El coreógrafo danés y la prima ballerina española de la Royal Opera House utilizan la música de las famosas Variaciones Goldberg, de Johann Sebastian Bach, como punto de partida de un espectáculo que ilumina desde dentro el mundo de la danza.
La coreografía "Goldberg: The Brandstrup Rojo Project", fruto de la colaboración de Tamara Rojo y Kim Brandstrup, ganó el premio Laurence Olivier a la mejor "nueva producción de danza".
El coreógrafo danés y la prima ballerina española de la Royal Opera House utilizan la música de las famosas Variaciones Goldberg, de Johann Sebastian Bach, como punto de partida de un espectáculo que ilumina desde dentro el mundo de la danza.
Brandstrup reúne en esa producción, estrenada el pasado otoño en Londres, a un grupo de bailarines del cuerpo del Royal Ballet, otros tantos de danza contemporánea y de hip hop, un pianista, un gran piano y la música de Bach, todo ello en el marco de un estudio de baile.
Comienza como todos los ensayos de danza con alguien que abre la puerta, entra en una habitación y enciende las luces, y termina con el proceso contrario.
Mientras tanto ocurre todo lo que suele pasar en un ensayo: los grupos de bailarines entran y salen, hacen sus ejercicios de calentamiento, observan a sus colegas y practican distintos pasos.
Y mientras suenan las variaciones de Bach van emergiendo discretamente todo tipo de historias y estableciéndose relaciones entre los bailarines.
Londres, Inglaterra
La coreografía "Goldberg: The Brandstrup Rojo Project", fruto de la colaboración de Tamara Rojo y Kim Brandstrup, ganó el premio Laurence Olivier a la mejor "nueva producción de danza".
El coreógrafo danés y la prima ballerina española de la Royal Opera House utilizan la música de las famosas Variaciones Goldberg, de Johann Sebastian Bach, como punto de partida de un espectáculo que ilumina desde dentro el mundo de la danza.
Brandstrup reúne en esa producción, estrenada el pasado otoño en Londres, a un grupo de bailarines del cuerpo del Royal Ballet, otros tantos de danza contemporánea y de hip hop, un pianista, un gran piano y la música de Bach, todo ello en el marco de un estudio de baile.
Comienza como todos los ensayos de danza con alguien que abre la puerta, entra en una habitación y enciende las luces, y termina con el proceso contrario.
Mientras tanto ocurre todo lo que suele pasar en un ensayo: los grupos de bailarines entran y salen, hacen sus ejercicios de calentamiento, observan a sus colegas y practican distintos pasos.
Y mientras suenan las variaciones de Bach van emergiendo discretamente todo tipo de historias y estableciéndose relaciones entre los bailarines.
Londres, Inglaterra
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