La plática se efectuó en el Cenro de Lectura Condesa
El objetivo de esta tertulia fue interactuar y reflexionar acerca de esta gesta histórica
Carlos Antonio de la Sierra, narrador y ensayista, especialista en la historia de México, ofreció la víspera una charla acerca de la Novela en la Revolución Mexicana, celebrada en el Centro de Lectura Condesa.
Como parte del ciclo “Lecturas guiadas sobre la Independencia y la Revolución”, el principal objetivo de esta tertulia fue interactuar y reflexionar acerca de estas gestas históricas.
El ensayista inició la tertulia con el planteamiento de diversas interrogantes acerca de la Revolución Mexicana (1910-1920), a la cual define como una experiencia emancipatoria de un determinado régimen.
Mediante una exhausta investigación narrativa, el especialista indicó que para ahondar en esta importante etapa es necesario cuestionarse ¿Qué es la Revolución Mexicana?, ¿Cuáles fueron sus expresiones? y ¿Existió una o más revoluciones?, entre otras.
Para contestar estas incógnitas dividió en tres facetas la lucha revolucionaria desde la concepción de las novelas, que en palabras del autor “tiene que ver con un trasposición de la preposición, es decir durante, tras y posteriormente a la Revolución Mexicana”.
La primera faceta tiene que ver con las novelas que se escribieron durante este periodo histórico, como “Los de Abajo” escrita en 1915 por el mexicano Mariano Azuela (1873-1952), que narra la paradoja de una lucha sin sentido.
“Es una novela que propone una narración puntal de los hechos históricos, la cual es una crítica vista desde la concepción de alguien que vivió durante ese periodo histórico” indicó el especialista.
La segunda faceta la ubicó en la obra basada en hechos que acontecieron en México después de la Revolución, situada en la época del gobierno Álvaro Obregón como “La sombra del caudillo”, escrita en 1929 por Martín Luis Guzmán (1887-1976).
Finalmente en la tercera etapa, que refleja los acontecimientos muchos años después, mencionó tres obras, las cuales refieren directamente a una síntesis de los hechos históricos, “La Muerte de Artemio Cruz” en 1962, del escritor Carlos Fuentes (1928).
“Nos ofrece una radiografía de revolución con crítica devastadora, en donde deja ver que la lucha terminó como empezó; desde el punto de vista formal tiene una complejidad abundante”, dijo.
En tanto mencionó y leyó fragmentos de la obra, que según el autor es la mejor narración que se ha escrito en Latinoamérica, “Pedro Páramo”, del escritor Juan Rulfo, la cual refleja de manera perfecta un análisis de la historia del país.
El último ejemplo que citó el también catedrático, fue la novela ganadora del Premio Casa de las Américas en 1964, “Los Relámpagos de Agosto”, de Jorge Ibargüengoitia (1928-1983).
“Está basada en un análisis de aquella época por la lucha que entablaban los personajes entre ellos mismos, peleando los espacios de acceso al poder transitorio a través del abuso, el engaño, la iniquidad y el poder, y que actualmente sigue sucediendo” precisó.
Asimismo señaló que la Revolución consistió en un hito histórico en el sentido que incorpora expresiones políticas legales.
“La Revolución Mexicana se ha planteado como si fuera un sólo movimiento unilateral y no es así, ya que en esa época nos encontrábamos con un México que se regía a partir de las pistolas”, ultimó.
México, D.F.
El objetivo de esta tertulia fue interactuar y reflexionar acerca de esta gesta histórica
Carlos Antonio de la Sierra, narrador y ensayista, especialista en la historia de México, ofreció la víspera una charla acerca de la Novela en la Revolución Mexicana, celebrada en el Centro de Lectura Condesa.
Como parte del ciclo “Lecturas guiadas sobre la Independencia y la Revolución”, el principal objetivo de esta tertulia fue interactuar y reflexionar acerca de estas gestas históricas.
El ensayista inició la tertulia con el planteamiento de diversas interrogantes acerca de la Revolución Mexicana (1910-1920), a la cual define como una experiencia emancipatoria de un determinado régimen.
Mediante una exhausta investigación narrativa, el especialista indicó que para ahondar en esta importante etapa es necesario cuestionarse ¿Qué es la Revolución Mexicana?, ¿Cuáles fueron sus expresiones? y ¿Existió una o más revoluciones?, entre otras.
Para contestar estas incógnitas dividió en tres facetas la lucha revolucionaria desde la concepción de las novelas, que en palabras del autor “tiene que ver con un trasposición de la preposición, es decir durante, tras y posteriormente a la Revolución Mexicana”.
La primera faceta tiene que ver con las novelas que se escribieron durante este periodo histórico, como “Los de Abajo” escrita en 1915 por el mexicano Mariano Azuela (1873-1952), que narra la paradoja de una lucha sin sentido.
“Es una novela que propone una narración puntal de los hechos históricos, la cual es una crítica vista desde la concepción de alguien que vivió durante ese periodo histórico” indicó el especialista.
La segunda faceta la ubicó en la obra basada en hechos que acontecieron en México después de la Revolución, situada en la época del gobierno Álvaro Obregón como “La sombra del caudillo”, escrita en 1929 por Martín Luis Guzmán (1887-1976).
Finalmente en la tercera etapa, que refleja los acontecimientos muchos años después, mencionó tres obras, las cuales refieren directamente a una síntesis de los hechos históricos, “La Muerte de Artemio Cruz” en 1962, del escritor Carlos Fuentes (1928).
“Nos ofrece una radiografía de revolución con crítica devastadora, en donde deja ver que la lucha terminó como empezó; desde el punto de vista formal tiene una complejidad abundante”, dijo.
En tanto mencionó y leyó fragmentos de la obra, que según el autor es la mejor narración que se ha escrito en Latinoamérica, “Pedro Páramo”, del escritor Juan Rulfo, la cual refleja de manera perfecta un análisis de la historia del país.
El último ejemplo que citó el también catedrático, fue la novela ganadora del Premio Casa de las Américas en 1964, “Los Relámpagos de Agosto”, de Jorge Ibargüengoitia (1928-1983).
“Está basada en un análisis de aquella época por la lucha que entablaban los personajes entre ellos mismos, peleando los espacios de acceso al poder transitorio a través del abuso, el engaño, la iniquidad y el poder, y que actualmente sigue sucediendo” precisó.
Asimismo señaló que la Revolución consistió en un hito histórico en el sentido que incorpora expresiones políticas legales.
“La Revolución Mexicana se ha planteado como si fuera un sólo movimiento unilateral y no es así, ya que en esa época nos encontrábamos con un México que se regía a partir de las pistolas”, ultimó.
México, D.F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario