El huracán Alex, que provocó el derrumbe de la Virgen de Guadalupe en el río Santa Catarina, enciende la alerta sobre la Ruta del Acero y el Cemento, de la cual no se ha definido qué autoridad se encargará de su protección y mantenimiento.
A manera de recordatorio o de “jalón de orejas”, la tormenta tropical Alex recordó a las autoridades la vulnerabilidad del proyecto Ruta Escultórica del Acero y del Cemento, cuyo mantenimiento y vigilancia todavía está en veremos.
Hasta la noche de ayer, no existían daños en ninguna de las ocho esculturas instaladas a lo largo del lecho del río Santa Catarina, según los reportes ofrecidos por la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado.
No fue así para el Parque Lineal, que es parte del proyecto del paseo escultórico, pues la ciclopista quedó sepultada bajo las enfurecidas aguas del río Santa Catarina. Al cierre de esta edición no se tenía reporte de daño en ninguna de las esculturas, sin embargo, las posibles afectaciones en las estructuras será evidente una vez que el afluente baje.
Los daños del fenómeno meteorológico vuelven a poner en debate la falta de una comisión que se encargue de la regulación y monitoreo de los monumentos artísticos e históricos en el estado.
Desde la inauguración del paseo escultórico, compuesto por obras de creadores reconocidos mundialmente como Albert Paley, Oscar Niemeyer o del regiomontano Jorge Elizondo, diferentes secretarías del Gobierno estatal se han “brincado la pelotita” correspondiente al mantenimiento y vigilancia de este sitio.
Primero fue la extinta Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León quien diseñó y planteó el proyecto, impulsado por el reconocido escultor Sebastián. Una vez inauguradas las obras, y cuando los primero actos vandálicos se hicieron presentes en las esculturas, la propia Agencia manifestó su incapacidad de vigilancia debido a las limitaciones de personal y presupuesto.
Una vez que entró la nueva administración estatal, la Agencia desapareció y en su lugar se creó la Secretaría de Desarrollo Sustentable, que a su vez se desligó del mantenimiento del proyecto.
MILENIO Monterrey señaló en diversos artículos (septiembre de 2009) la falta de un marco jurídico que propiciara las responsabilidades de alguna secretaría que vigilara el buen estado de la sobras y diera mantenimiento a las estructuras.
La misma situación sucedió con las obras La lagartera, de Francisco Toledo y de Caballo, de Fernando Botero, de las cuales no se ha establecido quién se hará a cargo de su mantenimiento y vigilancia.
Cada una de las esculturas tiene un tamaño aproximado de entre 15 y 20 metros, mientras que el peso de las obras oscila entre las 15 y las 102 toneladas. El costo aproximado del proyecto fue aproximadamente de 40 millones de pesos, aunque la cifra exacta nunca se dio a conocer.
Las esculturas que integran la Ruta son: Luna, de Oscar Niemeyer (Brasil); Serpiente del Eco 1, de Matías Goeritz (Alemania); Desafío, de Ahmed Nawar (Egipto); Evanescence, de Albert Paley (EU); Torsión 4, de Julio Le Parc (Argentina); Mirada, de José María Sirvent
Monterrey, NL
A manera de recordatorio o de “jalón de orejas”, la tormenta tropical Alex recordó a las autoridades la vulnerabilidad del proyecto Ruta Escultórica del Acero y del Cemento, cuyo mantenimiento y vigilancia todavía está en veremos.
Hasta la noche de ayer, no existían daños en ninguna de las ocho esculturas instaladas a lo largo del lecho del río Santa Catarina, según los reportes ofrecidos por la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado.
No fue así para el Parque Lineal, que es parte del proyecto del paseo escultórico, pues la ciclopista quedó sepultada bajo las enfurecidas aguas del río Santa Catarina. Al cierre de esta edición no se tenía reporte de daño en ninguna de las esculturas, sin embargo, las posibles afectaciones en las estructuras será evidente una vez que el afluente baje.
Los daños del fenómeno meteorológico vuelven a poner en debate la falta de una comisión que se encargue de la regulación y monitoreo de los monumentos artísticos e históricos en el estado.
Desde la inauguración del paseo escultórico, compuesto por obras de creadores reconocidos mundialmente como Albert Paley, Oscar Niemeyer o del regiomontano Jorge Elizondo, diferentes secretarías del Gobierno estatal se han “brincado la pelotita” correspondiente al mantenimiento y vigilancia de este sitio.
Primero fue la extinta Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León quien diseñó y planteó el proyecto, impulsado por el reconocido escultor Sebastián. Una vez inauguradas las obras, y cuando los primero actos vandálicos se hicieron presentes en las esculturas, la propia Agencia manifestó su incapacidad de vigilancia debido a las limitaciones de personal y presupuesto.
Una vez que entró la nueva administración estatal, la Agencia desapareció y en su lugar se creó la Secretaría de Desarrollo Sustentable, que a su vez se desligó del mantenimiento del proyecto.
MILENIO Monterrey señaló en diversos artículos (septiembre de 2009) la falta de un marco jurídico que propiciara las responsabilidades de alguna secretaría que vigilara el buen estado de la sobras y diera mantenimiento a las estructuras.
La misma situación sucedió con las obras La lagartera, de Francisco Toledo y de Caballo, de Fernando Botero, de las cuales no se ha establecido quién se hará a cargo de su mantenimiento y vigilancia.
Cada una de las esculturas tiene un tamaño aproximado de entre 15 y 20 metros, mientras que el peso de las obras oscila entre las 15 y las 102 toneladas. El costo aproximado del proyecto fue aproximadamente de 40 millones de pesos, aunque la cifra exacta nunca se dio a conocer.
Las esculturas que integran la Ruta son: Luna, de Oscar Niemeyer (Brasil); Serpiente del Eco 1, de Matías Goeritz (Alemania); Desafío, de Ahmed Nawar (Egipto); Evanescence, de Albert Paley (EU); Torsión 4, de Julio Le Parc (Argentina); Mirada, de José María Sirvent
Monterrey, NL
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