En un ambiente húmedo y teniendo a las estrellas como vigilantes, decenas de personas provenientes de diferentes partes del país y del extranjero fueron testigos de cómo cada una de las pirámides cobraron vida, tras el encendido de luces multimedia sobre ellas, revelando a su vez, los misterios de una civilización fascinante.
Con rituales sagrados, danzas, música, ecos del pasado y cantos de niños de la región del Totonacapan, la zona arqueológica El Tajín se vistió de luz, magia y color durante la inauguración, la víspera, del espectáculo multimedia "Tajín Vive".
En un ambiente húmedo y teniendo a las estrellas como vigilantes, decenas de personas provenientes de diferentes partes del país y del extranjero fueron testigos de cómo cada una de las pirámides cobraron vida, tras el encendido de luces multimedia sobre ellas, revelando a su vez, los misterios de una civilización fascinante.
La proyección de truenos, lluvia, imágenes prehispánicas y de diversos grupos indígenas de la región, postrados sobre las pirámides de la antigua capital totonaca, fue parte del espectáculo en la llamada "Ciudad del Trueno", que hasta el próximo 21 de marzo contará con diversas actividades culturales.
A la entrada, mujeres indígenas de la zona dieron la bienvenida con incienso y una limpia para dejar atrás las malas vibras y de esta manera, ingresar al corazón de Totonacapan, para disfrutar de la belleza de este lugar prehispánico.
En la majestuosa ciudad, donde convergen identidad, pasado, belleza y conocimiento, se exhibieron ritos totonacas acompañados de tecnología multimedia, lo cual brindó a los asistentes una experiencia única.
Durante el recorrido nocturno, la experiencia profunda e inolvidable permitió el contacto directo de los visitantes con la atmósfera, las deidades y los habitantes de una cosmogonía única, la totonaca, en el punto neurálgico de esta cultura viva.
Danzas de luces, magia y evocación a los espíritus fueron algunas de las características de este espectáculo, en donde sobrevive el antiguo culto de adoración al Sol, que da origen a la danza de los voladores.
Previo al recorrido, en la explanada de la zona arqueológica, a una altura de cerca 35 metros, los voladores de Papantla u "Hombres pájaro" ofrecieron su famoso ritual convirtiendo el show en una sorprendente velada.
Decenas de personas recorrieron las mil 221 hectáreas divididas en cinco partes, que corresponden a diferentes niveles altimétricos: El Grupo Plaza Arroyo, La Zona Central, La Gran Xicalcoliuhqui, El Tajín Chico y El Conjunto de las Columnas.
Al final del espectáculo, cuyo equipo de iluminación se encuentra montado a piso, se presenta una gran ofrenda dedicada a los dioses del trueno o bien de los relámpagos, acompañada de rezos y oraciones por parte de chamanes totonacas.
Papantla, Ver.
Con rituales sagrados, danzas, música, ecos del pasado y cantos de niños de la región del Totonacapan, la zona arqueológica El Tajín se vistió de luz, magia y color durante la inauguración, la víspera, del espectáculo multimedia "Tajín Vive".
En un ambiente húmedo y teniendo a las estrellas como vigilantes, decenas de personas provenientes de diferentes partes del país y del extranjero fueron testigos de cómo cada una de las pirámides cobraron vida, tras el encendido de luces multimedia sobre ellas, revelando a su vez, los misterios de una civilización fascinante.
La proyección de truenos, lluvia, imágenes prehispánicas y de diversos grupos indígenas de la región, postrados sobre las pirámides de la antigua capital totonaca, fue parte del espectáculo en la llamada "Ciudad del Trueno", que hasta el próximo 21 de marzo contará con diversas actividades culturales.
A la entrada, mujeres indígenas de la zona dieron la bienvenida con incienso y una limpia para dejar atrás las malas vibras y de esta manera, ingresar al corazón de Totonacapan, para disfrutar de la belleza de este lugar prehispánico.
En la majestuosa ciudad, donde convergen identidad, pasado, belleza y conocimiento, se exhibieron ritos totonacas acompañados de tecnología multimedia, lo cual brindó a los asistentes una experiencia única.
Durante el recorrido nocturno, la experiencia profunda e inolvidable permitió el contacto directo de los visitantes con la atmósfera, las deidades y los habitantes de una cosmogonía única, la totonaca, en el punto neurálgico de esta cultura viva.
Danzas de luces, magia y evocación a los espíritus fueron algunas de las características de este espectáculo, en donde sobrevive el antiguo culto de adoración al Sol, que da origen a la danza de los voladores.
Previo al recorrido, en la explanada de la zona arqueológica, a una altura de cerca 35 metros, los voladores de Papantla u "Hombres pájaro" ofrecieron su famoso ritual convirtiendo el show en una sorprendente velada.
Decenas de personas recorrieron las mil 221 hectáreas divididas en cinco partes, que corresponden a diferentes niveles altimétricos: El Grupo Plaza Arroyo, La Zona Central, La Gran Xicalcoliuhqui, El Tajín Chico y El Conjunto de las Columnas.
Al final del espectáculo, cuyo equipo de iluminación se encuentra montado a piso, se presenta una gran ofrenda dedicada a los dioses del trueno o bien de los relámpagos, acompañada de rezos y oraciones por parte de chamanes totonacas.
Papantla, Ver.
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