Por: Francisco Medina
El pasado 15 de noviembre, Betsy Pecanins presentó su nueva producción discográfica: Sones y pasones, en el que hace un viaje que lleva al escucha a través de un repertorio de sones huastecos, jarochos e istmeños hasta su particular estilo de interpretar blues. El disco está formado por 11 canciones con una original mezcla de arreglos y géneros musicales entre los que además del blues en inglés y español y las distintas modalidades de los sones, también hay rancheras bluseadas y canción mexicana contemporánea.
Al respecto, la propia Betsy explica que “los sones no se dejan mucho bluesear. Tienen otro mundo. Hay dos temas con blues: La Bruja y La Leva. Los demás tienen otros ingredientes, también son una fusión; no son absolutamente tradicionales, pero sí tienen ese espíritu. Sin embargo, cualquier género tiene empatía con el blues porque habla de cosas fundamentales de la vida y así le pasa al son, la ranchera, a muchas grandes músicas del mundo. Fusionar, es una manera de dar un mensaje de hermandad al mundo”.
Y sobre los sones comenta: “es una música que tiene varias influencias: africanas, indígenas y españolas. Me atrapó la lírica de los sones, cómo dicen las cosas, la poesía que hay detrás de estas canciones. Este disco nació porque me enamoré de los sones”,
La presentación fue en el Teatro de la Ciudad y le acompañaron Rosino Serrano, en el piano, Celso Duarte en el arpa, Laura Barbosa y Elena García Nesme en los coros; Ernesto Anaya como invitado en el violín y voz; Felipe Souza en la guitarra eléctrica, Héctor Aguilar en las percusiones, Jorge García, quien también es el productor, Alfonso Rosas en el bajo, y Mónica del Águila en el cello, quien cabe señalar, cuenta con una importante trayectoria en el campo de la música de concierto y de cámara.
Mónica del Águila es una de las pocas músicas que lo mismo interpreta obras de autores clásicos que de música mexicana. Su inquieta actividad profesional la lleva a participar en un trío con piano, dos cuartetos, uno en la Sala Ollin Yoliztli y otro en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, y a participar en un octeto de chelistas femeninas.
Entrevistada en el intermedio de un concierto, platicó sobre su participación en el concierto de Betsy Pecanins:
“Las bases del conservatorio te permiten leer y sentir la música por lo que logras adaptarte. Al principio me costaba mucho trabajo improvisar, sobre todo cuando empecé en un programa de chello y piano de los Beatles porque yo buscaba la perfección a la que te acostumbras en lo clásico, pero ahora he aprendido a disfrutar lo que toco y realmente lo gozo. He roto ese esquema y ahora enseño a mis alumnos a soltarse, a no mirar tanto el papel sino a entablar un diálogo con los demás músicos. Hay que desenvolverse, disfrutar y transmitir al público esa diversión, aunque reconoce que en la interpretación de la música que Betsy presentará, tiene partes que serán muy difíciles. Sobre todo, cuando se trata de música mexicana”, concluye Mónica del Águila.
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