheng, traductor de la obra al chino, que está en posesión de la Orden de las Artes y las Letras de España, impartió varios seminarios a los actores para facilitar la construcción de los paradójicos personajes quijotescos.
Los actores chinos "han podido convertir figuras bidimensionales en tridimensionales con una armoniosa consonancia con el público chino, en su mayoría jóvenes contemporáneos que ven en el Quijote una encarnación de un idealismo que hoy parece imposible", explicó el profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín.
En el proyecto teatral de Don Quijote participa el Instituto Cervantes de Beijing, en cuya sede se celebró hoy la rueda de prensa para anunciar las nuevas representaciones y las negociaciones que se llevan a cabo con el fin de que la obra llegue también el año próximo a Shanghái con motivo de la Exposición Universal.
Meng, que define la obra como "una comedia con sabor latino", reconoció hace meses que empezó los ensayos sin haber leído la obra, pero tras una semana de lectura dijo sentirse "abrumado" y sintió que lo único que tenía que hacer era seguir el original "con fidelidad".
El director recordó que no es la primera vez que los chinos disfrutan de esta obra escrita hace más de 400 años, ya que llegó por primera vez a los escenarios del país asiático en la década de 1920, luego en la de 1930, y dos veces más durante el maoísmo, en 1950 y tras la reforma económica iniciada en 1978. Beijin, China
La versión teatral más rompedora en chino de "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" regresará en enero a los escenarios y demostrará una vez más la universalidad del personaje, que se ha ganado la simpatía del público del país.
"Don Quijote encarna los ideales que queremos realizar y los problemas internos que queremos solucionar", explicó Meng Jinghui, director de esta adaptación, estrenada en septiembre en el Centro Nacional de Artes Escénicas de Tiananmen y que combina partes musicales con una puesta en escena experimental y clásica al mismo tiempo.
"El público siempre se siente identificado con Don Quijote, y esto es lo más importante que hemos conseguido", agregó el dramaturgo, quien calificó de "perfecta" la interpretación que del hidalgo manchego y de su escudero realizan, respectivamente, los actores Guo Tao y Liu Xiaoye.
"Después de medio año de ensayos, también yo me volví un poco loco", reconoció hoy Guo, caracterizado de Don Quijote con una cabarellesca perilla. "Cuando acepté interpretar el personaje descubrí que tenía muchas vertientes. Era un desafío interpretarlo. Hoy en día cada vez quedan menos don quijotes. Es un honor interpretarlo".
Los actores demostraron el fantástico ambiente de trabajo que ha creado Meng reaccionando con risas y buen humor a las palabras de un orondo Sancho -Liu Xiaoye- quien, muy serio y con un corte de pelo a la taza, señaló "la gran responsabilidad que había tenido el director".
Después de un lleno total durante la primera y única semana que se exhibió la obra en septiembre, el Don Quijote de Meng, de más de tres horas de duración, regresará con diez sesiones al Centro Nacional de las Artes Escénicas, el "Huevo", del 6 al 16 de enero.
Dong Yansheng, traductor de la obra al chino, que está en posesión de la Orden de las Artes y las Letras de España, impartió varios seminarios a los actores para facilitar la construcción de los paradójicos personajes quijotescos.
Los actores chinos "han podido convertir figuras bidimensionales en tridimensionales con una armoniosa consonancia con el público chino, en su mayoría jóvenes contemporáneos que ven en el Quijote una encarnación de un idealismo que hoy parece imposible", explicó el profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín.
En el proyecto teatral de Don Quijote participa el Instituto Cervantes de Beijing, en cuya sede se celebró hoy la rueda de prensa para anunciar las nuevas representaciones y las negociaciones que se llevan a cabo con el fin de que la obra llegue también el año próximo a Shanghái con motivo de la Exposición Universal.
Meng, que define la obra como "una comedia con sabor latino", reconoció hace meses que empezó los ensayos sin haber leído la obra, pero tras una semana de lectura dijo sentirse "abrumado" y sintió que lo único que tenía que hacer era seguir el original "con fidelidad".
El director recordó que no es la primera vez que los chinos disfrutan de esta obra escrita hace más de 400 años, ya que llegó por primera vez a los escenarios del país asiático en la década de 1920, luego en la de 1930, y dos veces más durante el maoísmo, en 1950 y tras la reforma económica iniciada en 1978. Beijin, China
No hay comentarios:
Publicar un comentario